Un tercio de catalanes cree que las cuotas políticas generan mujeres "florero"

Barcelona.-  Un 32,4% de los catalanes cree que las cuotas en política conducen a la presencia de "mujeres florero", según una encuesta sobre las diferencias existentes entre géneros que refleja también que, a pesar de los avances, aún hay un 25% de personas que prefieren que el presidente del Gobierno sea un hombre.

Este trabajo, elaborado por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) en colaboración con la Generalitat, que hoy se ha presentado en rueda de prensa, trata de conocer la percepción acerca del papel de hombres y mujeres en los diversos ámbitos de la vida cotidiana.

Así, el 60,9% encuestados (1.483 personas de entre 18 y 65 años) considera que las desigualdades entre géneros siguen siendo muy o bastantes grandes (el 69,7% de la mujeres y el 52,3% de los varones), mientras que la mayoría opina que el colectivo femenino lo tiene más difícil para acceder a cargos de responsabilidad política (67,9%) o a la dirección de empresas (22,6%).

A pesar del tercio contrario a las cuotas políticas, la presidenta del Instituto Catalán de las Mujeres, Marta Selva, cree que mayoritariamente (60,8%) la discriminación positiva no se percibe como una "agresión" (por ninguno de los dos sexos), sino que hay cierta comprensión hacia una medida dirigida a corregir algunos tópicos y realidades que precisamente refleja la encuesta.

Así, dentro del seno familiar, y aunque el reparto de tareas domésticas tiende a equilibrase, la mujer realiza mayoritariamente muchas de ellas: planchar (66,2%), hacer la colada (62,3%) o cocinar (55,7%), mientras que el hombre sólo sobresale a la hora de hacer pequeñas reparaciones en el hogar (42,5%).

La mujer, que disfruta de dos horas menos de ocio a la semana que los varones (26,6 por 28,5), es la que suele tomar las medidas de control de natalidad (71,1%), y sobre la que recae especialmente el cuidado de los hijos (56,8%) o de los mayores y suele por ello faltar más al trabajo para atenderlos cuando caen enfermos (58%), tarea que, según la encuesta, afecta mucho más a su carrera laboral que a sus parejas.

De hecho, a la hora de buscar un trabajo la mujer tiene en cuenta, por encima de los varones, que el puesto esté cerca de su domicilio y que le permita conciliar vida familiar y laboral (su grado de esfuerzo para la conciliación es de 6,42, por tan sólo 5,61 de los hombres).

También dentro del ámbito del trabajo, el 72,4% de los entrevistados cree que la mujeres cobran menos, que tienen menos oportunidades de encontrar un empleo (59,7%) o que se encuentran con problemas a la hora de promocionar (62,6%), y de hecho se mantiene otro tópico: el 21,5% de los hombres prefiere que su jefe sea de su mismo sexo.

Dos tercios creen que las mujeres han esforzarse más que los hombres para demostrar que pueden desarrollar el mismo puesto de trabajo que los hombres, lo que no impide que se mantengan algunos tópicos laborales: que se las asocie con empleos de bienestar social y educación, mientras que la economía, las finanzas o la industria sean vista como profesiones más masculinas.

La encuesta refleja también que a la mujer le interesa menos la política que a los hombres (22% por 28%), y que se sitúa ideológicamente como de centro-izquierda.

A juicio de Selva, los datos de esta encuesta deben servir para mantener el debate sobre la reorganización y el reparto de tareas, una distribución cada vez más equitativa según las contestaciones de los grupos más jóvenes de edad.

Para el director del CEO, Gabriel Colomé, las contestaciones de los entrevistados muestran algunos tópicos sobre el papel de la mujer recogido en otras encuestas, aunque este trabajo, ha añadido, aporta opiniones no consultadas por otras encuestas -como las del CIS- y ha abogado por que este estudio sea bianual para comprobar los avances.