BILBAO.- Un 61 por ciento de los vascos está en desacuerdo entre el pacto alcanzando entre PSE-EE y PP para dotar de estabilidad al nuevo gobierno presidido por Patxi López, frente a un 20 por ciento que se muestra de acuerdo, mientras que un 49 por ciento cuestiona la legitimidad de la nueva mayoría, frente al 34 por ciento que rechaza este cuestionamiento, según los datos recogidos en el último Euskobarómetro correspondiente a mayo de 2009 y presentados por su director, Francisco Llera.
Según la encuesta, realizada a 1.200 personas de más de 18 años, entre el 18 de mayo y 5 de junio, el desacuerdo mayoritario con el pacto entre socialistas y populares destaca entre los nacionalistas (86%) y los electorados de la anterior mayoría (desde el 75% de EB al 92% de EA), además de los abstencionistas (60%).
El acuerdo, por su parte, destaca entre los no nacionalistas (33%) y los electorados del PP (74%), UPD (78%) y, en mucha menor medida, los socialistas (43%). Destaca, en este caso, la división del electorado socialista a favor (43%) y en contra (32%), así como la de los no nacionalistas (33% y 41%, respectivamente).
Los que niegan la legitimidad al nuevo gobierno socialista de Patxi López destacan entre los nacionalistas (73%) y los electorados de la anterior mayoría, además de los abstencionistas (47%). Por el contrario, los que la avalan están entre los no nacionalistas (52%), y los electorados socialistas (74%), populares (67%) y de UPD (56%).
La opinión pública vasca se muestra dividida entre quienes está a favor (35%) o en contra (38%) de las actitudes expresadas por el PNV tras las últimas elecciones autonómicas en relación a la nueva mayoría. La mayoría se inclina por que el PNV practique una oposición responsable y constructiva (45%) o, incluso, por una colaboración puntual con el nuevo gobierno (23%), siendo algo en lo que coinciden nacionalistas (46%) y no nacionalistas (44%).
La mayoría de los vascos (58%), sobre todo, entre los nacionalistas (76%), los abstencionistas (65%) y los votantes de los partidos de la anterior mayoría se muestran muy o bastante insatisfechos con el resultado de las elecciones autonómicas del 1 de marzo. Frente a ellos, casi dos de cada cinco se manifiestan satisfechos (37%), sobre todo entre los no nacionalistas (52%) y los votantes socialistas (84%), populares (76%) y de UPD (56%).
El 79 por ciento tenía decidido su voto antes del comienzo de la campaña electoral, mientras que algo más de uno de cada diez dicen haberse decidido durante la campaña (13%) y casi la mitad (6%) el mismo día de las elecciones.
Por su parte, también casi el 80 por ciento de los abstencionistas de 2005 habían decidido no votar antes del comienzo de la campaña y uno de cada diez votantes manifiesta haber tenido dudas a la hora de decidirse.
ALIANZAS
Un 47 por ciento considera "improbable" la posibilidad de una nueva etapa en la política de alianzas entre los partidos políticos vascos, frente a un 38 por ciento que lo cree probable.
En cuanto a un posible pacto, a medio o largo plazo, entre PNV y PSE-EE, tanto para gobernar las instituciones como en lo que se refiere a grandes acuerdos en temas como el autogobierno, el final de la violencia y otros, un 50 por ciento se decanta por otorgar su apoyo a dicho escenario, mientras que se mantiene el rechazo minoritario del 25 por ciento.
Para casi dos de cada cinco encuestados, el PSE-EE ha sido el gran beneficiado (37%) de la exclusión electoral de la izquierda abertzale, seguido del PP para otro de cada cinco (21%). Por el contrario, el más perjudicado ha sido el PNV para dos de cada cinco (39%), siendo algo que destaca también entre los nacionalistas (47%) y los electorados del PNV (58%) y el PP (48%).
La opinión pública vasca se divide entre partidarios (43%) y detractores (35%) de la utilización o no de la ilegalización y la exclusión electoral de la izquierda abertzale para cuestionar la legitimidad de la nueva mayoría de gobierno.
