Año I después de la quiebra de Lehman Brothers, la crisis ya no es una amenaza, es una realidad. Más de dos millones y medio de españoles están en el paro y, para los que no lo están, su trabajo ha dejado de ser cien por cien seguro. En doce meses la economía ha cambiado y nosotros nos hemos tenido que ir adaptando. ¿Cómo lo has hecho tú? Aquí tienes cuatro historias de cómo la coyuntura económica está afectando a nuestras costumbres.
De servir más de cincuenta menús diarios a no ocupar las ocho mesas de su casa de comidas hay una diferencia de poco más de un año. Los restaurantes de menú, como el Potos, en el barrio de Chamartín, en Madrid, han sido de los más perjudicados por el cambio de hábitos de consumo de la gente. "La situación empezó a notarse el invierno pasado. Bajamos a cuarenta y tantos menús al día, pero nos defendimos bien", explica Rober, uno de sus dueños, que ahora teme lo que pueda pasar a partir de la próxima semana, cuando termine la jornada intensiva. "Yo este invierno me conformo con cubrir gastos", asegura.
La caída de la demanda tiene para él dos explicaciones. Por un lado, "hay muchas empresas que han echado gente" y, por el otro, "muchos trabajadores se han lanzado al mundo del 'tupper'". Según un estudio de TNS Worldpanel, entre abril de 2008 y marzo de 2009 creció un 8,5% el número de trabajadores que comía de 'tupper'. En concreto, un 23,3% de la población lo usa. "Antes, a la gente le daba cierta vergüenza sacar la fiambrera en la oficina, ahora ya no, porque antes eso era una señal de que estaba pasando un apuro económico y actualmente es una tendencia general, el ahorro es una actitud", dice Rober.
No se nota tanto esta actitud en los desayunos. "Si hay bajas a primera hora es por la gente que han echado o las oficinas que se han trasladado", comenta Rober. La crisis no ha podido con el café de media mañana y, además, ha instaurado una nueva costumbre: "Sustituir la comida por una cerveza y un pincho de tortilla".
En la cesta de la compra de Gloria, la mayoría de los productos son de marca blanca. Desde que en junio esta pedagoga de 31 años se quedó en el paro ha tenido que cambiar sus hábitos de consumo y lo primero que ha hecho es establecer Dia % como su supermercado de referencia: "Ahora vengo siempre, antes sólo lo hacía de vez en cuando". Y es que, desde que se quedó sin trabajo, y ahora también sin subsidio por desempleo, dice que le "da igual si los productos son de marca o no", lo que busca es "lo más barato". "Yo si no estuviese sin trabajo, haría la compra como siempre, con las marcas de toda la vida, pero ahora me resulta imposible", confiesa.
Su pensamiento no es diferente al de otros muchos españoles. Según revelan las últimas estadísticas de la consultora Nielsen, la cuota de mercado de la marca del distribuidor (más conocida como marca blanca) en España es del 34%, un porcentaje que aún queda lejos del 40% de Alemania, del 43% de Gran Bretaña, del 42% de Bélgica y, por supuesto, del 53% de Suiza, país líder en el consumo de marcas blancas. Sin embargo, el dato actual, aunque a la cola de Europa, se aleja del de 2007, cuando estos productos suponían el 31,5% de la cuota de mercado, según un estudio de TNS Worldpanel.
En su paso a las marcas blancas, Gloria ha empezado con productos como "la leche, la pasta o el arroz", aunque explica que "es cuestión de ir probando". El Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria del Ministerio de Medio Ambiente, revela que en lo que llevamos de 2009 un 89,6% de los españoles ha probado productos de marca del distribuidor, frente al 76,8% que lo hicieron en 2006. Gloria no es la única a la que "la crisis ha dejado en blanco". De todas formas, concluye: "Hay cosas de toda la vida que no soy capaz de variar".
Cansada de Madrid, Ana quiso darse un respiro, y decidió ir seis meses a Shangai para preparar allí su proyecto de fin de carrera. Terminada esta etapa, regresó a España con un objetivo: entregar el proyecto y buscar trabajo como arquitecta en nuestro país. "No descartaba volver a salir al extranjero, pero más adelante", cuenta.
Lo que no se esperaba cuando hizo sus planes de futuro es que la crisis le afectase tan directamente. Y, sin otra opción para trabajar que buscarse algo fuera de nuestro país, Shangai se ha vuelto a situar en su punto de mira: "Ya me han ofrecido trabajo y, en principio, volveré, pero una cosa es que tú quieras irte en un momento dado al extranjero y otra que las circunstancias te obliguen a ello".
Ana sabe que su situación no es atípica: "Mi historia es la de muchos estudiantes de arquitectura". "Mis compañeros o se han ido fuera, sobre todo a los países del norte, o se han puesto a estudiar", explica. Y es que la vuelta a las aulas es una de las consecuencias de la coyuntura económica. Así, según datos de un estudio realizado por MasterD, el número de personas interesadas en preparar oposiciones ha aumentado un 14% en el último año.
Después de siete años diseñando ropa de alta gama para venderla en ferias de todo el mundo, a Alexandra no le ha quedado otro remedio que cambiar su modelo de negocio. La crisis ha cambiado los hábitos de consumo de la gente, incluidos los de las clases más altas. "En un año dejé de tener demanda y empecé a acumular stock, así que tuve que cambiar mi forma de vender", explica.
De esta forma, Alexandra ha pasado de no tener ningún contacto con los clientes a establecer un 'show room' en un piso de Barcelona. "Yo no tenía venta directa al público. Un agente se dedicaba a colocar mi ropa en distintas tiendas, pero ahora soy yo la que la vende directamente", nos cuenta. Aunque eso no ha sido lo más llamativo. Ahora su ropa cuesta la mitad de precio. "Si antes un vestido se vendía por 1.000 euros, ahora el precio es de 500", explica.
Los ricos no han sido los únicos que han cambiado su forma de consumo de ropa. Las cifras hablan: en los siete primeros meses de 2009 la venta de ropa (en general) cayó un 5,3%. Y eso que desde que empezó la crisis los descuentos (incluso fuera de rebajas) son una realidad en las principales cadenas de España.
Y a ti… ¿en qué te ha cambiado la crisis? ¿Tiras de marcas blancas o te has lanzado al mundo del 'tupper'? ¿Eres de los que se ha puesto a estudiar para evitar el paro? ¿Y el ocio, sigues haciendo lo mismo que antes? Participa en nuestro debate en Utoi y cuéntanos en qué ha cambiado tu vida en este año.
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