Madrid.- La aerolínea Spanair espera alcanzar el equilibrio financiero en 2010 y obtener beneficios en 2011, dijo el el presidente de la compañía, Ferran Soriano, en una entrevista concedida a EFE-Dow Jones.
La nueva dirección de la aerolínea, propiedad en un 80% de un grupo de empresarios e instituciones públicas catalanas desde el pasado mes de marzo, no se ha marcado todavía ningún objetivo económico a partir de esa fecha.
"El plan pasa por reenfocar la compañía hacia Barcelona y racionalizar las operaciones. La idea es hacerlo de forma rápida en estos momentos de incertidumbre para luego estar mejor preparados una vez superada la crisis", afirmó Soriano.
La compañía, vinculada desde su fundación en 1986 al grupo Marsans y a Scandinavian Airlines, fue vendida por SAS a comienzos de año a Catalana d'Iniciatives y varias instituciones públicas catalanas por 1 euro, tras registrar una pérdida neta en 2008 de 218 millones.
El plan de viabilidad para Spanair anunciado por SAS el pasado verano, antes de su venta, contemplaba que la compañía obtendría beneficios en 2010.
Para hacer la oferta más apetecible, SAS, que mantiene en la actualidad una participación cercana al 20% en la aerolínea, decidió asumir la deuda de Spanair y dar a los nuevos propietarios un préstamo participativo de 99 millones de euros -que Spanair destinará en gran parte a asumir las pérdidas registradas hasta abril- y otro de 50 millones que todavía no ha utilizado.
"La relación con SAS es muy buena", explicó Soriano, que mantuvo que la nueva dirección se ha propuesto quintuplicar el valor de la compañía en los próximos 3-5 años hasta alcanzar los 500 millones.
Actualmente, la compañía está valorada en 100 millones, que es el importe de la ampliación de capital llevada a cabo recientemente por Spanair.
Soriano dijo que la compañía, que cerró 9 rutas no rentables y redujo su plantilla en más de 700 personas el pasado año, no contempla actualmente más clausuras de rutas o nuevos despidos, pero matizó que dependerá de la evolución de la empresa durante el próximo invierno.
La compañía se ha propuesto convertir la T-1 de Barcelona en un nudo de comunicaciones internacional y espera abrir nuevas rutas desde la capital catalana a Europa y al norte de África en 2010 y otras rutas intercontinentales a partir de 2011.
"El objetivo no es restar pasajeros a Barajas, sino crecer en el mercado europeo. Si Barcelona se convierte en un hub (centro de distribución) competirá con Madrid, pero también con Lisboa, París y Londres. Barcelona ganará pasajeros y también será bueno para Barajas", señaló.
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