Oviedo.- El secretario general de la Federación de Metal, Construcción y Afines del sindicato en Asturias (MCA-UGT), Eduardo Donaire, ha asegurado hoy que el preacuerdo en la industria auxiliar por el que 300 trabajadores pasarán a formar parte de la plantilla de ArceloMittal ha ayudado a la apertura del horno alto B de Gijón.
Donaire ha realizado estas declaraciones tras reunirse con más de cincuenta delegados de MCA-UGT de las empresas auxiliares de la siderurgia para explicarles el preacuerdo alcanzado con la multinacional siderúrgica que afectaría a un total de quinientos trabajadores y que tendrá que ser aprobado en asamblea.
No obstante, el sindicalista ha reconocido que en la apertura de este equipamiento también han influido factores como la reducción de stocks, la intención de evitar el acopio especulativo del acero, la construcción de obra pública y el repunte de sectores como el de la fabricación del automóvil gracias a las ayudas dadas por los gobiernos.
Ha desvelado que ArcelorMittal había decidido abrir tres de los quince hornos altos que había cerrado en Europa, dos en el norte y que el otro se dirimiría entre el de Marsella y el de Gijón.
Donaire ha indicado que en una reunión que mantuvo el pasado jueves en Luxemburgo con la "alta dirección" de la empresa le ratificaron que la apertura del alto horno de Gijón dependía en gran medida de la consecución de este acuerdo en la industria auxiliar.
Ha agregado que se dieron instrucciones a los compañeros para que el viernes se firmase el preacuerdo y ha indicado que ayer, lunes, se acordó la apertura del horno alto de Veriña (Gijón).
Con este preacuerdo, 300 trabajadores de la industria auxiliar pasaran a ser empleados de ArcelorMittal mediante contratos relevos de personas de sesenta años.
Esta negociación afecta a otros 200 trabajadores de las empresas auxiliares que están todavía en negociación, aunque todos aquellos que tengan 58 o 59 años, 139, irían a un ERE durante 24 meses como máximo para, transcurrido ese tiempo, pasar a jubilarse en su propia empresa.
En este sentido, ha destacado el papel llevado a cabo por el Gobierno asturiano en la aportación económica para poder llevar a cabo este ERE.
Donaire ha explicado que la pretensión de la siderurgia es "internalizar" estos puestos de trabajo y que no sean repuestos, para conseguir la plantilla total de las empresas auxiliares no supere las 1.800 personas.
Ha asegurado que esta traspaso de trabajadores se realizará sin "traumas" y podrán acceder a él aquellos trabajadores que quieran pero asumiendo la "movilidad funcional" que pretende la siderurgia.
Ha señalado que el mayor escollo que han encontrado en esta negociación se refiere al límite de edad que quiere poner la empresa para la contratación de nuevo personal, que en un principio era de 35 años y ahora está en unos 48 años.
El representante de UGT ha valorado que la apertura del horno alto "minimizará" los efectos del ERE que estaba previsto realizar y que la vuelta a la normalidad de este equipamiento supondrá la contratación de más de 1.200 eventuales que se quedaron sin trabajo tras su cierre.
Por otra parte, Donaire ha abogado por la reconstrucción de este horno alto para que pueda conseguir una producción de 4,6 millones de toneladas al año, lo que supondría "garantizar la siderurgia en Asturias para los próximos veinte años".
Sin embargo, ha reconocido que para llevar a cabo esta reconstrucción se necesitaría una inversión de 500 millones de euros que no sería factible realizar en las actuales condiciones económicas.
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