Nueva York.- Una emblemática columna de acero que sobrevivió al desplome de las Torres Gemelas regresará el próximo lunes a la "zona cero" de Nueva York para formar parte del complejo que se construye en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, anunciaron hoy los responsables de la obra.
A tres semanas de que se cumpla el octavo aniversario de los ataques, la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey detalló que la "última columna" será trasladada la madrugada del lunes al sur de Manhattan desde el hangar en el aeropuerto JFK, donde ha estado almacenada los últimos años.
La "ultima columna" recibe ese nombre porque fue la viga que más se tardó en retirar de los escombros de la "zona cero".
La viga conserva aún los mensajes que los equipos de rescate y familiares de las víctimas dejaron escritos en su superficie a modo de tributo antes de que fuera retirada en mayo de 2002, en lo que se consideró entonces la conclusión de las tareas de recuperación.
De 10 metros de largo y 58 toneladas de peso, esta columna será uno de los elementos centrales de las instalaciones que homenajearán a las víctimas en la "zona cero".
Entre esas instalaciones destacarán dos estanques de agua rectangulares, rodeados de una plaza arbolada, y una construcción en la que se podrán leer los nombres de las cerca de tres mil víctimas mortales de aquellos ataques.
Pese al retraso de las obras, los estanques artificiales, que albergarán unas grandes cataratas artificiales, estarán en pleno funcionamiento cuando en 2011 se cumplan diez años de los atentados, según han asegurado las autoridades.
"Esto es en el fondo una señal del renacimiento de esta zona", dijo al diario Daily News el director de la Autoridad Portuaria, Chris Ward, quien destacó que "la última columna" regresa a la "zona cero" en el mismo momento en que se colocan las vigas del nuevo World Trade Center.
Esta viga es una de las 47 columnas que sobrevivió al desplome de la torre sur, y en los meses posteriores a los atentados se convirtió en un improvisado soporte para rendir tributo a las víctimas.
Sobre su superficie se pegaron cartas de niños a sus padres y madres desaparecidos, se colgaron rosarios y banderas, y se inscribieron las cifras de policías, bomberos y agentes de la Autoridad Portuaria que perecieron en los atentados.
Un equipo de conservadores de arte se encargó en los últimos años de preservar la integridad de restos como éste, para luego destinarlos al museo y el monumento conmemorativos.
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