Lugo dice que mantiene intactas sus convicciones en su primer año de mandato

Asunción.-  El presidente de Paraguay, el ex obispo católico Fernando Lugo, afirmó hoy que mantiene intactas sus convicciones durante la celebración de su primer año en el poder tras poner fin a una hegemonía de 61 años del Partido Colorado.

"Mantengo intactas todas mis convicciones, no me ha cambiado el poder", dijo Lugo durante un discurso pronunciado ante jóvenes en la calle Palma, la más concurrida de Asunción, y luego de depositar una ofrenda floral ante el Panteón Nacional de los Héroes.

"Después de un año, les puedo asegurar que el cansancio no ha llegado en mi vida. Algunos dicen que un poquito más de canas están poblando mi cabeza, pero esas canas no llegaron al corazón, ni tampoco va a llegar mientras ustedes me acompañen", expresó.

Lugo, de 58 años y quien sucedió en el cargo a Nicanor Duarte (2003-2008), se convirtió en el primer ex obispo católico en asumir como jefe de Estado luego de renunciar a su estado clerical en 2005 para dedicarse a la política.

También indicó que una celebración "sencilla, humilde y austera, es la mejor garantía" de que su Gobierno va a "seguir siendo uno de los más honestos" de la historia paraguaya.

Exhortó además a la población a apoyar su gestión "para garantizar el proceso genuinamente democrático" emprendido.

El ex obispo celebró su primer año en el poder alejado de algunos referentes de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), que lo llevó al poder en los comicios generales del 20 de abril de 2008, por divergencias entre las agrupaciones que la componen y ante el desafío de agilizar el cumplimiento de sus promesas de Gobierno.

La APC está encabezada por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, centroderecha), la segunda fuerza parlamentaria, que en una próxima convención decidirá si deja la coalición porque considera que su representación en el Gobierno es inferior a su fuerza política.

Los actos de esta jornada, que coincidieron con la celebración de los 472 años de fundación de la capital paraguaya, incluyeron un festival artístico en la Plaza de la Democracia, desde donde Lugo se trasladó a Capiatá, 25 kilómetros al este de Asunción, para asistir a una fiesta popular.

Finalmente, el presidente concurrió a un reunión comunitaria en Areguá, cercana a Capiatá.

Entretanto, mañana el gobernante presidirá la conmemoración en el país del Día del Niño, en los jardines del Palacio de López (sede gubernativa).

Una de las promesas incumplidas hasta el momento del mandatario fue la de impulsar la renovación en la Corte Suprema de Justicia, cuya estructura fue heredada del Gobierno anterior y cuyos integrantes sólo pueden ser cambiados mediante renuncia o juicio político promovido por el Parlamento, de mayoría opositora.

Además, Lugo se había comprometido a asistir a las comunidades indígenas, pero centenares de familias de indios acampan desde hace varios meses en precarias carpas en dos plazas públicas de la capital en reclamo de terrenos y asistencia integral.

Este primer año se caracterizó también por las fricciones entre los poderes Ejecutivo y el Legislativo, que se agudizaron esta semana luego de que el presidente se negara a firmar un acuerdo democrático que habían refrendado los principales partidos parlamentarios.

El presidente, quien se excusó de avalar ese pacto, dijo en una entrevista concedida a Efe que sus asesores elaboraron una "contrapropuesta" para garantizar la participación ciudadana, que ha sido el eje de la campaña que le llevó al poder.

Por otra parte, Lugo afronta una demanda de paternidad presentada por Benigna Leguizamón el pasado 22 de abril pasado, que supuso el segundo escándalo de este tipo que involucraba al ex prelado después de que reconociera que tuvo con otra mujer, Viviana Carrillo, un hijo de dos años nacido cinco meses después de su renuncia al estado clerical para dedicarse a la política.

Una tercera mujer, Hortensia Morán, también sostiene que Lugo es padre de su hijo Juan Pablo, de un año, aunque aseguró que no pretende presentar ninguna demanda.

El Ejecutivo se atribuye como uno de sus principales logros el acuerdo refrendado en julio pasado por Lugo y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en torno a lo reclamos de mayores beneficios en la hidroeléctrica de Itaipú, compartida por ambos países.

El acuerdo, que según un sector de la prensa local no puede ser considerado como un logro ya que sigue pendiente de aprobación en los parlamentos de Asunción y Brasilia, permitiría a Paraguay recibir 360 millones de dólares al año a partir de 2010 por la cesión a su socio de la parte de energía que no consume, frente a los 107 millones que percibió en 2008.

Además, entre otros avances, el Gobierno decretó la gratuidad de la atención médica en los hospitales públicos y emprendió un proceso de reforma agraria con la que, según Lugo, se ha asistido hasta el momento a 64 asentamientos y se recuperaron 80.000 hectáreas de tierras mal habidas.

Según dos encuestas divulgadas hoy por la prensa paraguaya, la mayor parte de la población considera "regular" la gestión del mandatario, con sendos porcentajes del 51,1% (según el sondeo publicado por el matutino Última Hora) y del 41,5% (de acuerdo con otro que traía La Nación) de los consultados con esa percepción.