Ha llegado la hora de redefinir Transnets, de darle una nueva orientación, y me gustaría que lo hiciéramos juntos. Por supuesto tengo mis ideas, pero no sólo cuentan éstas.
Empecemos por una constatación. Creo que ya no podemos dar cobertura a las tecnologías de la información como lo hice en un principio (en 1994) e incluso desde que comencé este blog (en 2004).
Al inicio, lo esencial era anunciar esta revolución que constituyen las tecnologías digitales. Mostrar todo lo que nos permitían hacer, en parte distinto a lo que estábamos acostumbrados.
Un animal de otra especie estaba a punto de nacer. Había que describirlo, lograr que la gente se interesara por él, mostrar en qué iba a cambiar nuestro universo, prepararse a adoptarlo (sin perder el espíritu crítico... pero siempre se insistió en su adopción).
En lo que respecta a los artículos, esto implicaba que cualquier cosa merecía ser contada. Todas las dimensiones (económica, social, tecnológica, etc..), todos los productos, todas las empresas, todos los intentos, todas las pruebas o ensayos. Se trataba de abrir el apetito, de estimular la imaginación... Era fácil y divertido... Web 1.0.
Luego llegó la web 2.0 (fue cuando nació Transnets). Entonces comenzamos a hacer cosas que antes no hacíamos, a descubrir que podíamos participar, que estábamos conectados, que contábamos. La novedad en lo nuevo. Los productos y las herramientas surgían por todas partes, todos los días. Hasta aquí todavía era más bien divertido y bastante fácil aún.
Pero su dimensión lúdica y su carácter de descubrimiento se fueron atenuando. Los productos comenzaron a parecerse tanto que se volvieron aburridos. Tras constatar, gracias a algunas cifras impresionantes, que éramos cada vez más numerosos y estábamos más conectados... ya no había gran cosa que contar de nuevo cada mañana. Difícil de admitir. Difícil de aceptar. Más difícil aún de reactivar, de reformar.
Lo más serio de todo esto es que hace falta cambiar de perspectiva. Cuando un nuevo producto era innovador, hablar de éste implicaba abrir una puerta hacia el futuro. Hoy, por lo general, es hacerle publicidad.
Y, lo que es aun más importante, cuando nos interesamos por las profundas transformaciones introducidas por las tecnologías digitales da la impresión de que seguimos una moda. Despiertan nuestra curiosidad un momento pero pronto cansan. El principal riesgo de esto es que nos impide ver que el acento ya no puede ponerse en la celebración sino en la participación crítica.
Ahora sabemos lo que está en juego y su potencial. Quienes todavía rechazan las tecnologías digitales lo hacen casi siempre en su propio perjuicio. Pero ese es su problema. Esta discusión ya no me interesa demasiado.
Pero quienes se sumerjan en este mundo ahora deben hacerlo con la precaución de hacer uso de lo que les sirve, de mejorar lo positivo, de combatir lo peligroso. Ya no se trata de convencer acerca del interés de participar, si no de intercambiar ideas sobre las mejores maneras de hacerlo, de conectarnos mejor con los otros para conseguir lo que queremos, lo que nos es útil, lo que nos conviene...
Esto me lleva a interesarme por las herramientas que brindan más posibilidades, por la forma en que todos podemos contribuir a que circule una información de calidad y por lo que puede constituir una ciudadanía digital activa.
De manera que os estoy haciendo partícipes de las razones por las que hay que cambiar la orientación de Transnets (empezando por lo de ‘des gadgets aux réseaux’ —los gadgets en las redes—). Estoy listo para desarrollar las ideas aquí esbozadas sobre lo que tengo ganas de hacer, sobre lo que me parece que puede ser útil. Pero antes me gustaría saber lo que opináis vosotros de todo esto. Conocer vuestras sugerencias.
Así que os paso el testigo (volveré a tratar el tema en los próximos días).
PD – Hoy estaré en el Media Technology Summit organizado en la facultad de Periodismo de la Universidad de California (Berkeley). Podéis seguirme en @transnets… Hasta pronto.
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