Toledo.- El acusado de un intento de homicidio por clavar un cuchillo a un compañero de piso en La Mata (Toledo) lo ha reconocido hoy en el juicio, pero ha añadido que estaba "borracho" y su abogado apunta que estaba enajenado, y en esto último no coincide la fiscal, que además cree que ese día coaccionó a otras personas.
El juicio ha quedado visto para sentencia con una petición de prisión de cinco años por la tentativa de homicidio con atenuante de embriaguez, más seis meses por las coacciones a otros compañeros de piso a quienes no dejaba salir de casa.
Por su parte, el abogado defensor solicita tres años y medio de prisión, porque si bien coincide en que hubo un intento de matar, cree que éste además de la atenuante de embriaguez tendría también la de enajenación mental transitoria.
El acusado, Dan M., un hombre rumano de 33 años, clavó un cuchillo en el tórax sobre las 7.45 horas del 28 de noviembre de 2007 a un compatriota con el que convivía en una casa de la calle del Caño Viejo del pueblo de La Mata, próximo a Torrijos.
"No quise hacer lo que hacía", "estaba borracho" y "quiero salir fuera (de la cárcel) a rehacer mi vida" han sido las alegaciones que ha pronunciado Dan en el juicio.
Dos han sido los únicos testigos a quienes se ha dado la palabra, después de que las partes renunciaran a varios.
En primer lugar, el hermano de la víctima, que estaba en la casa aquella mañana, al igual que su cuñada y otra mujer.
Ha relatado que las dos chicas querían salir a trabajar y encontraron la puerta cerrada, por lo que les buscaron a ellos para que Dan les dejara salir.
Sin mediar discusión, según este testigo, y sin que viera previamente el cuchillo, presenció cómo su hermano recibía la puñalada.
Ha gesticulado en el juicio cómo fue la puñalada: frontal y horizontalmente a la altura del pecho, ha mostrado con ademanes.
A reiteradas preguntas de la defensa, el hermano de la víctima ha admitido que el acusado estaba "nervioso".
En ese estado de shock le observó también un guardia civil que acudió minutos después y que ha sido el segundo testigo en el juicio.
Además, un informe médico -fue llevado a un centro de salud por los agentes- indica que estaba embriagado, por el consumo de una botella y media de güisqui esa noche, según la defensa.
Y por videoconferencia ha declarado una psicóloga, que ha señalado que Dan no es una persona con trastorno patológico, pero que sí puede presentar síntomas de ansiedad que brotarían si hubiese ingerido alcohol.
Tendría entonces "dificultad para manejar su ira", ha dicho la perito.
Al hombre herido su hermano le sacó de la casa saltando por la ventana hacia el patio y le tumbó en la acera de la calle, donde fue socorrido por vecinos.
Sin una atención médica temprana, hubiera muerto, ha recordado la fiscal.
Asimismo ha apuntado que el agresor había esgrimido el cuchillo y amenazado a los compañeros de piso asegurando que ese día no iban a ir a trabajar, que quería hablar, para lo que había cerrado la puerta.
Para que hubiese existido un delito de coacciones, según ha replicado el abogado defensor, la intensidad de la violencia debiera haber sido mayor, como la jurisprudencia ha sostenido en casos como éste.
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