Barcelona.- La compañía aérea Spanair de ahora tiene muy poco que ver con la que hace un año sufrió en Barajas un accidente que causó 154 muertos, pues ha cambiado de accionistas de referencia, de presidente, de sede y de planes estratégicos.
Cuando se produjo el siniestro, el 20 de agosto de 2008, el accionista mayoritario de Spanair, SAS, llevaba meses intentando vender su filial española, que era deficitaria, e Iberia llegó a estar estudiando seriamente la operación.
Finalmente Iberia desestimó adquirir Spanair y SAS, cuando se produjo el siniestro, no había encontrado ningún comprador en un sector que en toda Europa estaba en una situación financiera delicada.
La venta se produjo el 30 de enero pasado, cuando la nueva sociedad Iniciatives Empresarials Aeronàutiques (IEASA), participada por instituciones y empresarios catalanes, adquirió al grupo SAS el 80,1% de Spanair, con destacada presencia en los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca.
Tras esta compra se nombró presidente a Ferran Soriano y se ha puesto en marcha un plan estratégico que pasa por el traslado de la sede a Barcelona y reforzar El Prat y la nueva terminal T-1 como centro de operaciones de la compañía.
Significativamente, el primer vuelo que salió de la T-1 rumbo a Madrid el pasado 17 de junio estaba operado por Spanair.
En el accionariado de Iniciatives Empresarials Aeronàutiques participan la firma de capital riesgo Catalana d'Iniciatives, el consorcio Turismo de Barcelona, Volcat 2009 -que agrupa a los empresarios vinculados a la asociación empresarial Femcat-, Fira de Barcelona, un grupo de empresarios hoteleros y del sector turístico catalán y otros empresarios del resto de España.
El capital público proveniente de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona está presente de manera indirecta en esta nueva sociedad a través de Turismo de Barcelona y de Catalana d'Iniciatives, ya que desde la Generalitat se considera una apuesta estratégica potenciar El Prat, después de que Iberia apostase por operar desde Madrid como "hub".
La compra se llevó a cabo por el precio simbólico de un euro, la compañía escandinava SAS mantiene una participación del 19,9% en el capital de Spanair y se hace cargo de la deuda anterior de la aerolínea, que a finales de 2008 sumaba 500 millones de euros, y también de las consecuencias legales y económicas del siniestro.
Sin embargo, los nuevos propietarios, que han de asumir una ampliación de capital de 100 millones, de los que quedan 30 millones por desembolsar, han considerado que la marca era uno de los principales activos de la compañía y han optado por mantenerla.
Spanair planea reducir este año su flota actual de 63 aviones a 48, apostando por el modelo Airbus, tal y como están haciendo aerolíneas que asumen recorridos de medias distancia y reduciendo por completo los modelos MD 82/83 y 87.
En 2008, la facturación de Spanair ha superado los 1.000 millones de euros, con más de 10 millones de pasajeros transportados, 48 aeronaves y 2.665 empleados a tiempo completo.
El objetivo de los nuevos socios es dejar de tener pérdidas a finales del 2010, pero ello dependerá de la evolución de la economía española y de los precios del crudo.
En la actualidad, los vuelos regulares representan el 76% de sus ingresos totales, los 'charter' el 16% y el transporte de carga el 8% restante.
Spanair es la segunda aerolínea española, por detrás de Iberia, con una cuota del mercado doméstico del 23% y una posición muy significativa en los aeropuertos de El Prat, Barajas y Son Sant Joan.
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