Buenos Aires.- La alianza opositora argentina Unión-Pro, uno de los grandes ganadores en los últimos comicios legislativos en el país, se sumó a las críticas por la falta de avances en el diálogo político abierto por el Gobierno al asegurar que esa instancia "está moribunda".
Un día después de que la Unión Cívica Radical (UCR), la segunda fuerza parlamentaria del país, anunciara su decisión de romper las negociaciones con el oficialismo, Francisco De Narváez, uno de los líderes de Unión-Pro, dijo en declaraciones que publica hoy el diario La Nación que la estrategia del Gobierno fue "perder tiempo".
"Diría que el diálogo está moribundo", sostuvo De Narváez, quien en junio pasado derrotó al ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) en los comicios para diputado por la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante del país.
El legislador consideró que "algunos funcionarios" del Ejecutivo de la peronista Cristina Fernández, esposa de Kirchner, tuvieron "intenciones de dialogar y construir una agenda común", pero "inmediatamente fueron desautorizados" por el ex mandatario.
"El Gobierno no deja debatir ni consensuar. Llama al diálogo para perder tiempo y evitar hacer frente a los reclamos de la oposición", indicó el líder de Unión-Pro, alianza integrada por peronistas disidentes como De Narváez y por la fuerza Propuesta Republicana, que encabeza el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri.
No obstante, el diputado aseguró que desde la coalición política que lidera siempre "habrá vocación de conversar", aunque exigió al Gobierno una "dinámica y capacidad de decisión" diferentes de las que ha mostrado hasta el momento.
El diputado electo Felipe Solá, otro de los peronistas disidentes que integran Unión-Pro, definió la estrategia del Gobierno como una "puesta en escena" que "daña el espíritu" de los ciudadanos argentinos.
"El diálogo ya fue", advirtió en una respuesta tácita a la convocatoria de una segunda etapa de conversaciones hecha por el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
La falta de resultados en el diálogo al que llamó el Gobierno tras el varapalo electoral de junio, que le supuso la pérdida de la mayoría en el Parlamento, había cosechado en los últimos días críticas desde diversos sectores de la arena política.
La UCR dio por cerrada su participación en las conversaciones al tachar el llamamiento formulado por el Ejecutivo de "maniobra perversa" destinada a "ganar tiempo".
El centenario partido, que en las últimas elecciones formó parte del Acuerdo Cívico y Social, fue la primera fuerza en responder a la convocatoria del Ejecutivo, mientras que su aliada Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, desistió de acudir a las reuniones, lo que desató un conflicto interno en el frente opositor.
"Ahora todos saben que no era caprichosa ni irracional", aseguró ayer Carrió.
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