Niñas, no hagáis esto en casa

Nos encanta hablarte de chicas guapas y glamourosas de estilo recomendable, pero también forma parte de nuestro trabajo prevenirte de falsos ídolos y de blufs hinchados por los medios. Hoy ampliamos nuestra labor a las mentes más maleables, las adolescentes, para advertirles sobre lo poco conveniente que es intentar emular a un personaje que va ganando popularidad —al menos en Estados Unidos— mes a mes. Se trata de Taylor Momsen, la actriz que interpreta a la no tan inocente Jenny Humphrey en Gossip Girl y que se postula como el último gran fake de la temporada.

Es una pena ver cómo esta chica se estropea de tan mala manera. Y eso que tuvo un gran comienzo en tan célebre serie dando vida a una chica de 14 años cuando ella tenía exactamente esa edad. Este hecho es especialmente reseñable atendiendo a los muy mal llevados 17 que se supone que tenía su compañera Blake Lively, que cuenta 22 en la vida real. Taylor nació en 1993 (es decir, tiene 16 primaveras) y ejercía divinamente como adolescente buenecita en la serie y fuera de ella. En la primera temporada llevaba su uniforme con relativa normalidad, teniendo en cuenta el entorno mega pijo en el cual se mueve, pero a partir de la segunda las estilistas empiezan a perder el norte con el estilismo del personaje

Esta locura se tradujo en un cambio radical absoluto de dulce angelito teen hacia aspirante a macarrilla con accesorios demodé. Todo comenzó cuando comenzó a aclarar su pelo de manera alarmante, para después complementarlo con un abuso total de la sombra ahumada. Si lo que buscaba era aparentar más edad, lo ha conseguido, pero también parecer una yonki cuando no un payasete.

Ella cree que es muy punk y muy alternativa, aunque en el NY Post han encontrado una semejanza mucho más acorde: lo suyo es puro teatro. No sólo se echa unos innecesarios años encima sino que su estilo es un pastiche que pretende aunar el rockerismo con el glamour de diseñador. Al final se queda a medio camino. En algunos momentos incluso va algo escasa de ropa. ¿No da la impresión de que su actitud tan moderna e indie es totalmente impostada? ¿Como si cada mañana sacara su ‘manual de modernidad’ y eligiera de qué epígrafe se quiere vestir? También se nota un gran trabajo de estilista detrás, todo sea dicho. Hasta para ir a la iglesia los domingos elige el modelito y el maquillaje más in.

Apareció como portada y entrevista principal en Teen Vogue, y aquí se confirma el hecho de que Taylor es un bluf. Las fotos hablan por sí solas, no nos muestran nada que no sepamos, pero sus declaraciones no tienen desperdicio. ‘Tengo una vida muy adulta, tengo dos carreras diferentes. Estoy siempre de gira, ¿qué voy a hacer saliendo con niños de instituto? Ni siquiera sé de qué hablar con ellos, es una pena’. Vaya, a sus 16 años es infinitamente más madura que cualquiera de su insti, pobrecita, tanta fiesta le está afectando. ‘No estoy saliendo con nadie ahora mismo pero he tenido un montón de relaciones. Mis padres saben que nunca saldré con alguien de 16 (...) Me comería vivo a un chico de mi edad’. ¡Madre mía! ¡Qué mujerón! Taylor participó en el cásting para ser Hannah Montana pero finalmente no fue elegida; a este respecto opina que ‘creo que estoy aliviada (...) No habría funcionado conmigo, lo repelo’. Hannah será demasiado ñoña e infantil para ella, pero Miley Cyrus es la niña mejor pagada del mundo, mira tú por dónde.

Por si no tuviéramos suficiente con su madurez como persona y actriz, resulta que también tiene un grupo, The Pretty Reckless. Allí Taylor se desgañita ofreciendo una imagen aún más punkarra, desgarrada y auténtica... que también huele a actitud 100% impostada. Además, no canta muy bien que digamos.

¿Será Taylor Momsen la nueva Avril Lavigne para las adolescentes, musa e inspiración de aquellas que aspiran a ser las más guays de la clase? Esperemos que no. De momento, le proponemos que se fije un poco en la también teen Dakota Fanning, con menos conservantes y colorantes artificiales.