Dos casos que han dejado de ser tan gemelos

El 8 de marzo de 2005, una sentencia en Tenerife hablaba de un caso novedoso del que no había "antecedentes en los anales de la pediatría". Y aunque la defensa aportó un artículo publicado en la revista médica The Lancet para argumentar que la causa del fallecimiento de un bebé"es un cuadro patológico que sólo se ha detectado a posteriori", el ATS responsable fue condenado "a la pena de un año de prisión con accesoria de inhabilitación especial para [...] el ejercicio de la profesión". Esta sentencia se refiere al "caso gemelo", como lo definió ayer el presidente del Colegio General de Enfermería, Máximo González Jurado, que se produjo en diciembre de 2000 en el Hospital de Nuestra Señora de Candelaria de Santa Cruz de Tenerife: un enfermero primerizo en la Unidad y una confusión de vías. Pero entre aquel caso y el de Rayan ya empieza a haber algunas diferencias.

La primera empieza por la rápidez con la que el mismo día de la muerte del bebé se señaló a la enfermera, lanzándole toda la responsabilidad. Que los dos ATS fueran nuevos en el servicio no es algo raro y sí una de las cosas de las que se queja el colectivo de enfermeros. El problema es que "el primer día de trabajo, una vez que terminas la carrera, te exigen el 100% de responsabilidad", explica una enfermera con 18 años de experiencia. Asegura que su incorporación al mercado laboral no tiene nada que ver con la de los médicos. Tras seis años de estudio, ellos realizan un periodo de formación práctica de entre tres y cinco años, en función de la especialidad elegida, como MIR (siglas de 'Médico Interno Residente'). En el caso concreto de la Pediatría son cuatro. Por todo ello se han concentrado hoy a la puerta del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y también para apoyar a su compañera y decirle que "no está sola".

"¿Tú cómo estás?" "Pues jodida". Así se saludaban dos de las enfermeras tras salir a las escaleras del centro. Con este acto, convocado por el Comité de Empresa del centro, querían protestar por la actitud del gerente del hospital el día que murió Rayan, el hijo de la primera víctima de gripe A en España. Su sentimiento es el generalizado. Creen que nadie está exento de cometer un error, pero consideran vergonzosa la actitud de Antonio Barba Ruiz de Gauna, que acusó a su compañera de ser autora de "una gravísima negligencia que no tiene excusa" sin haber hecho una investigación antes. El asunto ha llegado hasta los programas del corazón. "Con todo esto, las enfermeras nuevas están cagadas", añade otra colega.

"Si ya de por sí los primeros días son horribles", comenta otra enfermera que lleva sus únicos dos años de experiencia trabajando en el servicio de Neonatología del centro, "¡imagínate con esta presión mediática!". "Es que no se atreven ni a coger una jeringuilla". Desde el primer día, la muerte de Rayan ha dado el salto de la pura información a programas de televisión alimentados por el morbo. "Se escuchan auténticas barbaridades", dice una. "Yo he llegado a oír hasta un nombre —continúa—, aunque vete a saber si era verdad o no". Todo muy distinto a lo ocurrido en Tenerife, un caso del que apenas hay noticias en las hemerotecas: prácticamente sólo hemos dado con la sentencia, que tiene tachado hasta el nombre del bebé, y con un par de noticias de periódicos canarios.

Ninguna de las enfermeras en el Gregorio Marañón desvela su identidad. Sólo están ahí para dar apoyo a su compañera. "La gente está muy crispada y muy dolida", cuenta una de ellas, para la que esta situación "está echando por tierra el prestigio de la profesión". Sujeta con las manos un cartel donde se puede leer '¡Compañera! No estás sola' y que lucen la mayoría de las concentradas. "Esto es como las manifestaciones en favor del aborto, la gente decía 'yo también he abortado', ahora decimos 'he sido yo' porque cualquiera puede cometer un error", continúa. "Con 18 años trabajando en el servicio, igual yo no cometo ese fallo, pero sí otro", asegura. En 2008 se produjeron 12.276 negligencias médicas en España, de las cuales 508 fueron con resultado de muerte, según la memoria del Defensor del Paciente (PDF: 341kb).

