La compañía eléctrica Endesa ha presentado hoy sus nuevos contadores inteligentes para medir el consumo de electricidad. Estos aparatos ('smart meters') suponen un importante avance en la gestión de la electricidad, pero todavía están lejos de las posibilidades de su combinación con lo que los teóricos denominan redes inteligentes ('smart grid'), que junto con Internet y las energías renovables, se espera que revolucionen por completo la gestión de la electricidad. ¿Qué interés tienen hoy en día estos sistemas para los consumidores y hasta dónde pueden llegar a ser de inteligentes?
Aparte de su innovador sistema de telegestión (para que la compañía eléctrica pueda conocer la medición a distancia), este nuevo dispositivo presentado hoy resulta interesante porque dará a los clientes de forma "casi instantánea" los datos precisos de su consumo y su coste. "Casi instantánea significa con unos segundos de diferencia, lo que permitirá a un usuario apagar un equipo si descubre que se está produciendo un gasto inútil o aprovechar la tarifa horaria más barata", nos cuentan desde Endesa.
Este nuevo tipo de contadores inteligentes están siendo ya instalados en otros países (Italia va en cabeza con 31,6 millones de aparatos ya puestos en hogares) y se espera que ayuden a conseguir un consumo más eficiente de la electricidad, a la vez que más barato para el consumidor. De hecho, estos aparatos permiten a los usuarios españoles beneficiarse de la tarifa eléctrica de último recurso con discriminación horaria, una tarifa con precios más baratos en determinados tramos horarios que supone un ahorro de cerca de un 10% en la factura de la luz.
Hasta ahora, se contemplaba la sustitución gradual de los contadores actuales por estos más modernos hasta el año 2018 y Endesa se ha comprometido a sustituir los medidores de sus 13 millones de clientes en un periodo de seis años (2010-2015). Sin embargo, según el Plan Contador que tramita el Ministerio de Industria, las compañías eléctricas tendrían un plazo de nueve meses para sustituir los contadores a aquellos particulares que lo soliciten ya, y sin coste alguno por su instalación. "Resulta un avance importante, aunque creemos que el plazo de nueve meses resulta poco realista dado el tamaño del parque de contadores por cambiar", comenta José Luis Gómez, asesor legal de la Unión de Consumidores de España (UCE), que explica que hasta ahora han sido sólo unas pocas experiencias piloto donde se han instalado estos nuevos aparatos en domicilios.
Estos nuevos contadores pueden aportar una información muy útil sobre cómo se gasta la electricidad para intentar cambiar los hábitos de consumo de los usuarios y conseguir avanzar en eficiencia. Con todo, lo mejor de estos sistemas inteligentes está aún por llegar, aunque quizá haya que esperar bastante. Lo más interesante está en su combinación con las redes inteligentes. "La magia está en los sistemas de integración en tiempo real que conectan la producción de electricidad con el usuario final que la demanda", detalla Juan Blanco, director de desarrollo de negocio para la región mediterránea de la compañía californiana Cisco. Este es un ejemplo de cómo podría llegar a funcionar una red de este tipo: Un día de julio de un futuro indeterminado, los termómetros se disparan por encima de los 40 grados y todos los aparatos de aire acondicionado se ponen a funcionar a plena potencia. La demanda eléctrica comienza a subir mucho y el límite en el que puede no garantizarse el suministro con energías renovables está ya cerca. Pero entonces la propia red eléctrica empieza a apagar sistemas de iluminación no necesarios y a mandar órdenes a algunos electrodomésticos secundarios de particulares: el lavavajillas de tu casa es desconectado.
La mayor complicación de gestionar la electricidad hoy en día no está tanto en garantizar el suministro, como en la gran diferencia que existe entre los picos de mayor demanda (como cuando se hace de noche y todo el mundo se pone a preparar la cena en casa con las luces encendidas) y los periodos valle de menor consumo (como cuando todo el mundo está ya en la cama y se apagan las últimas bombillas). Justamente, este tipo de redes inteligentes permitiría repartir de forma más eficiente los consumos a lo largo del día: por un lado reduciría la demanda en las horas pico, lo que evitaría tener que recurrir a las centrales más contaminantes, y a la vez aprovecharía la energía limpia que no se está consumiendo en las horas valle para otros usos alternativos, como recargar las baterías de los coches eléctricos durante la noche. Como es lógico, todo esto resulta especialmente interesante para conseguir mejores precios de la electricidad (más barata en horarios valle) y para integrar las energías renovables en el sistema eléctrico, pues soluciona el problema de la interrumpibilidad de la solar o la eólica: permite poner a funcionar los aparatos que necesitan de electricidad justo cuando sopla más viento y hay más palas de aerogeneradores dando vueltas.
