San Sebastián.- Mariano Camio, ex alcalde de Getaria por el PNV y gestor de las sociedades encargadas del Museo Balenciaga, regaló seis pañuelos de la colección del modisto propiedad del Gobierno Vasco a cuatro concejales de la localidad guipuzcoana, "para compensarles por una dura legislatura municipal".
Según la querella presentada por la Fiscalía de Guipúzcoa por las presuntas irregularidades cometidas por Mariano Camio al frente de la Fundación Balenciaga y la sociedad Berroeta Aldamar, a la que hoy ha tenido acceso Efe, sólo el pañuelo que recibió el ex diputado del PNV Iñaki Txueka "ha podido ser recuperado".
Entre otras irregularidades, el documento del Ministerio Público cita varios viajes a los Estados Unidos con cargo a la Fundación Cristobal Balenciaga, realizados por Camio y el encargado del proyecto constructivo del Museo Balenciaga, el arquitecto cubano Julián Argilagos, quienes "mantenían una intensa relación sentimental".
La querella también cita otro viaje que Camio hizo a París "con el único propósito de permanecer junto a Argilagos poco antes de la marcha de éste a Estados Unidos" con "el fin de despedirse" de él y en el que se gastó 655 euros a cuenta de la Fundación, "pese a que se trató de un desplazamiento que no tenía más fin que el disfrute particular".
El documento detalla asimismo varios abonos realizados por Camio en un taller de Zarautz como pago de diez reparaciones de su vehículo particular, un Audi A-3, contra los fondos de la Fundación por un importe total de 4.760 euros, a los que hay que añadir otros 1.396 euros que cargó "ilícitamente" a la Fundación en numerosos repostajes de combustible para su coche.
Todo ello, a pesar de que ya percibía "una gran cantidad económica "en concepto de dietas y gastos de kilometraje".
La querella dedica un apartado a un contrato que Camio cerró con la empresa "Cabeza de Lobo" por el que Berroeta Aldamar tuvo que pagar 60.000 euros y que se vio obligado a suscribir debido a "las irregularidades que presentaban los proyectos de interiorismo elaborados" previamente por Julián Argilagos y por Rolando Paciel.
El documento indica que "el propósito de Camio de favorecer económicamente a Julián Argilagos y su entorno "no se limitó a los aspectos arquitectónicos o de diseño del futuro museo", sino que también formalizó un contrato de prestación de asistencia y consultoría por un importe total de 17.400 euros con una empresa de la ex esposa del arquitecto cubano, "sin dar cuenta a los órganos rectores de la Fundación".
Esta misma compañía elaboró además un informe de "apenas diez páginas", que "básicamente se limitaba a extractar un par de artículos de la Constitución y algunos preceptos de la Ley Orgánica de Protección de Datos, por el que recibió otros 18.467 euros.
Otra de las irregularidades citadas en el texto del fiscal es la falsificación de un contrato que permitió que el 1 de diciembre de 2006 diversas prendas de la colección Balenciaga fueran trasladadas a Miami, con un gasto de 19.365 euros, de los que sólo se llegaron a abonar 8.613 gracias a que la sociedad Berroeta Aldamar se dio cuenta "a tiempo de la operación".
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