"La precariedad de los contratos que existe actualmente permite mover a las enfermeras de una Unidad a otra sin mirar su experiencia", explica una profesional que en junio de 2008, junto a otras 66, firmó un escrito que hoy publica El Mundo y en el que expusieron a la dirección del hospital su "gran preocupación" por la situación de este servicio en concreto. Eso mismo denuncia el comunicado facilitado durante la concentración por el Sindicato de Enfermería (SATSE): "Este incidente se enmarca dentro de una mala organización y planificación donde diariamente los profesionales del centro sufren una presión asistencial continua, sometidos a una insuficiencia de plantilla, movilizaciones forzosas arbitrarias, que todos estos hechos son conocidos por el Gerente por reiteradas denuncias de los trabajadores y del Comité de Empresa".

La enfermera que atendió a Rayan se estrenaba el domingo en Neonatología. Tenía dos años de experiencia laboral, pero ése fue su primer y único día en una Unidad donde, según este escrito, "es absolutamente necesario que el personal de Enfermería que cuida a los recién nacidos de esta unidad sea cualificado". "Estoy convencida de que mi compañera se fue pensando que lo había hecho lo mejor que pudo, no tenía ni idea de que se había equivocado", explica esta enfermera que entró a trabajar ese mismo día a las diez de la noche en el cambio de turno y que asegura que las muestras de apoyo que están recibiendo son infinitas: "de compañeros de este hospital, de otros centros, de padres de niños que hemos atendido y también de los médicos". De todos menos de los altos cargos del centro, que "no se han pasado por allí".

"Yo recuerdo que hace 18 años trabajaba en Neonatología con otras cinco compañeras. Era la única con experiencia, las otras cuatro eran recién licenciadas", continúa. "Y yo era una de las cuatro nuevas", cuenta otra. Sabiendo lo que había, les parece "vergonzosa" la actitud del gerente, al que exigen, en un comunicado, "una rectificación pública de las declaraciones emitidas y su dimisión".

Tiempo para la investigación

Para poder señalar un culpable, todos los reunidos ante el hospital madrileño piden que se espere al resultado de las investigaciones. De momento hay tres líneas abiertas. Una de ellas la está llevando a cabo el Consejo General de Enfermería. El responsable de ésta, Rafael Lletget, considera "inadmisible la criminalización inicial" porque el director gerente del centro "ha omitido el principio de presunción de inocencia". "Es sencillo. Si hay un atentado de ETA, todo el mundo habla de 'presunto asesino' y aquí se señala directamente a una enfermera como culpable sin llevar a cabo una investigación", insiste.

El equipo del Colegio de Enfermería está formado por siete miembros que son enfermeros de prestigio en Neonatología, juristas y miembros de la comisión deontológica del Consejo. "De lo que se trata es de saber exactamente lo ocurrido, qué personas había en la Unidad, qué formación tenía ésta y las otras enfermeras, si existen procedimientos de actuación por escrito para este servicio y si el hospital cuenta con recursos para el servicio", de modo que "se pueda determinar a quién exigir responsabilidades". Otro de sus objetivos es que este informe, del que "lo ideal sería que saliese a finales de este mes", sirva para acelerar la implantación de las siete especialidades de enfermería, aprobadas en 2005 (pdf: 172kb).

El Juzgado de Instrucción número 53 de Madrid ha abierto otra investigación y la tercera la ha llevado a cabo la Consejería de Madrid, que hoy ha hecho público un texto en el que se afirma que la enfermera se ofreció "a poner las nutriciones enterales" tanto a Rayan como a otro neonato que se encontraba también en la UCI, ya que la auxiliar encargada de hacerlo tuvo que atender un ingreso. En ese momento fue cuando la enfermera cometió el error con Rayan, mientras que administró "correctamente" la alimentación a un segundo neonato.