Washington.- El Índice de Precios de Consumo (IPC) de EE.UU. aumentó en febrero a su mayor ritmo en siete meses, al registrar un alza del 0,4 por ciento, empujado por una fuerte subida en los costos de la energía y la ropa, informó hoy el Gobierno.
La inflación se situó así una décima por encima de lo previsto por los analistas, que auguraban un aumento del 0,3 por ciento, y representa el mayor alza en los precios desde julio del año pasado, cuando la inflación fue del 0,7 por ciento.
En enero la subida del IPC fue del 0,3 por ciento y la tasa interanual fue del 0,2 por ciento en febrero, menos de lo previsto por los analistas.
Este porcentaje supone una subida comparado con enero, cuando la inflación interanual se quedó en el cero por ciento y en el nivel más bajo de los últimos 53 años.
Por su parte, la inflación subyacente, que excluye del índice general los precios de la energía y los alimentos, se ubicó en el 0,2 por ciento por segundo mes consecutivo, porcentaje que coincide con los cálculos de los expertos.
La tasa interanual de la subyacente fue del 1,8 por ciento en el último año, una décima por encima del 1,7 por ciento de enero.
El Dow Jones de Industriales cayó un 0,7 por ciento tras su apertura, aunque la expectativa principal de la bolsa hoy es la reunión del Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal.
Los analistas prevén que la Fed dejará los intereses en torno al cero por ciento y que los datos del IPC no influyan en la decisión.
La preocupación principal de los expertos no es la inflación, sino la deflación, es decir, la caída generalizada de precios, por lo que el dato divulgado hoy aleja ese peligro.
El mayor incremento del IPC lo registraron los precios de la energía, que aumentaron un 3,3 por ciento.
Un alza muy notable dentro de esta categoría fue la de la gasolina, cuyo valor subió un 8,3 por ciento en febrero.
Pese a ese gran aumento, el precio de la energía disminuyó un 18,5 por ciento en términos interanuales.
El transporte, por su parte, subió un 1,9 por ciento, por el encarecimiento del transporte privado, con un 2,2 por ciento, mientras que el público cayó un 1,9 por ciento.
Frente a este comportamiento alcista, los precios de los alimentos bajaron un 0,1 por ciento, el primer descenso desde abril de 2006.
Sin embargo, en la comparación interanual, los precios de los alimentos seguían registrando un aumento del 4,7 por ciento.
Un factor que empujó el IPC al alza en febrero fue la subida del 1,3 por ciento en el precio de la ropa, que experimentó el mayor incremento desde marzo de 1990.
Este aumento refleja el efecto del fin de las fuertes rebajas de enero en las tiendas estadounidenses, señalan los analistas.
En el resto de apartados, los precios relacionados con los servicios de salud aumentaron un 0,3 por ciento en febrero, el ocio un 0,4 por ciento, mientras que la educación y las comunicaciones subieron un 0,2 por ciento.
Los gastos vinculados a la vivienda se quedaron en el cero por ciento.
Los precios de automóviles nuevos se incrementaron un 0,8 por ciento, mientras que los de los coches usados y camiones cayeron un 1,7 por ciento.
En términos generales, los analistas afirman que, pese a la subida del IPC registrada en febrero, la actual recesión económica mantendrá baja la inflación por lo menos por el resto del año.
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