Salgado prefiere no provocar a los más ricos

"No tendría un impacto significativo subir los impuestos a las sicav", confesó la ministra de Economía tras concluir una improvisada rueda de prensa para presumir de una ligera recuperación de la confianza de los consumidores. Los poderosos ganan la partida. Porque igual la recaudación no supone una gran aportación al déficit público, pero si todos contribuyen, no parece coherente que el club de los privilegiados se libre. Segura de sí misma, relajada y con sonrisa permanente ha asegurado que "no vamos a tomar medidas que podrían ser populares pero que no tienen relevancia", refiriéndose a la posibilidad de aumentar el 1% de tributación de las sociedades de inversión de capital que las familias más ricas utilizan para beneficiarse fiscalmente. Ha aprovechado también para insinuar la desaparición de la desgravación de los 400 euros y pedir el control de los sueldos de los directivos del sector financiero.

Una rueda de prensa montada de improviso con la excusa de explicar la reunión de ayer del ECOFIN inauguraba teóricamente las prometidas comparecencias semanales de la ministra de Economía para explicar cómo evoluciona la crisis. En realidad, tras los negativos datos del paro con 85.000 desempleados más en agosto, se trataba de una inyección de autoestima. Había que rentabilizar urgentemente los 3,4 puntos que ha aumentado la confianza de los españoles. Seis meses consecutivos en los que los ciudadanos se agarran a la esperanza como tratamiento para resistir. Contentísima con su dato bajo el brazo, Elena Salgado se ha presentado, ante cerca de un centenar de periodistas, dominando el cotarro. Sabe que su papel es dar la cara y cuando le han preguntado sobre quién manda en economía después de que Zapatero le enmendase la plana en el tema de la subida de impuestos, no ha titubeado al contestar que "la política económica la dirige el Gobierno, con su presidente primero y la ministra de Economía, después".

Tras hacer hincapié en que "no hay que fijarse sólo en el déficit público sino también en la deuda pública, en la que España tiene una mejor posición que otros países", y explicar que sólo una pequeña parte de los alrededor de 20.000 desempleados —12.000 ya lo han solicitado y otros 8.000 casos que se están estudiando— a los que se les ha acabado el paro podrán cobrar los 420 euros de ayuda antes de noviembre, la vicepresidenta segunda ha asegurado que "si por salir de la crisis se entiende un trimestre con crecimiento positivo, hasta el segundo semestre del año próximo no esperamos que se produzca. Aunque entonces no habrán acabado los problemas, pues habrá que consolidar la situación para generar empleo".

Apoyando su posición en los socios europeos, Salgado, metió el dedo en la llaga de la remuneración de los directivos financieros, para los que exigió control del sistema de supervisión y que esos criterios se apliquen a todas las entidades hayan o no recibido ayudas públicas. "Los países estamos haciendo esfuerzos, parece razonable que ese esfuerzo también se pida a quienes están en un sector que está en el origen de la crisis y con actuaciones que no siempre han estado de acuerdo con la ética". La filosofía del esfuerzo desarrollada por la ministra debería servir para las grandes fortunas y sus sicav. Esas sociedades de inversión de capital variable en las que las familias ricas concentran su capital para pagar menos impuestos, ya que sólo tributan un 1%, tienen arrimar el hombro como los demás ciudadanos. Que la revisión de las figuras impositivas va a afectar a un alto porcentaje de la población, por mucho que se empeñe el presidente en lo contrario, lo dejo entrever Elena Salgado al afirmar que "este conjunto de medidas habrá que presentarlas junto con los presupuestos para que los ciudadanos entiendan que son necesarias".

No incomodar a la aristocracia económica parece una prioridad de este Gobierno. La propia ministra insistió en que que no hay más que fijarse en los tipos fijados en países como Alemania, Austria, Francia, Países Bajos o Italia, "en los que las instituciones de inversión no tributan o lo hacen a tipos muy reducidos". Claro que si gravar más a las sicav de los ricos no es significativo, mucho menos pedir un esfuerzo a quienes viven de su salario y para los que la medida de los famosos 400 euros, va a desaparecer. "Los 400 € se plantearon con el IPC y unas hipotecas altas, ahora los intereses están en mínimos históricos y los precios han bajado, con lo que los 400€ pueden tener una mejor utilización". Eso si, a los millonarios ni tocarles.