Redacción Internacional.- La condena a tres años de trabajos forzados de la líder de la oposición en Birmania, Aung San Suu Kyi, mereció hoy la repulsa de la gran mayoría de los organismos internacionales y los Gobiernos democráticos del mundo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, deploró hoy la condena de la líder de oposición birmana, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará hoy una reunión de urgencia para tratar el asunto.
La portavoz de la ONU, Marie Okabe, dijo que Ban está "decepcionado" y pide al Gobierno birmano que libere a Aung San Suu Kyi y que se siente en la mesa con ella sin demora, como parte esencial del proceso de reconciliación y diálogo nacional"
Ban añadió que sin la participación de Suu Kyi y el resto de presos políticos en unas elecciones libres y justas, la credibilidad de la llamada transición a la democracia iniciada por el régimen militar "quedará en duda".
La Unión Europea (UE) aprobará antes del fin de semana nuevas sanciones contra el régimen birmano, incluidas las de carácter económico.
De este modo, la UE pretende responder a la sentencia contra la premio Nobel de la Paz, ya que, a su juicio, ha sido consecuencia de un proceso judicial "injustificado", lamentó hoy la presidencia sueca en un comunicado.
Fuentes comunitarias indicaron a Efe que está previsto que los Veintisiete respalden las nuevas medidas el próximo jueves o, a más tardar el viernes, a través de un procedimiento escrito.
Un conjunto de sanciones que se sumarán las actuales, aprobadas en 1996 y que son actualizadas regularmente.
En la misma línea, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, calificó la sentencia contra Suu Kyi de "injustificada e inaceptable".
En declaraciones a la prensa en Goma, en la República Democrática del Congo (RDC), en el marco de su gira por África, la secretaria de Estado de EEUU, Hilary Clinton dijo, según un comunicado difundido en Washington que "Seguimos instando a que liberen a Suu Kyi del continuado arresto domiciliario"
La jefa de la diplomacia estadounidense exigió, además, que el régimen birmano "termine la represión contra tantas personas en ese país, y empiece un diálogo con la oposición y los grupos étnicos".
"De otra manera, las elecciones fijadas para el próximo año no tendrán legitimidad alguna", concluyó
El Gobierno español exigió "que se libere cuanto antes" Suu Kyi y expresó su "firme condena y rechazo" ante la sentencia "a todas luces injusta".
En un comunicado difundido hoy por el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo español asegura que la sentencia confirma la impresión de que el juicio seguido contra San Suu Kyi "responde a motivaciones únicamente políticas y no ha contado con las más mínimas garantías procesales".
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, al conocer la sentencia pidió "nuevas sanciones" de la comunidad internacional contra el régimen birmano por la condena "brutal e injusta" que impuso a la líder del movimiento demócrata de ese país.
El primer ministro británico, Gordon Brown que desde hace años defiende la causa de la líder opositora birmana, afirmó en una declaración difundida por Downing Street que está "apenado y enfadado" por una condena que consideró fruto de un "juicio farsa"
La condena, declaró, es una prueba más de que el régimen militar de Birmania no permitirá que Suu Kyi participe en las elecciones anunciadas para el año que viene.
Brown hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que "responda con determinación" al veredicto contra la premio Nobel de la Paz y abogó por que la ONU imponga un embargo de armas contra la junta militar de Birmania.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier, calificó la sentencia de un nuevo golpe a los derechos humanos en Birmania. Es el final de un proceso que fue más una farsa que un juicio y que evidencia hasta qué punto no rigen en el país los más elementales derechos", apunta Steinmeier en un comunicado emitido por su departamento.
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) calificó de "vergonzosa" la sentencia y añadió que "la detención, el juicio y ahora esta sentencia condenatoria no son más que una farsa jurídica y política", manifestó en un comunicado Irene Khan, secretaria general de Amnistía.
El comunicado añade que la líder birmana "lleva recluida más de 13 de los últimos 20 años, pero en realidad nunca debería haber sido detenida. La única solución aceptable es su liberación inmediata e incondicional"
A tenor de la sentencia, el Gobierno indio recordó al régimen birmano "la necesidad de agilizar su proceso de reforma política"
"En este contexto, el asunto de la liberación de presos políticos recibirá sin duda la debida atención" de la cancillería india, aseguró Exteriores, que evitó criticar abiertamente la condena.
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