Bruselas.- El ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha pedido a la Comisión Europea que garantice que las ayudas públicas a Opel respetan la normativa comunitaria y, desde Bruselas, insisten en que no permitirán que éstas incluyan condiciones sobre, por ejemplo, la localización de los despidos.
En sendas cartas remitidas a los responsables europeos de Competencia, Neelie Kroes, e Industria, Günter Verheugen, Sebastián hace hincapié en que la factoría que Opel tiene en Figueruelas (Zaragoza) es la "más grande y una de las más productivas" y subraya que el plan de reestructuración de la compañía debe hacer "el mejor uso posible de sus activos más eficientes".
En las misivas, a las que ha tenido acceso Efe, el ministro reclama a los comisarios que aseguren que el apoyo gubernamental destinado a la nueva Opel "se configure dentro del máximo respeto a las reglas de mercado, al marco legal sobre ayudas públicas de la UE y al principio de unidad de mercado".
Sebastián también critica con dureza la elección de la oferta de Magna como socio inversor para salvar a la filial europea de General Motors (GM), una decisión que, subraya, "nos ha producido intranquilidad".
El titular de Industria destaca que la información disponible "sugería que el plan de Magna no era el más competitivo" y su proyecto de reestructuración es "el más alejado del plan original propuesto por GM".
Los países europeos en los que hay fábricas de Opel están discutiendo actualmente su participación en el crédito de 4.500 millones que las autoridades alemanas han acordado conceder a Magna para contribuir al rescate de la empresa.
Según el plan de reestructuración adelantado por GM y el fabricante de componentes austríaco-canadiense, la operación implicará la supresión de alrededor de 11.000 empleos, de ellos unos 1.600 en Figueruelas -aunque según el "Frankfurter Allgemeine Zeitung", podrían elevarse a 2.090-.
Entre los países afectados por el ajuste, tanto Bélgica -donde la planta de Amberes se arriesga al cierre-, como Reino Unido -que cuenta con dos fábricas- han hecho público su descontento con la manera en que se ha llevado a cabo la negociación y han denunciado que el plan de Magna favorece injustamente a las plantas alemanas.
También han exigido a la Comisión Europea que verifique con cuidado si Berlín condiciona sus ayudas a Magna a un trato más favorable a las factorías alemanas, una petición a la que ahora también se suma España.
Desde Bruselas, el portavoz comunitario de Competencia, Jonathan Todd, recordó que la Comisión "ya ha dejado claro que tiene la intención de examinar con mucha atención cualquier ayuda que se conceda a Opel".
Todd confirmó la recepción de la carta enviada por Sebastián y, aunque señaló que sus comentarios serán tomados muy en serio, recalcó que, independientemente de las preocupaciones mostradas por los países, Bruselas cumplirá con su obligación de verificar la compatibilidad de los subsidios con la legislación europea.
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