Antes del cierre de los colegios electorales en Galicia, un escaño tenía la llave de todo para saber quién gobernaría la Xunta durante los próximos cuatro años. Las encuestas apuntaban a que los 'populares' se quedarían a las puertas de la mayoría absoluta, como ocurrió hace cuatro años. Pero lo que esa vez no pudo conseguir Fraga, lo ha hecho posible hoy Núñez Feijóo, que no sólo ha conseguido el escaño clave para volver a hacerse con la mayoría absoluta en la comunidad gallega sino que, además, se ha apuntado otro con el que casi nadie contaba.
La coalición bipartito compuesta por los socialistas gallegos y los nacionalistas no ha podido repetirse esta vez. Ambas formaciones han cedido un escaño en favor de los 'populares' y se han quedado con 24 y 12, respectivamente. El gran perjudicado ha sido Touriño, porque el líder de los socialistas no contaba con perder ninguno de sus asientos en el Parlamento gallego; de hecho, todas las encuestas apuntaban a que igualaría los resultados de 2005 (25 escaños) o los aumentaría, en detrimento del Bloque Nacionalista Gallego.
Conscientes de ello, los socialistas apostaron durante la campaña por tomar distancias de los que han sido sus socios en el Gobierno durante la última legislatura, pero el pacto bipartito no ha convencido a los electores y el cambio que protagonizaron en las anteriores elecciones autonómicas no ha sido más que un paréntesis en el 'estado natural' del Gobierno gallego. No hay que olvidar que Galicia ha sido uno de los puntos fuertes de los 'populares' durante años.
¿Cuáles han sido las claves de la victoria popular? Dos escaños han tenido la culpa: uno que antes llevaba el nombre de los socialistas en Pontevedra y otro de A Coruña, que hasta ahora había pertenecido a los nacionalistas del Bloque. Curiosamente, los análisis previos a las votaciones de hoy apuntaban que Lugo y Ourense tenían la llave para devolver la presidencia de la Xunta al PP, especialmente esta última ya que fue clave en 2005, cuando el PP perdió uno de sus escaños allí.
Otra de las previsiones que ha fallado sobre los resultados gallegos ha sido la de la participación. Teniendo en cuenta que casi un 70% de los electores gallegos ha acudido a votar —cinco puntos más que en 2005— lo predecible era que el dato beneficiara a los socialistas. Sin embargo, no sólo ha sido así sino que, además, el PSdG ha perdido 74.000 votos. En realidad, la victoria de los 'populares' no se ha debido a un aumento masivo del respaldo de sus electores, ya que ha sumado 3.000 votos más que en 2005. La sangría de votos de los socialistas —y también de los nacionalistas, que se han quedado sin 55.000 apoyos— han ido a parar a otras formaciones que finalmente no han conseguido representación, entre ellas UPyD y TEGA (Terra Galega), con 23.000 y 18.000 votos, respectivamente.
La victoria casi sorpresa de Núñez Feijóo también tiene una lectura nacional: el candidato 'popular' era una apuesta personal de Mariano Rajoy, que ha echado el resto en esta campaña. Rajoy ha participado de manera muy activa y no sólo por su condición de gallego: el presidente del PP sabía que recuperar la presidencia de la Xunta supondría un balón de oxígeno para su partido, que no está precisamente pasando por su mejor momento.
Con los resultados más que cerrados en Galicia, la única incertidumbre que queda por despejar es si Touriño seguirá siendo la cabeza de los socialistas gallegos después de haber sido incapaz de mantener la confianza del electorado, después de cuatro años al frente de la Xunta.
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