Naciones Unidas.- El Consejo de Seguridad de la ONU expresó hoy su preocupación por la lentitud en la implementación de los puntos pendientes del acuerdo de paz que en 2005 puso fin a 21 años de guerra entre el sur y el norte de Sudán.
"Al Consejo le preocupa el ritmo en que se implementan algunos de los aspectos del acuerdo de paz, particularmente en cuanto a la preparación de las elecciones, así como el aumento de la violencia entre las comunidades", dijo el presidente de turno del órgano, el embajador de Uganda, Ruhakana Rugunda, a la salida de la reunión.
El diplomático también transmitió la satisfacción de los 15 miembros del Consejo con el compromiso expresado por el Gobierno de Jartum y los ex rebeldes del Movimiento Popular de Liberación de Sudán (MPLS) de acatar la decisión de la justicia internacional sobre la disputada zona de Ebei.
El Tribunal de Arbitraje de La Haya emitirá el próximo 22 de julio un fallo sobre la demarcación de la rica región petrolera, que se encuentra en la frontera entre el norte y el sur del país.
El subsecretario general de la ONU para Operaciones de Paz, Alan Le Roy, señaló que la misión de paz del organismo en Sudán (UNAMIS) ha desplegado refuerzos en Ebei para "proteger a la población civil en caso de incidentes".
El responsable de los cascos azules, que informó al Consejo sobre la situación en el sur de Sudán, también se mostró satisfecho con el llamamiento unánime del órgano a las dos partes para que superen sus diferencias en la aplicación del acuerdo de paz.
"Todavía quedan muchas cosas por hacer", advirtió a la salida de la reunión.
Entre los asuntos pendientes se encuentran las elecciones generales, previstas para abril del próximo año, y el referendo en el que los habitantes del sur decidirán la separación o permanencia de su región dentro de Sudán.
El MPLS firmó con el Gobierno de Jartum un acuerdo de paz el 9 de enero de 2005 que puso fin a 21 años de una de las guerras más largas de África, que causó 2 millones de muertos.
El conflicto se desató cuando el Ejecutivo central impuso la "sharia" o ley islámica en todo el país, y los rebeldes de sur, de mayoría cristiana y animista, se levantaron en armas.
El acuerdo de paz incluye un período transitorio de seis años desde 2005 para celebrar después un referendo para que los habitantes del sur voten la separación o la permanencia dentro de Sudán.
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