Toledo.- La ciudad de Toledo ha acogido hoy un encuentro de comunidades sefardíes establecidas en países de los Balcanes, Grecia y Turquía, que han acordado crear una Plataforma denominada "Herencia" con el objetivo de organizar actividades y elaborar iniciativas conjuntas relacionadas con la cultura judía.
En la reunión han tomado parte el ministro de Asuntos Exteriores de Bosnia-Herzegovina, Sven Alkalaj; el secretario general de la Casa Sefarad-Israel, Miguel de Lucas; el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, representantes de las comunidades judías de Grecia, Salónica, Macedonia, Bosnia-Herzegovina, Rumanía, Bulgaria, Turquía y Serbia y de la Autoridad Nacional del Ladino de Israel.
Miguel de Lucas ha explicado que el encuentro celebrado en Toledo se enmarca dentro del programa cultural "Los sefardíes de Oriente. La diáspora sefardí en los Balcanes y el Mediterráneo Oriental", inaugurado ayer en Madrid por la Casa Sefarad-Israel y el Instituto Cervantes.
Y obedece, ha resaltado, al deseo expresado por todas las comunidades sefardíes establecidas en dicha zona de visitar Toledo, ya que "esta ciudad está presente en todas ellas y el mensaje que nos transmitían los más mayores era que no querían morir sin conocer Toledo".
Por este motivo, ha continuado el secretario general de la Casa Sefarad-Israel, se decidió celebrar este encuentro, que además ha servido de marco para la creación de una plataforma, a la que se han adherido también la Federación de Comunidades Judías, la Red de Juderías y la Casa del Mediterráneo, "para seguir trabajando juntos por el futuro de la cultura judía".
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Bosnia-Herzegovina ha coincidido con De Lucas de que "hay que ver Toledo antes de morir y más de una vez" y ha destacado las similitudes de esta ciudad con la suya, Sarajevo, a la que también "se conoce -ha subrayado- como la Jerusalén de Occidente".
Por eso, "nos sentimos tan bienvenidos a Toledo", ha continuado Alkalaj, quien ha expresado, en tono distendido, que "quizá podamos abrir con nuestras viejas llaves las cerraduras de las casas donde vivieron nuestros antepasados hace 500 años y sentirnos muy cercanos con España".
Por su parte, García-Page ha resaltado que "Toledo tiene la importancia que tiene, entre otras cosas, porque tiene sangre judía" y se ha mostrado convencido de que "muchas de las familias que aquí vivimos hemos tenido cruce familiar con judíos".
También ha subrayado que "hoy Toledo se ha convertido en emblema y símbolo de encuentro de civilizaciones y religiones", si bien fue también "ejemplo de una intolerancia e intransigencia que hoy rechazamos", ha dicho en alusión a la expulsión de los judíos en 1492.
"El futuro de la comunidad internacional está en la convivencia pacífica de los pueblos y de las religiones", ha aseverado el regidor toledano, quien tras recordar que de todos los viajes que ha hecho en su vida el realizado recientemente a Jerusalén es el que "ha dejado una huella más profunda en su corazón", ha anunciado a sus interlocutores la intención de este ayuntamiento de promover el hermanamiento con dicha ciudad israelí.
García-Page ha finalizado su discurso agradeciendo a las comunidades sefardíes su visita a Toledo, "desde el reconocimiento de que compartimos -ha dicho- una misma familia, algo de la misma sangre", y ha obsequiado al ministro de Asuntos Exteriores de Bosnia-Herzegovina con un libro sobre el río Tajo.
"Los ríos son obra de Dios y durante muchos años nos han llevado a discusiones y peleas por el agua y por la tierra, pero sobre los ríos los hombres hacemos puentes y eso es lo que quiero que pase entre la cultura judía y la nuestra", ha aseverado García-Page, quien ha sido agasajado por Sven Alkalaj con una lámina sobre el Puente de Sarajevo.
Tras este encuentro institucional, celebrado en la Sala Capitular del Ayuntamiento, los representantes de las comunidades sefardíes se han trasladado a las sinagogas del Tránsito y de Santa María la Blanca, para contemplar lo más representativo del legado judío en Toledo.
La delegación ha estado compuesta por los presidentes de las comunidades sefardíes de Grecia, Moses Constantinis; Salónica, David Saltiel; Macedonia, Mimoza Veljanovska; Bosnia-Herzegovina, Jacob Finci; Rumanía, Irina Kajal; Bulgaria, Alexander Oscar; Turquía, Silvyio Ovadya, y Serbia, Aleksandar Necak, y por el presidente de la Autoridad Nacional del Ladino, Moshé Saul.
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