No han dormido mucho ni esta noche, ni ayer, ni anteayer. En realidad, hace meses, desde septiembre que volvieron de vacaciones y les cayó esto de la crisis encima, que David Vegara, secretario de Estado de Economía del vicepresidente Pedro Solbes y del presidente Zapatero —por ese orden, porque tiene el corazón partío en lealtades— y Javier Vallés Liberal, director de la Oficina Económica del Presidente (OEP), forman la pareja de 'sherpas' que dirige a los 'subsherpas' del Gobierno español. A Vallés le precedieron en el cargo Sebastián y Taguas. Dicen economistas y empresarios que Vallés es el primero que es 'normal', ni engolado ni pretencioso.
Ya desde las cumbres de hace décadas, en el lenguaje económico internacional se denominaba sherpa (los "curritos" que se lo trabajan, diríamos aquí) a los representantes personales de los jefes de Estado que negocian y preparan las cumbres, dirigen a los equipos que elaboran los papeles durante semanas o meses —formados por subsherpas o los más "curritos" aún— y se reúnen en varias ocasiones antes de cada cumbre. Vegara y Vallés han sido los sherpas indiscutibles de ZP y del vicepresidente Pedro Solbes en las dos cumbres del G-20 a las que España ha asistido.
Los Doble V, Vegara y Vallés son los que están 'mediando' en ese encargo que le ha dado Gordon Brown a Zapatero, para que las posiciones entre la pareja Obama-Brown y Merkel-Sarkozy terminen aceptablemente, sin desacuerdos estridentes entre las posiciones partidarias de inyectar más estímulos fiscales —más dinero que estimule la demanda y el consumo— que quieren EEUU y Gran Bretaña, y las del equipo franco-alemán, que no están por la labor de soltar tanto dinero, y apuestan por una regulación internacional de los mercados financieros más firme.
Una parte de las medidas reguladoras de los mercados financieros que se aprobarán en el documento que salga de la cumbre de Londres procederán de los diez puntos enviados por España al G-20. Como el de fijar "los estándares contables que perfeccionen la aplicación de reglas a los instrumentos financieros y a los préstamos, para poder reflejar mejor los riesgos y las incertidumbres", aunque con concesiones a los sherpas de Obama, sin que esa regulación estrangule a esos mercados financieros. Porque si bien es cierto que son los principales culpables del cataclismo económico mundial, no puede haber un mercado tan regulado internacionalmente que asfixie la "creatividad y el nacimiento de nuevos instrumentos en el futuro", reconocían fuentes económicas del Gobierno, seguras de que dejarán su impronta en ese capítulo de las conclusiones finales.
También es más que probable que el documento final recoja, además de mayor dotación económica al FMI, la capacitación otorgada al nuevo fondo para ejercer de "supervisor internacional y poder concentrarse en la prevención de la crisis y en las advertencias tempranas", según se establece la propuesta española.
Aún así, lo que salga del G-20 —sorpresa incluida sobre el proteccionismo— "no es el final. Ni la Cumbre de Washington fue el principio del acuerdo, ni Londres será el final. Bretton Woods tardó en fraguarse dos años. No se hizo todo en los 20 días que duró aquella reunión", sentenció David Vegara hace un par de días.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.