Quito.- La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) expresó hoy su preocupación por versiones, aún no confirmadas, de que tres personas habrían fallecido durante las protestas contra una Ley de Aguas impulsada por el Gobierno.
Inés Shiguango, vicepresidenta de la Confeniae, dijo a Efe que tiene versiones de que dos indígenas de la etnia Shuar habrían fallecido durante enfrentamientos con la policía en la provincia de Morona Santiago, en el sureste del país, y otro en la vecina Pastaza.
No obstante, precisó que esas versiones aún no han sido confirmadas, debido a que los indígenas suelen llevar los cadáveres a la selva.
"Estamos preocupados, porque ha habido una represión fuerte de la Policía nacional y sabemos que existen dos muertos, todavía no confirmados, en Morona Santiago, y otro en Pastaza. Eso está por confirmar, con nombres y todo y, cuando lo tengamos, lo informaremos", añadió la líder indígena.
Shiguango negó la versión del ministro de Gobierno (Interior), Gustavo Jalkh, en el sentido de que los actos violentos habrían sido provocados por los indígenas, incluso con el uso de armas de fuego, lo que habría causado heridas a por lo menos 29 policías.
"Eso siempre van a decir, nunca van a admitir los hechos, siempre van a defender lo de ellos", señaló la vicepresidenta de Confeniae, la filial en la Amazonía de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), la mayor organización social del país.
Precisó que los choques entre manifestantes y policías se concentraron en los puentes sobre los ríos Upano y Arapico, por donde pasa una carretera de acceso a la ciudad de Macas, la capital de Morona Santiago.
Añadió que uno de los presuntos fallecidos sería un profesor indígena de la zona y agregó que la situación "sigue tensa" en la región, por la presencia masiva de policías.
"Se mantiene el levantamiento y, ahora, con mucha más razón, porque hay el derramamiento de sangre... Eso no debía pasar", apuntó Shiguango.
Si se confirman los decesos, añadió, la Confeniae cerrará toda posibilidad de diálogo con el Gobierno y se radicalizará el levantamiento indígena, convocado por la Conaie desde el pasado lunes.
La protesta indígena rechaza el proyecto de Ley de Aguas propuesta por el Ejecutivo, por considerar que permite la privatización del agua y conculca la ancestral administración de las fuentes del líquido por parte de las comunidades campesinas.
Los indígenas exigen que la Autoridad Única del Agua, que se establece en el proyecto gubernamental, cuente con la participación de los indígenas y no sea solo del Ejecutivo, entre otros asuntos.
El Gobierno, por su parte, ha hecho hoy varios llamamientos a la calma y ha pedido a los indígenas que suspendan la protesta y acudan a unas mesas de diálogo para analizar sus preocupaciones en torno a la Ley de Aguas.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha dicho estar dispuesto a encabezar el diálogo, pero ha condicionado esa posibilidad a que se suspenda la protesta.
Además, Correa ha sido enfático en aclarar que la propuesta del Gobierno "prohíbe" la privatización del agua y que no afecta a la administración indígena sobre las fuentes del líquido usado para la agricultura y consumo de las comunidades.
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