El "porque yo lo valgo" de Hugh Jackman

El hombre, como el oso, cuanto más velludo más hermoso. Hugh Jackman es "el hombre", con mayúsculas, el (cuántas veces lo habremos dicho ya) más sexy sobre la faz de la Tierra, y sobre él ha recaído esta maldición de la virilidad. Después de haber tropezado en sus intentonas más serias como actor dramático, llegó un momento en que gritó lo de: "Rupeeeeeeeeeeert. Te necesito". Y el peluquero del 'Un, dos, tres', como si fuera Victoria Abril, le dijo: "Mira cariño, tú lo que necesitas es un cambio de look. Una vuelta a tus orígenes. Un poco de patilla por aquí, un poco de barba por allá. Y fuera esas puntas. Vuélvete loco. Rescata tu lado animal. Eso es. Así. Grrrrrr...".

Por ahí pasaban Stan Lee y Richard Donner. El primero gurú del cómic. El segundo, maestro del entretenimiento veinticinco años atrás. Y decidieron en ese mismo momento que se volverían a meter en labores de producción. Que era el momento de que 'Lobezno' regresara a escena. Porque él lo vale.

Pero Rupert, en su vuelta a la primera plana después de un cuarto de siglo se agobió un poquito sólo de pensar que tenía que peinar de rubia a Halle Berry y evitar los encrespados de Rebeca Romijn con tanta escena de acción. "Prefiero peinar sólo a uno, pero hacerlo bien. ¿Por qué no nos centramos sólo en Wolverine?" Le preguntó a Lee y Donner pensando que usar anglicismos era 'lo más' en pleno siglo XXI.

El artífice de 'Spiderman' y el director de 'Los Goonies' se miraron entre inseguros y fascinados por el nuevo rumbo que iba a tomar la saga mutante. Por su cabeza pasó la pasta gansa que hizo el 'Episodio I' y después se acordaron de que 'Dragón Rojo' no estaba del todo mal. Y así, como dos adolescentes que han encontrado un vestido a mitad de precio, exclamaron al unísono: "¡Hagamos una precuela!".

Así nació 'X-Men Orígenes: Lobezno'. No sabemos a quién atribuir los méritos, pero vista ya la película, reconocemos que nos ha encantado. Acción estupenda, tensión dramática muy bien resuelta. Y, por supuesto, el pelo de Jackman en el máximo esplendor. Qué fuerza, qué brillo, qué densidad capilar. No hay que restar el valor de un buen peinado: Javier Bardem reconoció sin tapujos que para el papel que le dio el Oscar se inspiró en su propio corte de pelo. Sharon Stone hundió su carrera tras cortarse el pelo para 'Esfera' y Demi Moore hizo lo propio al raparse para 'G.I.Jane'. Por encima de todos ellos, y sintiéndonos un poco Dalilas, hemos decidido que Hugh Jackman es, ni más ni menos, el Sansón del Séptimo Arte. Las razones, a continuación.

¿Alguien recuerda el peor momento cinematográfico de este buen hombre? Sí. Efectivamente. Cuando estaba calvo como una bola de billar, en posición de meditación budista y levitando sobre un croma que imitaba al espacio exterior. Lo habéis acertado: era 'La fuente de la vida'. En ese momento, quien decidió quitarle la fuerza con una maquinilla de afeitar (había que actualizar el pasaje bíblico a los tiempos que corren) fue Darren Aronofsky. En la propia película, que iba y venía en el tiempo para salvar a Rachel Weisz de las garras de la muerte, veíamos toda la gama Jackman: desde el conquistador medieval greñoso —registro en el que estaba estupendo— hasta el ya citado 'look Mr. Proper', pasando por señor serio con pelo Pantene y jersey de cuello vuelto —tipo 'Scoop'— que ni fu ni fa.

Otro consejo para el rendimiento capilar de Jackman: Requetepeinado jamás. 'Kate and Leopold' es la prueba fehaciente para los que no crean en este axioma. En este hiperalmibarado producto que estaba incluido en la fase final y desesperada de rescate de la carrera de Meg Ryan, coincidió también con Liev Schreiber y se debió sentir tan culpable por ello que le compensó al imponerlo en el reparto de 'Lobezno' para devolverle la dignidad.

Finalmente, con 'El truco final' intentó sacarse más provecho como actor. Tampoco acabó de funcionar, probablemente porque la cara de culito de bebé restaba fuerza al personaje y, en realidad, si no mirabas bien, no acabas de saber quién era Christian Bale y quién era él. 'La lista' prolongó esta tradición del 'no al Jackman afeitado', si bien es verdad que su papel de maestro de ceremonias en los últimos Óscar contradijo esta regla.

En la otra cara de la moneda, a las pruebas también nos remitimos para demostrar que, como en el caso de Gloria Trevi, lo suyo es el «Pelo suelto». Recuérdese que uno de sus mayores éxitos fue «Operación Swordfish» y, dentro de él, la escena más mítica era en la que jugabas al golf con un jerseycito… ¡ah no! ¡¡Que era tu propio torso peludo!! Y por supuesto, el look casual-hacker sin tiempo de recortarse las puntas.

En 'Van Helsing' lució melenón Pantoja y bueno, aunque no fue el 'boom', alcanzó el número uno sin problemas en la taquilla americana. Y tenemos que reconocer que en 'Australia' ni Rupert pudo salvarse de la quema. Era una causa perdida.

Pero ahora llega la venganza de Sansón contra los filisteos. El Just for men pudo con las tretas trapisondistas de Dalila y todo el pelaje de Lobezno le devuelve la fuerza para asumir el conflicto interno del cachorro que destruye sin proponérselo a todas las personas a las que ama, para llevarse de calle todas las escenas de acción y para demostrar, esta vez sí, que no necesita a nadie más para llevar a la gente en masa a la taquilla. Si no funciona ahora, desde luego, no será por los pelos...