Tel Aviv.- La Casa de Sefarad, una institución cultural con sede en Córdoba dedicada a la recuperación y preservación del legado judeo-español, se presentó hoy en Tel Aviv en un encuentro de personalidades de ese origen.
"Por primera vez presentamos en Israel nuestra institución, que ofrece un espacio en el que se expone la huella del judaísmo español", dijo a Efe Sebastián de la Obra, director de la Biblioteca y el Centro de Documentación de la Casa de Sefarad.
Según De la Obra, quien presentó el acto, la institución pone énfasis en recuperar la huella judía sefardí como "elemento tangible de la identidad española" general, e "identificar elementos sefardíes dentro y fuera" de España para "seguirles la huella" y "preservarlos".
Los sefardíes son los descendientes de los judíos que fueron expulsados de España en 1492, y que, como tales, conservan una identidad propia dentro del judaísmo y el legado histórico de una lengua, hoy moribunda; el ladino.
Esta lengua, que aún emplean alrededor de 200.000 personas, sobre todo en Turquía e Israel, es muy parecida al castellano que se hablaba en España en el siglo XV, según han constatado investigadores que compararon textos medievales y renacentistas con escritos sefardíes más contemporáneos.
La Casa de Sefarad tiene en su biblioteca unos doce mil documentos y libros relacionados con esta cultura y la historia de España, muchos de ellos en ladino.
De la Obra destaca entre ellos una Torá escrita en Venezuela -otro de los centros sefardíes en la actualidad- que heredó de su padre, así como dos procesos inquisitoriales de los siglos XVI y XVII, y que fueron los más importantes celebrados en Córdoba.
En 1999, él y su mujer, Rosana de Aza, directora del Centro, decidieron volcarse de lleno en un tema, la historia sefardí, que les cautivó en sus días universitarios y que desde entonces se niegan a dejar morir porque "está vivo", relató a Efe.
"Resucitar el uso del ladino es ya imposible, pero hay una herencia cultural, muy rica, que sigue viva, y que está en la literatura sefardí, en la gastronomía, en la música y en las tradiciones", recuerda por su parte De Aza.
Este proyecto de recuperación sefardí comenzó en Sevilla en un centro cultural llamado Casa de la Memoria, con exposiciones temporales y actividades didácticas, y que en 2005 trasladó su sede a Córdoba.
"Estamos en un edificio del siglo XIV, en la calle Judíos esquina Averroes, y frente a la sinagoga más antigua de España", destaca De la Obra sobre el peculiar entorno histórico cordobés que arropa la Casa de Sefarad.
Allí, entre piedras centenarias y objetos relacionados con los aspectos más diversos del judaísmo, se celebran tertulias, conferencias, talleres musicales, presentaciones de libros, conciertos, visitas temáticas y hasta cursos de hebreo.
A principios de junio, ese mismo edificio será escenario del "II Coloquio Internacional Sefarad: Memorias, Identidades y Diásporas", cuyo primer objetivo es el encuentro de estudiosos e investigadores que trabajan sobre las culturas sefardíes.
"El eje central del debate girará en torno a si es posible mantener identidades en una permanente diáspora, en la que la cultura sefardí se ha ido construyendo y desarrollando este último medio milenio", concluyó De la Obra.
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