El éxito de Rosa Díez (o cómo saber colarse en todas partes)

Hace un año y medio, cuando sólo hacía tres meses que UPyD se había constituido como partido, en soitu.es publicamos un artículo en clave de humor en el que hacíamos una lista de las cosas que nunca debieron suceder en 2007. Una de ellas era "el partido de Rosa Díez", una iniciativa política a la que no auguramos un porvenir esperanzador. Como bien señaló uno de los comentarios a la pieza tras las elecciones generales del 9 de marzo de 2008: "Os ha salido el tiro por la culata, amigos".

Es cierto, no tenemos precio como analistas políticos. Porque, desde entonces, Unión, Progreso y Democracia no ha hecho sino cosechar victorias en las sucesivas citas electorales. Primero fue la propia Rosa Díez la que consiguió un escaño en el Congreso de los diputados. Un año después, en las elecciones vascas, también logró que Gorka Maneiro se hiciera con un asiento en el Parlamento vasco. Y ahora, en las europeas, ha vuelto a revalidar su racha obteniendo un representante en la Eurocámara, aunque las encuestas se mostraron dubitativas hasta el último momento.

Pero UPyD no sólo ha conseguido un eurodiputado, sino que se ha alzado como la tercera fuerza más votada en 32 capitales de provincia (entre ellas, Madrid), lo que abre grandes expectativas para el partido de cara a las próximas elecciones municipales. En las cifras totales nacionales, Izquierda Unida sólo le sacó 134.000 votos de diferencia. La lectura que ayer hizo Díez de estas cifras en las europeas es clara: UPyD ha logrado abrirse hueco en el abanico de formaciones políticas españolas y lo ha hecho para quedarse. "Hay una fuerza política emergente llamada a ser alternativa al PP y al PSOE", dijo la ex socialista.

Sobre quién vota a Rosa Díez o la clave del éxito

Para muchos, el secreto de UPyD es que ha sabido aglutinar bajo su paraguas a un electorado desencantado proveniente tanto del PP como el PSOE. Una amalgama heterogénea de sensibilidades políticas de lo más diversas. Como la de Enrique, de 30 años y votante tradicional de Izquierda Unida... hasta este domingo, que se ha pasado a UPyD. "En España hay una gran ausencia de terceros partidos a escala nacional que moderen la crispación y el debate vacío entre PP y PSOE: yo voto a UPyD no tanto porque me haya convencido su programa o sus candidatos, sino porque creo que debe existir esa tercera opción", explica. ¿Y qué pasa con IU? "Es un partido incapaz de renovarse, está desconectado de su propio electorado", opina.

Lo cierto es que el programa político de UPyD en lo referente a lo social permite que personas como Enrique no sientan que las ideas de la formación chirrían con las suyas. Por ejemplo, el partido se ha mostrado partidario de aprobar una ley de plazos despenalizadora del aborto. También apoya el matrimonio homosexual y aboga por una apuesta decidida del estado por un modelo laico. En la campaña de las elecciones europeas, además, ha criticado con dureza la polémica directiva europea de retorno de inmigrantes, que apoyaron tanto 'populares' como socialistas en la Eurocámara. "En temas de derechos y libertades, que son los que más me interesan, tienen una postura de izquierdas", resume Enrique. Conflicto solucionado.

En el espacio que hay entre PP y PSOE

"Tiene la virtud de que contiene en sus postulados principios en los que se puede reflejar tanto un votante del PP como uno del PSOE", afirma Arturo, periodista de 49 años residente en San Sebastián y votante 'veterano' de UPyD. El camino que ha hecho hasta llegar a este partido ha sido muy diferente al de Enrique: antes solía votar al PP. El elemento que le ha hecho decidirse ha sido compartir con el partido de Rosa Díez una sensación de "hartazgo del nacionalismo". "Lo que tenemos claro los votantes de UPyD es que queremos menos nacionalismo", señala. "Y los demás partidos son incapaces de articular un discurso coherente y único para toda España, porque tienen conflictos de intereses en las diferentes comunidades autónomas", añade.

Ciertamente, en el examen de conciencia que ha hecho sobre su derrota en los comicios de ayer, el Gobierno ha aventurado que la tibieza de una política central que no gusta a buena parte del electorado socialista le pueda haber pasado factura en beneficio de UPyD. El último ejemplo de la apuesta del partido a este respecto tuvo lugar durante el debate del estado de la nación. Díez propuso entonces devolver al Estado las competencias en Educación, una propuesta que no fue apoyada ni por el PP ni por el PSOE. Algunos votantes del PP pidieron explicaciones a Esteban Pons y José Luis Ayllón en sus cuentas de Facebook sobre por qué no habían apoyado la moción de la ex socialista. Y es que la adopción de una propuesta tan radical está también muy lejos del discurso autonómico de los 'populares'.

Desde su constitución, UPyD se ha mostrado particularmente beligerante en todos los temas relativos a la relación del Estado con las autonomías, algo que le ha valido la adhesión de buena parte del electorado, preocupado por este tema. Así ha sucedido, por ejemplo, con el 'Manifiesto por la lengua común', nacido bajo su influencia, y firmado por intelectuales y escritores como Fernando Savater o Álvaro Pombo (afiliados al partido, por cierto) y otros muchos personajes públicos que han querido pronunciarse sobre la siempre controvertida cuestión lingüística.

Por otra parte, algunos ven un gran acierto en el hecho de que Rosa Díez haya sabido involucrarse en algunas de las causas más olvidadas de la agenda política tradicional. No ha demostrado ser muy hábil en el manejo de las nuevas tecnologías y las redes sociales (el episodio del Twitter falso le pasó factura entre los internautas), pero se ha alzado como firme defensora de la la lucha del pueblo saharaui por la autodeterminación o las reivindicaciones de los sindicatos de policías.

Y tú, ¿dónde crees que reside el éxito de UPyD?

Para saber más:

• Ganadores y perdedores de las elecciones europeas