País Vasco y Galicia: entre el cambio o la regeneración

MADRID.-  2.646.872 gallegos y 1.776.006 vascos están llamados a acudir este domingo a los colegios electorales para confeccionar los Parlamentos de ambas Comunidades Autónomas. Las dos elecciones —que hizo coincidir en el 1 de marzo el 'lehendakari' Ibarretxe, para malestar de su homólogo Touriño— guardan dos coincidencias: según los sondeos, en ambas citas está abierta la posibilidad de un cambio de Gobierno; además, los resultados tendrán un peso decisorio en la política nacional.

País Vasco: Ibarretxe (sin tripartito); un López de 'lehendakari'

Tras once años en la Lehendakaritza, el 'peneuvista' Juan José Ibarretxe puede abocar al PNV a abandonar el Gobierno del País Vasco. Es cierto que este llodiano salvó en 2001 al partido de una anunciada derrota al ganar al bloque 'constitucionalista' de Mayor Oreja y Redondo Terreros. Sin embargo, en esta ocasión, según los analistas, tendrá más difícil repetir la espectacular movilización del electorado nacionalista por dos motivos. El primero, el cansancio social por su monotema durante las dos últimas legislaturas, es decir, su 'plan' o 'consulta'. El candidato ha obviado durante esta campaña este asunto, y ha preferido ofrecer el perfil economista, en vez del soberanista. Ninguna encuesta publicada —ni oficial, ni de medios de comunicación— contempla la reedición del 'tripartito' (PNV-EA-EB), ni incluso sumando a Aralar, y alcanzar la mayoría de 38 escaños. El segundo argumento que esgrimen los expertos es que en estas elecciones, Ibarretxe tiene enfrente a un rival que no ha basado su campaña en el frentismo, sino en la "transversalidad vasca".

Patxi López, candidato socialista, llega a estos comicios autonómicos con un histórico resultado debajo del brazo. El PSE-PSOE fue la formación más votada en las pasadas elecciones generales (se llevó nueve de los dieciocho diputados en juego) y, además, según todos los sondeos, será el partido que más suba en estas autonómicas. López —el bloguero rockero— confía en que el PSE supere al PNV (como ya ocurrió en 1986), pero sin repetir la jugada de entonces, y dar la Lehendakaritza a un 'peneuvista'. Su única apuesta es ser él presidente, con los votos del PP o con los votos de un PNV sin Ibarretxe al frente.

Por tanto, y a la espera de que las urnas aclaren algo el panorama, parece que los vascos podrán decidir entre un cambio con el mismo capitán, pero distinta tripulación; o un cambio de 'lehendakari' y de Gobierno. A nivel nacional, quien más se juega en estas elecciones es el presidente del Gobierno. En esta legislatura, José Luis Rodríguez Zapatero viene apoyándose en los nacionalistas vascos para sacar adelante varias de sus leyes, entre ellas, los últimos Presupuestos Generales. Un acuerdo en el País Vasco entre socialistas y 'populares' (con el PNV como fuerza más votada) pondría en serio peligro este pacto tácito.

Galicia: las elecciones donde se la juega uno que no se presenta

Emilio Pérez Touriño seguirá siendo 'O presidente' de la Xunta... o no. Hace un año, desde la sede central del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, le aconsejaron adelantar las elecciones y aprovechar el momento para consolidar la alternativa bipartita (PSdeG-BNG) que había tumbado a los 'populares' en 2005. Pero la fuerte crisis económica que se vive a nivel mundial y algunos escándalos que han ocupado muchas portadas de periódicos le han complicado la reeleccion al presidente, que quería ampliar su distancia con los nacionalistas del Bloque y conformar un Gobierno con más peso socialista.

Es cierto que los sondeos apuntan a que el PP se alejaría de la mayoría absoluta (quedó a un escaño en las últimas elecciones), pero parece que las dos semanas de campaña electoral le han sentado bien a los de Alberto Nuñez Feijóo, y los 'populares' podrían alcanzar los 38 escaños. Pero, ¿cómo habrán influido en el electorado las salidas del tiesto del histórico 'popular' José Luis Baltar —llamando "maricón" a un conselleiro socialista—? ¿Y la foto de Quintana a bordo del yate de un empresario beneficiado por consejerías del Bloque? ¿Y el precio del nuevo coche oficial de Touriño?

Lo que parece claro, es que en Galicia este domingo no sólo se elige presidente autonómico. El resultado se leerá en clave nacional para el Partido Popular y, sobre todo, para su presidente. Mariano Rajoy se ha dejado la piel en esta cita, más allá de lo previsto por su condición de gallego. Tanto dentro como fuera del partido se es consciente que su débil liderazgo puede recibir un balón de oxigeno si se gana, o la puntilla final si se pierde. El lunes el supuesto espionaje interno y la presunta trama de corrupción que salpica al PP pueden sepultar a Rajoy y a su equipo renovado; o, por el contrario, pueden ser la excusa que blanda contra sus rivales internos —sobre todo Esperanza Aguirre—, que se han visto manchados con ambos escándalos.