Toledo.- El arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, ha analizado hoy cuáles deben ser las relaciones de los católicos con el Estado, y ha proclamado que "la Iglesia llama a la resistencia dondequiera que se mande hacer el mal auténtico y lo adverso a Dios".
Éste ha sido el mensaje con el que ha enfocado la homilía de la eucaristía en la que en la catedral de Toledo se celebra la festividad de la Virgen del Sagrario, patrona de la ciudad.
"La gran corriente marxista nos ha machacado la cabeza con la idea de que el cielo puede esperar", ha lamentado Braulio Rodríguez, quien por primera vez ha presidido un oficio en el día grande de las fiestas de Toledo desde que hace dos meses sucedió en el obispado Primado de España al cardenal Antonio Cañizares.
El arzobispo ha dicho que "la Iglesia respeta el Estado terrenal como un orden propio del tiempo histórico, con sus derechos y sus leyes, pero también pone una barrera a su posible omnipotencia, dado que es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres".
Tras recomendar así la desobediencia civil ante determinados asuntos, Rodríguez ha añadido que esta idea ya fue expuesta "por el cardenal Ratzinger, hoy Papa Benedicto XVI, hace más de una década".
En su argumentación, el arzobispo de Toledo ha señalado que "lo escatológico" (en su acepción de asuntos de ultratumba) es lo que garantiza el derecho del Estado "y preserva del absolutismo, al poner de manifiesto los límites del propio Estado y los de la Iglesia en el mundo".
El obispo Primado de España ha recordado que san Pablo escribió que la ciudadanía de los cristianos está en los cielos y que por tanto éstos pertenecen ya a esa ciudad aunque estén todavía "en camino".
Por ello ha lamentado que textos con ese mensaje ya no se citen, y ha dicho que "tal vez" sea porque "parecen distanciar a los hombres y mujeres de la tierra y apartarlos de sus cometidos de este mundo, sus ocupaciones sociales y políticas".
Al filósofo Nietzsche ha puesto Rodríguez como ejemplo de quienes así piensan, "hermanos, permaneced fieles a la tierra".
En contraposición, el que dirigiera las diócesis de Osma-Soria, Salamanca y Valladolid antes de asumir el arzobispado toledano ha dicho que "estar en camino hacia la ciudad nueva no aleja, sino que es la condición para restablecer el Estado".
A la ceremonia ha asistido, junto a cientos de feligreses, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page (PSOE), y el obispo de Guadix-Baza, Juan García-Santacruz.
Tras el oficio religioso comienza una procesión de la Virgen del Sagrario y los tradicionales besos a la imagen y bebida de agua de botijos en el claustro, actos ambos para los que el cabildo catedralicio, debido a la gripe A, ha pedido que se sustituyan por toques con la mano y beber con vaso, respectivamente.
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