El paro se ceba en los inmigrantes en Cataluña, con un 30,5 por ciento de desempleo

Barcelona.-  El paro se ceba en los trabajadores inmigrantes de Cataluña, colectivo que ve como un 30,5% de sus miembros está sin empleo frente al 12,7% de la población autóctona, situación que afecta en especial a los marroquíes, ecuatorianos, senegaleses y rumanos, que se dedican a la construcción.

Esta conclusión aparece destacada en un informe sobre la inserción laboral de la población inmigrada elaborado por la Fundación Jaume Bofill a partir de datos extraídos de las EPA (Encuesta de la Población Activa) y de la Seguridad Social.

Mientras que la tasa de paro de la población inmigrada llegó al 20,2% a finales de 2008 - frente al 9,8% de la autóctona -, los datos de la última EPA han elevado este porcentaje hasta el 30,5% en el primer trimestre del 2009 - y al 12,7% para los españoles.

En números absolutos, se han perdido en un año natural, del primer trimestre de 2008 al primero de 2009, un total de 104.400 puestos de trabajo entre los inmigrantes, mientras que la población activa se ha incrementado sólo en un 23.200 personas, la mayoría de los cuales corresponden a recién llegados.

El autor del informe y especialista en inmigración y mercado laboral, Miguel Pajares, vinculado a la Universitat de Barcelona (UB), ha explicado, durante la presentación del estudio en rueda de prensa, que el paro entre la población inmigrada afecta en especial a los hombres, mientras que no se nota entre las mujeres.

Ello se explica por el hecho de que el sector más afectado por la destrucción de empleo es el de la construcción, donde se concentran los inmigrantes, mientras que se ha mantenido la actividad en la hostelería, el comercio y el trabajo doméstico, que ocupa más a las mujeres inmigrantes.

El informe revela además que gran parte de la caída del empleo entre los inmigrantes se ha dado en la economía sumergida, dado que concentraba mucha actividad vinculada a la construcción, por lo que este sector no ha crecido con la crisis a diferencia de lo que se preveía en un principio.

De los 104.000 puestos de trabajo de inmigrantes perdidos, sólo 17.000 corresponden a empleados afiliados a la Seguridad Social, por lo que el resto estaban empleados en la economía sumergida.

No obstante, Pajares ha alertado del posible incremento de la economía sumergida en los próximos meses debido a los efectos de la política de renovación de permisos de trabajo para inmigrantes.

La normativa condiciona la renovación de este permiso a que se hubiera cotizado al menos la mitad del año anterior, lo que empieza a ser difícil para muchos inmigrantes que en 2008 han visto como se han reducido de manera importante sus días cotizados.

"Si no se modifica la política de renovación de permisos de trabajo, vamos a ver un crecimiento de la economía sumergida. El Gobierno central debería replantearse los requisitos para la renovación", ha dicho este experto.

Pese a que el informe no analiza los procesos de retorno de los inmigrantes a sus países de origen, Pajares, que estudia este fenómeno, ha señalado que se está produciendo la vuelta sobre todo de rumanos, latinoamericanos y algo de marroquíes, pero que no se trata de un movimiento "masivo".

En el 2008, se ha incrementado también el porcentaje de trabajadores extranjeros autónomos, siendo el colectivo chino el que cuenta con un número más elevado, ya que uno de cada cuatro es autónomo.

La población inmigrada se continua concentrando además en las categorías laborales más bajas, ya que el 30,2% de los afiliados extranjeros se encuentra en la categoría de peones, porcentaje que es del 13,8% en el conjunto de la población.

En colectivos como los marroquíes, hasta el 45,4% de los trabajadores del régimen general se encuentran en esta categoría.