Sao Paulo.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homóloga chilena, Michelle Bachelet, hicieron hoy un llamamiento a los países vecinos para que unan esfuerzos y asuman un papel de liderazgo en momentos de crisis como el actual.
"El siglo XXI lo gobernamos entre todos o no lo gobierna nadie. Hemos reaccionado bien ante la crisis", afirmó Bachelet al clausurar junto a Lula un seminario empresarial en Sao Paulo.
La mandataria aseveró que la región "tiene una oportunidad sin precedentes para influir en la dirección del cambio global", pero, agregó, "para eso necesitamos ajustar nuestra forma de trabajo, pues también fue la crisis de las ideas y el debate no es sólo financiero".
Lula comentó por su parte, que Chile y Brasil "demostraron frente a la crisis económica que estaban preparados para esa gran adversidad porque hicieron otra apuesta", por la producción económica y la integración.
"Hay que apostar a ganar dinero pero produciendo, no en loterías mágicas", manifestó.
Durante el encuentro con empresarios, Lula calificó como "una vergüenza" el nivel de las inversiones de Brasil en Chile, pues por cada dólar invertido en ese país, los chilenos ponen cuatro en el mercado brasileño.
El comercio bilateral se cuadruplicó entre 2000 y 2008, hasta alcanzar los 9.000 millones de dólares el último año, y Brasil es el cuarto socio comercial de Chile, que a su vez es el segundo mercado de los brasileños en Latinoamérica.
Bachelet destacó, sin embargo, la "vitalidad" de la relación bilateral, basada en la "claridad de las reglas de juego de un país serio como Chile" y de la "mayor red de acuerdos internacionales en el mundo" que posee su país, con 56 tratados bilaterales y un mercado potencial de 4.000 millones de personas en el planeta.
Además, Lula le agradeció a Bachelet por su papel para derogar el embargo a la carne brasileña que había impuesto Chile.
En el ámbito regional, los dos mandatarios pidieron una reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para establecer una posición conjunta en la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, prevista para diciembre en Copenhague.
"Los países ricos tienen que cambiar su modelo de consumo y costumbres, porque nosotros estamos dispuestos a 'secuestrar carbono' y crear un fondo, pero que eso esté acompañado del compromiso de una disminución de gases por parte de los países ricos", apuntó Lula.
Los dos gobernantes reiteraron su condena al golpe de Estado que desalojó del poder al presidente hondureño, Manuel Zelaya, y pidieron el restablecimiento del orden democrático en ese país centroamericano.
De la misma forma, expresaron su preocupación por la posible instalación de bases militares estadounidenses en Colombia y pidieron una reunión del Consejo de Defensa Suramericano, paralela a la cumbre de la Unasur que se celebrará el 10 de agosto en Quito.
Chile, por su lado, ratificó el apoyo para que Brasil ocupe un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y en una rueda de prensa posterior al seminario, Lula reiteró el respaldo brasileño para la reelección de José Miguel Insulza como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La construcción del corredor bioceánico Santos (Brasil)-Iquique (Chile), que pasará por Bolivia, fue otro de los temas abordados durante el encuentro, en el que se firmaron tres convenios de previsión social, otro para facilitar el envío de mercancías de pequeñas empresas y uno similar en ese sentido entre las aduanas.
En la rueda de prensa, Lula manifestó su disposición para facilitar la extradición a Chile del guerrillero Mauricio Hernández Norambuena, condenado en Brasil por el secuestro del publicista Washington Olivetto, pero ambos mandatarios admitieron que existe todavía un vacío jurídico para acelerar ese proceso.
Brasil constitucionalmente sólo autoriza la extradición si las condenas impuestas o futuras del acusado en el país que lo recibe no son superiores a 30 años, el máximo contemplado por la Justicia de este país.
Lula y Bachelet hablaron hasta de fútbol, en concreto de la posibilidad de intercambiar las fechas de la Copa América de 2015 (Brasil) y de 2019 (Chile), a pedido de la mandataria chilena.
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