HUELGA
Por otro lado, el 50 por ciento de los entrevistados se muestra contrario a la convocatoria de huelga general del pasado 21 de mayo, frente al 32 por ciento que la apoya. El apoyo sobresale entre los nacionalistas (46%) y los electorados de la izquierda abertzale (86%), Aralar (50%) y EA (46%).
Un 43 por ciento de los encuestados se declara nacionalista, frente a un 51 por ciento que se posiciona como no nacionalista. La definición no nacionalista es mayoritaria en todas las provincias (desde el mínimo del 48% guipuzcoano al máximo del 63% alavés, pasando por el 50% vizcaíno).
Una mayoría de casi dos de cada tres vascos (57%) mantienen la compatibilidad de identidades vasca y española, con el predominio del sentimiento vasquista (21%) frente al españolista. Por otra parte, el españolismo extremo se mantiene en un reducido 5 por ciento, mientras que el exclusivismo vasquista es la identidad expresada por algo más de uno de cada tres vascos (34%), después de un ligero repunte semestral de cinco puntos.
AUTONOMISMO, FEDERALISMO E INDEPENDENTISMO
Los vascos siguen divididos entre autonomismo, federalismo e independentismo. La gran mayoría de los vascos siguen oscilando entre la actual fórmula autonómica (40%) y un posible escenario federal (29%). El actual modelo autonómico sigue siendo la opción mayoritaria entre los electorados del PP (55%), UPD (67%) y el PSE-EE (70%) y, en general, de los no nacionalistas (57%).
El desarrollo del autogobierno según una fórmula federal, por su parte, es la opción de los votantes de EB (57%), pero con apoyos importantes en el PNV (45%) o Aralar (30%), al tiempo que concita un apoyo similar entre nacionalistas (31%) y no nacionalistas (26%).
Frente a estas fórmulas descentralizadoras e integracionistas, el independentismo de las fórmulas autodeterminista o confederal retrocede ligeramente para situarse en torno a una cuarta parte de los vascos (24%) y obtiene un apoyo casi unánime entre los votantes de la izquierda abertzale (92%) y mayoritario entre los de Aralar (60%), EA (58%) y los nacionalistas (45%), en general, pero dejando de ser la opción preferida del electorado del PNV (27%).
En el otro extremo, el centralismo se mantiene sin pasar del apoyo del 4% de los vascos, como expresión testimonial de rechazo y aglutinando a casi una cuarta parte de los electorados popular y de UPD.
Un 72 por ciento de los vascos se muestra relativamente satisfecho con el Estatuto, mientras que los insatisfechos siguen siendo algo más de uno de cada cinco (22%). Más allá de cuál sea la fórmula política del autogobierno vasco, en torno a un tercio de la ciudadanía vasca (33%) siguen manifestando tener deseos grandes de independencia. Así es como se expresan casi todos los votantes de la izquierda abertzale (97%), la mayoría de los nacionalistas (60%) y una parte importante del resto de electorados nacionalistas (desde el 45% del PNV al 71% de Aralar).
Frente a ellos, la mayoría de la sociedad vasca (el 57%), dicen tener pocos (33%) o ningún (24%) deseo de independencia, sobre todo entre los no nacionalistas (80%) y los votantes de los partidos autonomistas (más de nueve de cada diez), pero también casi la mitad de los votantes del PNV (46%) y casi dos de cada tres de los de EB (66%) o los abstencionistas (54%).
En esta hipótesis y según sean las condiciones de la independencia, casi uno de cada cuatro vascos (23%), tras un significativo retroceso de 16 puntos en el último semestre, seguiría pensando en la posibilidad de abandonar su tierra, siendo una predisposición que afecta, sobre todo, a los no nacionalistas (38%) y a los electorados de UPD (40%), popular (31%) y socialista (31%) y con mayor incidencia en Álava (34%) y Bizkaia (23%).
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