Washington.- El consejo de administración de General Motors celebró hoy otra ronda secreta de deliberaciones sobre el futuro de la compañía, mientras concluye el plazo de los acreedores para apoyar los planes de la firma.
Según informa el Detroit Free Press, los tenedores de bonos de General Motors (GM) tenían hasta las 19,00 horas GMT de hoy para decir si apoyan los planes de la empresa, que incluyen declararse en bancarrota el lunes y poner en marcha un plan de reestructuración con ayuda del Tesoro de Estados Unidos.
A los acreedores se les ha ofrecido canjear la deuda que poseen, unos 27.200 millones de dólares, a cambio de recibir acciones equivalentes al 10 por ciento de la empresa, y con la posibilidad de incrementar esta participación hasta el 25 por ciento.
Los analistas consideran de vital importancia que estos acreedores no se opongan al diseño de la bancarrota que ha preparado General Motors, aunque por el momento se desconoce cuál ha sido su respuesta.
Si los acreedores no aceptan el plan, el proceso de salida de la quiebra de la empresa automovilística puede resultar más complicado de lo previsto.
Tras las deliberaciones que hoy mantuvo el Consejo de Administración, la empresa no hizo ningún comentario sobre el resultado de la reunión.
General Motors ya ha anunciado que el presidente de la compañía, Fritz Henderson, celebrará una conferencia de prensa el lunes en Nueva York en la que previsiblemente anunciará que el fabricante de automóviles se declara en quiebra.
La empresa dijo a través de un comunicado el viernes que la conferencia de prensa se realizará alrededor del medio día y que hasta la mañana del lunes no se conocerán más detalles sobre el evento.
Aunque GM tiene su sede en Detroit, el Tribunal de Quiebras en donde el fabricante de automóviles tendrá que presentar su solicitud de suspensión de pagos se encuentra en Nueva York.
El tercer fabricante estadounidense de automóviles, Chrysler, en quiebra desde el 30 de abril, presentó su declaración en el mismo Tribunal de Quiebras de Nueva York.
La quiebra de General Motors es prácticamente inevitable a pesar de que hoy el fabricante y el sindicato United Auto Workers (UAW) anunciaron que sus trabajadores han ratificado modificaciones al convenio colectivo que garantizan significantes reducciones de los costes laborales de GM.
GM dijo que las nuevas concesiones "permitirán a la compañía eliminar la diferencia entre salarios y prestaciones" que tiene con sus competidores.
Ese era uno de los requisitos impuestos por el Gobierno estadounidense para seguir proporcionando ayuda financiera a GM, que desde diciembre ha recibido 19.400 millones de dólares en préstamos públicos para seguir operando.
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