Summercase... y estalló la burbuja

Cuando Glastonbury anunció que en 2008 sufrió pérdidas hablamos de una posible burbuja festivalera. Pues bien, la burbuja ya ha estallado y se ha llevado por delante casi la totalidad de festivales veraniegos celebrados por la promotora barcelonesa Sinnamon. No habrá Summercase, ni Ola Festival, ni Forward Festival, ni Weekend Dance, ni Daydream. Hasta dentro de dos semanas no se sabrá si habrá Creamfields y hasta mucho más adelante si tendremos Wintercase.

Festivales como Ola, que el año pasado contaron con Björk o Massive Attack, o como Daydream, un homenaje a un grupo, en 2008 Radiohead, rodeado de bandas que les han influido y a los que han influido, eran prometedores. Pero sin duda la cancelación que más ha dolido al público es la de Summercase, que ya se había celebrado tres años simultáneamente en Madrid y Barcelona, a mediados de julio.

En 2008, la organización de Summercase decidió que el festival tenía que celebrarse el mismo fin de semana que el Festival de Benicàssim, aduciendo que no podía coincidir con otros festivales europeos que habían movido sus fechas, ya que en ese caso no podrían traer artistas. El FIB contraatacó con un minifestival en Madrid el mismo sábado. Como consecuencia Summercase perdió más de 20.000 espectadores. La guerra por conseguir artistas o la subida del caché de los mismos comenzó a generar un debate en los medios en el que las organizaciones de ambos festivales nunca quisieron meterse de verdad.

El comunicado que anuncia la cancelación del Summercase es escueto y alude a la "crisis financiera" como razón principal. "El contexto económico generalizado no garantiza la celebración de nuestros eventos con la calidad que desearíamos", dice. El texto que se ha colgado en la web disculpa también el retraso en comunicar esta información, que se ha debido al intento de celebrar el festival hasta el último minuto.

Pedro Moscoso, responsable de prensa, asegura que la falta de patrocinadores no ha sido la razón de la cancelación, pues ya contaban con apoyos económicos en ese sentido. "Ha sido muy difícil tomar esta decisión, lo hemos pasado muy mal. La decisión es muy 'jevi', pero nos parecía lo mejor que podíamos hacer dadas las circunstancias. Sin embargo, tampoco lo vemos como un drama y seguimos trabajando duro en otros proyectos como la Sala Razzmatazz, el lanzamiento de discos o las giras durante todo el año".

Mientras que Barcelona sigue celebrando el Primavera Sound o el Sónar, la gran ciudad perjudicada por la noticia es Madrid, que ya perdió el Festimad y ahora pierde tanto el Summercase como el Weekend Dance. Sin embargo, Pedro Moscoso no cree que Summercase vaya a correr la misma suerte que el Festimad o el Doctor Music. "Grandes festivales como Lollapalooza o Glastonbury han tenido que prescindir de alguna de sus ediciones y después han vuelto a la normalidad. Esa es nuestra intención: volver en 2010. La gente que sabe cómo trabajamos sabe que vamos a seguir luchando por ello con ilusión".

Sinnamon, que no realiza declaraciones sobre la coincidencia entre FIB y Summercase, cometió un error muy grave el año pasado haciendo coincidir dos de los gigantes de los festivales españoles, pero en cualquier caso, la desaparición momentánea de Summercase es una pésima noticia para la cultura de nuestro país. Todo fueron siempre trabas y quejas para su realización: la lejanía y la incomodidad del recinto en Madrid (¿acaso había otro espacio?), la llegada o no llegada del Metro Ligero, las molestias a los vecinos de Boadilla... ¿No sería mejor que nada?

El festival había conseguido un target muy apetecible, con lo mejor de la música 'comercial' (The Cardigans, Lily Allen), lo más asequible para la masa de la música independiente (The Gossip, The Raveonettes) y grandes apuestas por el producto nacional (Sr Chinarro, Miqui Puig, Astrud), sin dejar de lado los clásicos internacionales (Sparks, Blondie, Sex Pistols, Happy Mondays). Artistas, casi todos ellos, que rara vez nos visitan o actúan en festivales españoles. Esperemos que vuelvan.