América en alerta por la epidemia de peste porcina

MEXICO D.F..-  Se propaga por minutos. El nuevo tipo de peste porcina que se detectó el pasado miércoles en la capital de México está avanzando hacia otros países vecinos con una velocidad imparable. En Estados Unidos ya han detectado ocho casos de esta enfermedad. Ante la propagación del virus, Chile, Perú, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y El Salvador han puesto en marcha sus planes sanitarios de emergencia. Así empezó todo:

El miércoles las autoridades mexicanas reconocieron que había un brote de gripe en el país, pero que afectaba especialmente al Distrito Federal. El jueves el ministro de salud de México anunció la suspensión de las clases escolares en todas las escuelas, de preescolar a la universidad, del Distrito Federal y el Estado de México como medida preventiva ante la presencia de un nuevo virus de la influenza.

El viernes la cifra de muertos por gripe porcina, llamada aquí influenza, ascendía a 20. Hoy, la cifra es mucho más sangrante: en la capital y en el colindante Estado de México han fallecido 68 personas en las últimas veinte horas con síntomas similares a los producidos por la enfermedad, junto con 1.004 casos relacionados con la enfermedad, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce por ahora 61 de ellas como directamente relacionadas con este nuevo tipo de gripe porcina. El colapso en la capital mexicano es absoluto.

Los teatros y museos de la ciudad han cerrado, algunos cines también, se está hablando de cancelar las misas este fin de semana… ¡hasta muchos gimnasios han decidido no abrir! Los pocos que se han atrevido a abrir sus puertas reparten mascarillas a todo el que se acerca.

Y es que las recomendaciones para no contagiarse asustan: evitar acudir a sitios concurridos, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, no saludar de beso ni de mano, entre otros. Si uno se asoma a la calle, verá a casi toda la población con mascarillas, lo cual antes no era poco común antes debido al alto grado de contaminación del Distrito Federal. Ahora, la mayoría de las farmacias lucen ya el cartel de "agotadas las mascarillas". El Gobierno ha tomado el mando de la situación ante esta sequía: por las calles ya deambulan casi 2.000 soldados del Ejército repartiendo mascarillas entre la población.

Muchos recurren ya a soluciones más caras a pesar de la picaresca de los servicios médicos en la capital. En teoría la vacuna ronda los 400 pesos (algo más de 22 euros), pero ya hay médicos que están haciendo negocio ofertándola en 1.200 pesos (67 euros). No es de extrañar, sobre todo cuando se sabe que en la mayoría de los hospitales ya se ha terminado.

A la hora de la verdad la gente lo toma, incluso, como una broma. En Facebook los mexicanos se ponen 'nicks' que bromean sobre el tema como "sin dejarse influenzar", y se han creado aplicaciones como "personas a las que les debería dar influenza", o "5 cosas para cuando ataque la influenza".

Sin embargo, sí se nota algo de miedo. Desde ayer hay gente que ha preferido trabajar desde casa; al llegar a un lugar, cuando lo común es saludar a cada persona con un beso o un apretón de manos, hoy basta con agitar la mano desde lejos, y, si se te ocurre toser, te miran con pavor y el jefe te manda a casa "a descansar".

Los planes para el fin de semana se tambalean, porque…. ¿Qué plan divertido no implica ir a sitios concurridos? Las apuestas dicen que te quedes en casa viendo películas o salgas de la ciudad, aunque eso tampoco convence porque los controles en los aeropuertos se han vuelto mucho más exhaustivos. Por su parte, la Secretaría de Salud Pública de México ha calculado que la alerta sanitaria durará como mínimo diez días.

Todo el mundo teme que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decrete el cierre total de fronteras… ¿somos los mexicanos los nuevos apestados?