Santander.- La Guardia Civil de Tráfico y las policías locales de los ayuntamientos más importantes de Cantabria intensificarán los controles de tráfico desde mañana y hasta el 19 de julio, un periodo en el que está previsto realizar esta prueba a, al menos, 15.000 conductores.
La intensificación de los controles responde a una campaña de concienciación sobre los efectos del consumo de alcohol, causa de un tercio de los 1.929 accidentes de tráfico mortales que se registraron en las carreteras españolas el año pasado.
Los agentes de la Guardia Civil realizarán 15.000 controles en autovías y carreteras regionales y locales, especialmente en las zonas más transitadas de la región, como los núcleos urbanos de Santander y Torrelavega, las zonas turísticas y la playa.
La campaña se realizará en colaboración con los ayuntamientos más importantes de la región y sus policías locales, que durante estas dos semanas también van a intensificar los controles de alcoholemia dentro de sus territorios.
Según ha informado la Delegación de Gobierno en un comunicado, se pretende que no haya, en ninguna zona, impunidad para los conductores que no respeten las normas y conduzcan habiendo consumido alcohol por encima de las tasas permitidas.
Los agentes locales de Santander, Torrelavega, Castro Urdiales, Camargo, Laredo, Cabezón y muchos otros municipios de la región disponen ya de etilómetros cedidos por la Jefatura Provincial de Tráfico para que puedan realizar más pruebas de alcoholemia en sus municipios.
El artículo 379 del Código Penal castiga con pena de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses y trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a 1 y hasta 4 años al que conduzca con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro.
El delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, ha afirmado hoy que no puede haber "excepciones a la norma, ni relajarse en vacaciones".
Según Ibáñez, "hay muchos momentos en los que el consumo de alcohol está incorporado a las relaciones sociales y eso se ve favorecido en época de vacaciones".
Por eso, ha añadido, es necesario que toda la sociedad se implique en la responsabilidad de que nadie conduzca después de haber bebido porque, por poco alcohol que se consuma, la capacidad al volante se ve afectada y las posibilidades de tener un accidente "son mucho mayores".
Durante el año pasado, hubo 1.929 accidentes mortales en las carreteras españolas, que provocaron la muerte de 2.181 personas y heridas graves a otras 1.804.
En casi un tercio de esos siniestros mortales, el alcohol intervino como un factor de riesgo que los desencadenó.
Según la Delegación de Gobierno, sin la presencia de alcohol en esos conductores se hubieran evitado la muerte de unas 700 personas en todo el país.
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