Montevideo.- Uruguay rinde homenaje a Juan Carlos Onetti en el centenario de su nacimiento, con un mosaico de eventos que incluye la edición de un apasionado epistolario con las claves de este cáustico renovador de la literatura latinoamericana.
El 1 de julio se cumplen cien años del nacimiento en Montevideo de este escritor, autor de una docena de novelas, 47 relatos, más de cien ensayos y algún que otro poema, y a quien Mario Vargas Llosa ha calificado como "el primer novelista moderno en castellano".
A los eventos que en su honor tienen lugar en España, país que lo acogió en el exilio en 1975 y donde vivió hasta su muerte en 1994, se ha sumado en Uruguay el esfuerzo del Ministerio de Cultura, la Intendencia de Montevideo, la Academia de Letras, la Biblioteca Nacional y el Centro Cultural español en esta capital.
Onetti es "el punto más alto en nuestra literatura en cuanto a calidad de escritura", afirmó a Efe el escritor y director general de Cultura de la Intendencia de Montevideo, Mauricio Rosencof, quien refirió los principales tributos que se rinden estos días al autor de "El astillero" (1961).
"Su presencia en la literatura uruguaya, en la literatura latinoamericana y universal, es de las mejores cosas que puede exhibir Uruguay fuera de sus fronteras", subrayó Rosencof.
La recuperación de una película de 1973 en 16 milímetros que muestra al Onetti más sarcástico, la reedición de estudios sobre el autor de "La vida breve" (1950), además de coloquios y conferencias, han animado la cultura uruguaya desde que el 26 de mayo se diera el pistoletazo al "Año Onetti".
Desde entonces Onetti es omnipresente en Montevideo y así lo hace sentir incluso físicamente el gigantesco retrato, instalado en la azotea del Teatro Solís y que lo muestra mirando al infinito con sus gruesas lentes y ataviado con su inseparable sombrero borsalino, protagonista de mil y una leyendas.
"Está sobre el templo de la cultura por antonomasia de este país", afirmó Rosencof.
Onetti, explicó, "sigue transitando por las calles", donde están presentes "su literatura, sus textos, su influencia, la forma en que se tuvo que ir del país" después de que la dictadura lo encarcelara durante tres meses en 1974 y se exiliara a España.
Sobre la influencia de Onetti abundan dos de las reediciones realizadas en el marco del centenario: "La construcción de la noche. Biografía de Onetti", del argentino afincado en Uruguay Carlos María Domínguez, y "Estás acá para creerme", de María Esther Gillio, que recopila las entrevistas que esta escritora realizó durante tres décadas al autor de "El pozo" (1939).
También Omar Prego, otro experto en el escritor, ha reeditado su "Onetti: Perfil de un solitario" y ha puesto en las librerías montevideanas su nuevo ensayo "Onetti, la novela total".
En breve está previsto que se presente el tercer tomo de las obras completas de Onetti, recopiladas por la directora del Centro Cultural de España en Montevideo, Hortensia Campanella, y que, tras las novelas incluidas en los dos primeros volúmenes, reúne los cuentos, los artículos y una miscelánea de textos variados.
Ahí se incorpora el relato inédito "El último viernes", recuperado por su hija María Isabel y cuyo manuscrito, como aperitivo de estas celebraciones, entregó el pasado marzo a la Biblioteca Nacional de Uruguay.
En la semana víspera del aniversario, de nuevo el Centro Cultural de España acogió el recuerdo a Onetti, con la presentación de un CD que sintetiza en unos 40 minutos más de 23 horas de entrevistas realizadas al escritor entre 1979 y 1989 y donde cuenta sobre su infancia, su relación con el periodismo o su exilio en Madrid
Tal y como adelantó Rosencof, el principal homenaje a Onetti se le rendirá el próximo miércoles, día del aniversario, en el Paraninfo de la Universidad de la República.
En ese escenario se presentará el libro "Cartas de un joven escritor", que reúne gracias al investigador uruguayo Hugo Verani la correspondencia entre 1937 y 1955 -la mayor parte entre 1937 y 1943- de Onetti con el crítico argentino Julio Payró, a quien dedicó su novela "Tierra de nadie" (1941).
Las 63 cartas, un poema y tres telegramas dan una nueva visión sobre el escritor, un "Onetti joven, que lee mucho" y tiene gran interés en la pintura, "un gran intelectual", explica Verani.
En las cartas se advierte la pasión de ese primer Onetti por William Faulkner, con el que descubre "una manera de escribir", pero también revela datos íntimos sobre su segundo matrimonio o la propia amistad, después malograda, con Payró.
Pero sobre todo, los textos apuntan cómo el carácter escéptico y "desesperanzado" que marcaría toda su obra ya se había formado en esos años, con la escritura como única redención posible.
"Me está madurando una cínica indiferencia nacida tiempo atrás", señala Onetti en la séptima carta, en un adelanto de esa marca de soledad y desarraigo que dejaría una gran impronta en la literatura en castellano del siglo XX.
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