Si bien todo esto pertenece aún al capítulo de la teoría, también empiezan a surgir de vez en cuando algunos casos experimentales. La semana pasada, de nuevo la empresa Endesa, junto a otras diez compañías, presentó un proyecto pionero en España para poner en marcha una de estas redes inteligentes en la zona de la playa de la Misericordia, en Málaga, que va a involucrar a 300 clientes industriales, 900 de servicios y 11.000 usuarios domésticos durante cuatro años. Con el nombre de 'SmartCity' (ciudad inteligente), esta iniciativa cuenta con una inversión de 31 millones de euros para combinar redes inteligentes, contadores inteligentes, sistemas de producción de energías renovables a pequeña escala (como paneles solares en hoteles o microturbinas eólicas en edificios), métodos de almacenamiento e incluso coches eléctricos. Todo muy interesante, aunque de momento lo único que se tiene es este enunciado, sin que se sepa realmente cómo llevarlo a cabo.
Aún más pegado con la realidad, la compañía Cisco ha lanzado de forma reciente su sistema Cisco Network Building Mediator que utiliza la Red como plataforma para conseguir edificios inteligentes que gestionen de forma más eficaz la electricidad. Para entender en qué consiste, el director de desarrollo de negocio de esta empresa utiliza el siguiente ejemplo práctico: hay edificios y centros comerciales que deben pagar un precio más caro cuando sobrepasan una potencia determinada contratada, cuando su sistema detecta en tiempo real que el consumo está aumentando demasiado, entonces comienza a subir la temperatura del aire acondicionado de 24 a 25 grados y a apagar sistemas de iluminación secundarios y aparatos prescindibles. "Esto supone la industrialización de Internet, primero se han conectado ordenadores, luego móviles y ahora se trata de hacerlo con sensores IP, es decir asignar a los sensores una dirección IP que den una información muy concreta sobre temperatura, iluminación...", detalla Juan Blanco. "Con estos sistemas de integración se puede reducir un 10-15% del consumo", especifica el representante de Cisco, que considera que con el nuevo empujón a la liberalización del mercado de la electricidad las ofertas de las comercializadoras para tratar de captar clientes irán incluyendo poco a poco este tipo de servicios.
Son muchas las expectativas puestas en estos sistemas inteligentes, lo que ha atraído a compañías como Google, Microsoft, IBM... El propio grupo Cisco, que utiliza su Cisco Network Building Mediator en sus oficinas de San José (California) y de Londres, estima que la oportunidad de negocio de estos sistemas supera los 1.000 millones de dólares en los próximos cinco años. Sin embargo, lo cierto es que no hay nada ahora mismo en España que haga prever un repentino auge de estas redes inteligentes. Los primeros pasos son estos contadores inteligentes para que aquellos consumidores más interesados puedan cambiar sus hábitos y desplazar sus consumos a los horarios más baratos. Ahora bien, la clave está una vez más en que el consumidor quiera hacerlo.
"Se habla de contadores inteligentes y de redes inteligentes, pero también de consumidores inteligentes", comenta Mikel Aguirre, responsable en España de la empresa británica Efergy, que está especializada en dispositivos de pantalla con los que el usuario puede conocer su gasto de electricidad en tiempo real y establecer incluso alarmas de consumo o para una determinada tarifa. Según incide, este tipo de contadores instantáneos de electricidad se han probado en distintos proyectos piloto de 2007 a 2009, como los de Córdoba o Sabadell, y pueden comunicarse con los nuevos contadores inteligentes o bien ser instalados en el cuadro eléctrico de cada hogar (cuestan unos cien euros).
Como cuenta Aguirre, estos aparatos resultan muy útiles cuando el consumidor está interesado en reducir su gasto y está dispuesto a realizar algunos cambios. Sirven, por ejemplo, para que el usuario pueda apagar el televisor o la lavadora cuando una señal luminosa le avisa de que está a punto de terminarse el tramo horaria con la tarifa barata o para que se acuerde de apagar el ordenador cuando está a punto de salir de casa y descubre que se está produciendo un gasto eléctrico no deseado. "Con esto se puede incluso comprobar por uno mismo que resulta más económico, si calentarse el café en la vitrocerámica o en el microondas".
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