UPyD ha sido una de las grandes vencedoras de las elecciones europeas. No sólo porque haya conseguido hacerse con un representante en la Eurocámara, sino porque parece haberse asentado como una alternativa política a los dos partidos mayoritarios. Aunque varios especialistas políticos ya han advertido de que los comicios europeos no son el mejor laboratorio para extraer conclusiones, hoy hemos estado escuchando el análisis que ha hecho la propia formación sobre su ascenso. Un fenómeno que nos ha planteado algunas dudas.
449.499 votos es el botín que el partido de Rosa Díez logró obtener el pasado domingo. En unas elecciones que no se caracterizan precisamente por la alta participación, se convierte en la única formación que sube en número de sufragios. Y además, sube mucho: un 45 por ciento.
Por otra parte, se alza como la cuarta fuerza nacional, sólo 132.000 votos por detrás de una Izquierda Unida que sigue reivindicando con uñas y dientes su sitio en el tercer lugar del podio. No han conseguido superar a los de Cayo Lara en el conjunto de España. Pero sí lo logran en cuatro comunidades autónomas (Madrid, Cantabria, La Rioja, y Castilla León) y en nada menos que 32 capitales de provincia, entre las que se encuentran Madrid, Salamanca, Sevilla, Zaragoza, Valladolid, Guadalajara, Cádiz, Palma o Murcia.
A UPyD parece no interesarle que su subida electoral se atribuya exclusivamente al descontento de los votantes del PP o del PSOE. Rosa Díez ha preferido asignárselos a ciudadanos críticos "que se mueven" y que no se sienten "predestinados" a votar toda su vida al mismo partido. Sin embargo, la propia diputada ha tenido que admitir que sus datos señalan que el despegue es debido sobre todo a ex votantes socialistas. La razón es que, en algunos de los enclaves donde han cosechado más éxito, el PSOE ha sufrido un descenso significativo.
No son los únicos que piensan así, porque el Gobierno, en el análisis que hizo ayer de su derrota en las urnas, aventuró que el ascenso de UPyD pudo provenir de buena parte de sus simpatizantes, descontentos con la política autonómica y con la deriva nacionalista que los socialistas han adoptado en algunas comunidades.
Pero hoy se ha sabido que el PSOE no es el único que anda preocupado por "el partido de Rosa Díez". Según ha informado EFE, una fuente de la plana mayor del PP ha asegurado que el número dos de la candidatura europea, Luis de Grandes, ha hablado con tono de advertencia para pedir a los 'populares' que "vigilen" a UPyD. O sea, que en medio de la complacencia por la victoria, también en Génova quieren cubrirse las espaldas por si acaso.
Como todo pequeño partido nacional, UPyD se ve perjudicado por la vigente ley electoral. Sin embargo, el tercer éxito electoral consecutivo ha dejado a Díez y los suyos con la sensación de que pueden aspirar a más. Las cifras pintan un horizonte particularmente halagüeño de cara a las municipales y autonómicas de 2011. La clave estará en esas 32 capitales de provincia en las que se ha convertido en la tercera fuerza más votada.
Aunque el apoyo es bastante exiguo en las comunidades de raigambre nacionalista (15.600 votos en Cataluña, algo menos de 11.000 en el País Vasco), en Madrid se ha hecho con el 6,8 por ciento de los votos. Además, conserva la tercera posición en 22 de los 27 municipios más poblados y en 16 de los 21 distritos de la capital. De mantenerse, estas cifras le servirían para conseguir representación en la Asamblea y en el Ayuntamiento.
La interpretación que Díez y Francisco Sosa Wagner (tercer cargo público que coloca la formación), es que la abstención es una especie de castigo a la campaña que han hecho los dos partidos "tradicionales", dirigida únicamente a sus votantes más fieles y alejada de los temas más directamente relacionados con Europa. "Los ciudadanos no pasan de Europa, pasan de estos dos partidos", ha dicho Díez. UPyD sigue, de esta manera, intentando transmitir la imagen de fuerza alternativa a las mayoritarias. Y no sólo por haberse establecido en el espacio que ideológico que hay entre ambas, sino también porque ondea y trata de hacer suya la bandera de la "regeneración democrática".
Sin embargo, entre tanta euforia, ya hay voces que han advertido de que el fenómeno UPyD es "efímero" y de "recorrido tenebroso". Así lo han considerado, por ejemplo, los sociólogos José Juan Toharia y José Ignacio Wert, quienes han asegurado que con el actual sistema electoral partidos como éste o como la propia Izquierda Unida, están condenados a languidecer. Según Wert, el partido ya "ha dado de sí lo que tenía que dar" y, como mucho, podría aspirar a conseguir un segundo diputado nacional.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Subir al principio de la página
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.