Bilbao.- Una mujer latinoamericana, de entre 25 y 44 años y que trabaja como cuidadora de niños o ancianos constituye el perfil de la inmigración en Bilbao, ya que un tercio del total de inmigrantes responde a estas características.
Según ha destacado hoy la concejal delegada del área de Igualdad, Cooperación y Ciudadanía del Ayuntamiento de Bilbao, Nekane Alonso, estas mujeres ocupan los puestos que han quedado vacantes por la incorporación de la población femenina al mercado laboral remunerado.
Alonso ha ofrecido una conferencia de prensa para informar sobre los datos de la población extranjera en la ciudad, así como para presentar los resultados, referidos a Bilbao, del estudio sociológico "Percepciones y actitudes de la población hacia la inmigración extranjera 2009", cuyas conclusiones en el ámbito del País Vasco se difundieron recientemente.
El padrón municipal a 1 de enero de 2009 establece, según Alonso, que en Bilbao viven 28.372 inmigrantes, lo que supone un 7,98 por ciento del total.
Este porcentaje, según Alonso, se considera "pequeño" si se compara con el 12 por ciento del conjunto de España, pese a que se ha registrado un incremento del 0,88 por ciento respecto al año anterior, que se contrarresta con la disminución de más de 1.500 personas en la población autóctona bilbaína.
Respecto a los lugares de origen, desde 2004 la tendencia se ha estabilizado y países latinoamericanos como Bolivia y Colombia ocupan el primer puesto en un 60 por ciento de los casos, seguidos por África subsahariana (18 por ciento), Europa (17 por ciento) y el Magreb (8,8 por ciento).
En el mismo acto informativo, los responsables del Observatorio Vasco de la Inmigración-Ikuspegi y profesores de la Universidad del País Vasco, Xabier Aierdi y José Antonio Oleaga, han presentados los resultados de un estudio sobre la población bilbaína en relación a la inmigración.
Oleaga ha destacado que "sobre el papel" los bilbaínos (53,7 por ciento) creen que la inmigración y la diversidad cultural son un valor positivo, pero en la práctica el 77 por ciento considera que el inmigrante debe esforzarse por adaptarse a las costumbres autóctonas.
Otro dato en este mismo ámbito indica que el 30 por ciento de los bilbaínos está de acuerdo con que los inmigrantes abran restaurantes y tiendas de ropa o alimentación propias, pero a más del 37 por ciento le parece mal que construyan centros religiosos y colegios de sus propios credos.
También persisten estereotipos falsos y perjuicios negativos, entre ellos una percepción exagerada del volumen de la inmigración, que los encuestados sitúan en un 17,6 por ciento, cuando la real es 7,98.
Otra percepción falsa se concreta en que el 57 por ciento dice temer por su seguridad personal y la de su familia debido a la inmigración, cuando, según Oleaga, no se han apreciado cambios en las tasas de delincuencia desde hace veinte años, cuando todavía no se había producido el fenómeno de la inmigración.
Oleaga ha destacado también que el 46 por ciento de los bilbaínos cree que la inmigración puede afectar a las ayudas sociales. El dato real, según ha resaltado, es que el 75 por ciento de los inmigrantes, en el conjunto de Euskadi, tienen permiso de residencia y cotizan a la Seguridad Social.
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