A mí, que me vacunen

Mientras las autoridades sanitarias tratan de ponerse de acuerdo sobre la fecha de distribución de la vacuna contra la gripe A, el Colegio de Médicos de Madrid ha apostado por la prevención mediante una campaña con el siguiente lema: "No beses, no des la mano, di hola". Parece que estamos abocados a abandonar la habitual fogosidad de los españoles al saludar.

La de evitar el contacto físico es una de las recomendaciones preventivas que también hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a la de potenciar la higiene lavándose continuamente las manos o mantenerse físicamente activo. Sin embargo, el asunto de la gripe A está adquiriendo un tono cada vez más apocalíptico.

Y si bien es cierto que no es algo para tomarse a broma, ya que los casos se han disparado en España durante los últimos días (se ha pasado de 1.538 a 12.270 en una semana), y que más vale estar preparados para lo que pueda venir, tampoco es recomendable dejarse llevar por el pánico. De momento, y con los datos disponibles, hay expertos que, como el neumólogo José Luis Viejo, consideran que ésta es una "gripe mediática".

Ahora que el virus amenaza con extenderse y alcanzar hasta a un 40% de la población, se hace muy difícil encontrar una acción coordinada y unívoca para afrontar la situación. Por ejemplo, y a pesar de que la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, listó a aquellos que se consideraban grupo de riesgo (profesionales sanitarios, embarazadas, menores de 14 años, enfermos crónicos y "servicios esenciales básicos") y que "no tiene sentido vacunar a toda la población", parece que nadie se encuentra a salvo y ningún colectivo quiere quedarse fuera.

Si no quieres dejar de dar besos a la hora de saludar siempre te puedes sumar a las reivindicaciones de pilotos y tripulantes de cabina de vuelo, quienes han presentado hoy su candidatura y han solicitado al Ministerio de Sanidad ser incluidos en los programas de vacunación, al considerar que están en constante movimiento entre distintos países y en contacto con personas de diversas nacionalidades. Además, recuerdan que las cabinas de vuelo cuentan con un sistema de aire recirculado que recorre todo el avión, lo que favorece la posibilidad de contraer el virus.

Algo similar ha ocurrido con el gremio de taxistas, quienes se consideran grupo de riesgo debido al "contacto prolongado con personas en un habitáculo de reducidas dimensiones y al hecho de ser el taxi uno de los medios de transporte más utilizado cuando se producen situaciones de emergencia para el traslado de enfermos a los centros sanitarios", según un comunicado de la Confederación del Taxi.. Sin embargo, todas estas peticiones alimentan una pregunta: ¿qué tipo de profesión es la que no tiene contacto directo con la gente?

Ante las situaciones de crisis, una respuesta coordinada siempre es recomendable. Sin embargo, parece muy difícil poner de acuerdo a todas y cada una de las Comunidades Autónomas para que alcancen una acción común. Hoy ha quedado de manifiesto tras el anuncio oficial hecho por las autoridades navarras de que empezarían el curso escolar de forma escalonada para evitar contagios masivos y simultáneos de escolares, desmarcándose de las recomendaciones oficiales. Mientras, el ministro de Educación Ángel Gabilondo ha respondido que sería interesante trabajar "coordinadamente y de modo homogéneo" para "transmitir la serenidad que comportan estas decisiones".

Otro capítulo que ha denotado bastante descoordinación y que, precisamente no ayuda a transmitir serenidad, es el extraño episodio de las vacaciones de los médicos madrileños. Una circular interna ordenaba a los profesionales de los centros de salud la suspensión de sus vacaciones a partir del 15 septiembre ante el presunto aluvión de gente infectada por la gripe. Este tipo de órdenes "generan incertidumbre entre los trabajadores y alarma social en los ciudadanos porque se da como segura una pandemia que probablemente no suceda", respondió Comisiones Obreras. Finalmente, el contenido de la circular ha sido relativizado por el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, al afirmar que la medida aún "estaba en fase de instrucción".

Pero la alarma no sólo se ha desatado en España, sino que también se vive en muchos otros países. En algunos de ellos, incluso, se han introducido cambios drásticos en algunas rutinas que, hasta el momento, habían sido incapaces de modificarse en siglos de revoluciones y violentos conflictos: la rutina de las religiones. En Inglaterra, por ejemplo, se ha recomendado abandonar el uso del cáliz en las misas para evitar contagios. Mientras, en Irán, se han prohibido las peregrinaciones a La Meca durante el mes de ramadán, ya que coincide con el período de mayor propagación de la gripe.

La OMS, por su parte, se enfrenta a un dilema considerable. Por un lado, las pruebas y garantías necesarias antes de aprobar definitivamente la vacuna tardarán al menos cinco meses, lo que sería demasiado tarde para atajar la expansión de la enfermedad. Por tanto, muchos países apuestan por la vía rápida, a costa de algunos controles, cuya ausencia pondría en duda la efectividad total y la inocuidad de la vacuna. La OMS asegura que en ningún caso se pondrá en juego la salud de la gente. Pero esto, como ocurre en casi todo lo referido a la gripe A, parece ciencia-ficción por el momento.