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La comunidad internacional arremete contra el Gobierno de facto hondureño

EFE
Actualizado 26-09-2009 01:18 CET

Bogotá.-  La comunidad internacional redobló hoy sus críticas hacia el Gobierno de facto de Honduras, que fue acusado de "intimidar" la embajada de Brasil por el Consejo de Seguridad de la ONU y tachado de intransigente por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, y de "mentiroso" por Brasil.

Además, Estados Unidos anunció la revocación de las visas de "funcionarios y partidarios clave del régimen de facto" encabezado por Roberto Micheletti.

La situación de la legación brasileña en Tegucigalpa, donde el depuesto mandatario Manuel Zelaya está refugiado desde su reaparición sorpresiva en el país, fue analizada hoy por el Consejo de Seguridad, que condenó los "actos de intimidación" realizados en su contra por el Ejecutivo interino hondureño.

El canciller de Brasil, Celso Amorim, cuyo Gobierno había pedido la reunión de urgencia del máximo órgano de las Naciones Unidas, aseguró en su intervención ante el foro que la actuación del Gobierno de facto hondureño "es una clara violación de la reglas de la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas".

Denunció que las autoridades de facto del país centroamericano habían cortado el abastecimiento de agua y electricidad, así como el acceso de alimentos a su embajada, cuyo personal ha sido advertido de que si sale de las instalaciones, no podrá volver a entrar.

"Condenamos los actos de intimidación contra la embajada de Brasil", dijo la presidenta de turno del Consejo de Seguridad y embajadora de EE.UU., Susan Rice, en una declaración verbal al término de la reunión.

Rice puntualizó, no obstante, que la sesión era solo para abordar la situación de la embajada y que la crisis en Honduras "ya está siendo tratada por la Organización de Estados Americanos (OEA)", y subrayó que el Consejo "pide calma a las partes y que eviten que la situación vaya a más".

En una rueda de prensa posterior a la reunión, Amorim consideró "muy positiva" la declaración del Consejo y destacó que su país actuará con "cautela y firmeza", aunque dijo que tiene que prevenir al máximo todos los riesgos en su sede diplomática en Tegucigalpa.

Además, confirmó que han tenido "indicios" de que hubo lanzamiento de gases tóxicos al interior de la embajada y tuvieron que entrar los médicos, algo que había denunciado Zelaya y que el Gobierno de Micheletti calificó como "totalmente falso".

Tras el agravamiento de la crisis en Honduras por el retorno inesperado de Zelaya el lunes pasado, la OEA decidió esta semana enviar una misión de cancilleres de los países miembros encabezada por su secretario general, José Miguel Insulza.

Pero el Gobierno de facto hondureño aplazó ayer su llegada al decantarse, a sugerencia del ex presidente de EE.UU. Jimmy Carter, por una misión que iba a ser confiada al mandatario costarricense, Óscar Arias, mediador en el conflicto.

Sin embargo, Arias rechazó hoy que tenga intención de desplazarse al país centroamericano y aseguró que "el trabajo previo lo deben hacer los cancilleres" de la OEA.

Además, acusó al Ejecutivo interino de intransigencia en las negociaciones que él auspicia: "Las cosas están mal. Pueden sentarse a negociar de nuevo, pero no se ha movido una pulgada el Gobierno de facto desde que llegó el primer día a San José don Roberto Micheletti", aseguró.

Por su parte, Insulza sí ratificó su intención de desplazarse a Tegucigalpa al frente de una representación de la OEA para "instalar una mesa de negociación" entre el Gobierno de facto y Zelaya, y confió en que el viaje pueda llevarse a cabo mañana este mismo fin de semana.

"Creo que vamos a resolver el problema, yo soy optimista, creo que esto va a demorar un tiempo, va a ser difícil, pero creo que si hay buena voluntad de ambas partes, se puede resolver este problema", afirmó.

Las medidas de presión contra el Ejecutivo de Micheletti continuaron hoy con la decisión de Estados Unidos de revocar las visas de funcionarios y partidarios considerados "clave" del régimen.

La sanción fue revelada por el embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens, quien acompañó este anuncio con la advertencia a las autoridades golpistas de que "deberían tomarse muy seriamente" la postura de Washington de no reconocer la legitimidad de las elecciones del 29 de noviembre si Zelaya no es restituido, una posición que es compartida por la ONU y la OEA.

En tanto, se incrementó el enfrentamiento diplomático entre el Gobierno de Micheletti y el de Brasil, después de que el primero acusase al Ejecutivo de Luiz Inácio Lula da Silva de haber promovido el regreso clandestino de Zelaya al país.

"El Gobierno hondureño es un Gobierno de mentirosos. Mintieron para el pueblo al decir que habían destituido legalmente al presidente (Zelaya). Es un Gobierno de golpistas", dijo hoy Marco Aurelio García, asesor especial de Lula.

Además, la Comunidad del Caribe (Caricom) consideró la presencia de Zelaya en la embajada de Brasil "como una oportunidad para un diálogo dirigido a obtener una solución pacífica a la situación actual", en palabras de su titular, el presidente de Guayana, Bharrat Jagdeo.

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