Félix y Stéphanie se casaron el 30 de mayo en París. Pocos días después, estos jóvenes franceses comenzaron su peculiar viaje de luna de miel: se subieron a un tándem para recorrer medio mundo durante dos años. Aprovechamos que esta semana se encuentran en Madrid para quedar con ellos.
Los recién casados comenzaron su aventura a mediados de junio en París. Desde entonces han dejado atrás ciudades como Niort, Bordeaux, Toulouse y Bayonne (del suroeste francés), y otras españolas como Burgos y Segovia. Mientras paseamos por el barrio madrileño de Huertas, Félix nos cuenta que la ciudad que más les ha sorprendido hasta ahora ha sido Segovia: "Tienen un servicio de préstamos de bicis eléctricas muy nuevo y vimos mucha gente en bici, a diferencia de Madrid, donde no encontramos apenas carriles bicis ni infraestructuras para el ciclista. De hecho, tuvimos alguna que otra dificultad para entrar a la ciudad entre tanta autopista". Ahora desde aquí quieren cruzar el charco.
Como cuenta su mujer Stéphanie, de 30 años, "volaremos el domingo hasta Lima, y desde allí pedalearemos hacia Bolivia, Chile y Argentina para bajar hasta la Patagonia y después subir por el otro lado del continente —haremos una especie de "V"—; desde Buenos Aires cogeremos un avión hasta Kuala Lumpur, y desde allí intentaremos atravesar Asia sin bajarnos de la bicicleta hasta París". En total, quieren recorrer 30.000 kilómetros como poco. Si hay alguna parte del viaje que realmente les preocupa, es la última etapa. "No sabemos muy bien cómo lo vamos a hacer en países como China o Pakistán; esperamos no tener problemas con el clima ni con sus regímenes políticos". Aún así, no dudan en intentarlo.
Subimos al piso donde esta pareja tiene guardada su bici. Sólo ella ocupa media habitación. Se trata del modelo Hase Pino, un tándem fabricado en Alemania en el que Stéphanie va delante medio tumbada y Félix controla la dirección de la bici. Los dos pedalean. "Es un vehículo preparado especialmente para llevar niños o para minusválidos; nosotros lo hemos adaptado para viajar los dos y nos sentimos muy seguros en ella", asegura este francés de 27 años. En total llevan unos 40 kilos de equipaje: poca ropa, una tienda de campaña, un par de sacos de dormir y alguna que otra cazuela para calentar la comida. "Llevamos pocas cosas de chica", bromea Stéphanie, "sólo me he permitido llevar un vestido". Con todo, la bici aguanta un peso de 200 kilos y hasta hoy, el récord de velocidad de estos chicos es de 77 kilómetros hora en una bajada. Eso sí, los frenos son de lo mejorcito.
¿Tenéis problemas para llevar la bici en el avión? Félix no puede evitar reírse cuando escucha la pregunta. "Cruzamos los dedos para que este domingo en Barajas no nos pongan pegas para volar a Chile; en el 90% de las compañías aéreas no hay problema para llevar una bici normal, pero ésta es especial y ocupa algo más. Por ejemplo, en Iberia no podríamos llevarla, nos dicen que sólo pueden transportar bicis con un sólo sillín. Al final, volamos con la compañía chilena Lan Airlines, desmontaremos la bici para que ocupe lo menos posible y veremos que pasa".
Mientras tomamos un café, Félix nos asegura que ellos no son nada deportistas, ni suelen coger la bici los fines de semana. Para lo que sí la utilizan es para ir a trabajar. Aunque Félix es de Burdeos y Stéphanie de Toulose, ambos llevan trabajando en París cuatro años. "Recorro cada día diez kilómetros en una bici eléctrica para ir al banco donde trabajo como consultor —llevo traje y corbata y no me gusta sudar mucho—", explica Félix. "No cogemos el tándem por París, porque es más complicado".
Para emprender este viaje, los recién casados han tenido que dejar sus trabajos. Mientras Félix ha conseguido una excedencia de dos años, su mujer ha dicho directamente adiós a la sucursal bancaria de la que era responsable. "Nos planteamos dar un sentido diferente a nuestras vidas y lo quisimos hacer subidos a la bicicleta", cuenta Stéphanie, a quien no le preocupa qué hacer a su vuelta a París. De momento, tienen ahorros suficientes para costearse esta aventura (nadie les patrocina). Lo que sí tienen claro ambos es que su futuro está junto a las dos ruedas. "Queremos abrir algún tipo de negocio relacionado con la bici, por ejemplo, un servicio de alquiler o una tienda donde fabriquemos nuevos modelos", dice Félix. Tras ojear juntos el blog donde relatan por etapas su viaje, nos despedimos de esta simpática pareja que ha decidido ligar sus vidas a las dos ruedas. ¡Buen viaje!
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