Por fin nos llega 'Vals con Bashir', un documental político y animado; Mickey Rourke demuestra que ficción y realidad se confunden en 'The wrestler' y Beyoncé y Mos Def cantan mano a mano en 'Cadillac Records'. Para los amantes de los fuegos de artificio, también tenemos la frenética 'Push'.
El comentario de Alberto Moreno (que comparto): "un documental que nadie hubiera ido a ver si no fuera porque viene en dibujo animado". Pero el dibujo animado lo redime, como quiere Ari Folman redimir las culpas tras los lejanos hechos de Sabra y Chatila señalando a las milicias cristianas —es verdad— y la tolerancia criminal —interesada— del gobierno israelí, a la busca de un escarmiento doloroso. Y duele todavía. Pero no "más a mí": más a los que lo sufrieron.
En otro orden de cosas, el que el cine de esta forma reflejo de la realidad esté volviendo al dibujo animado es un síntoma de por dónde va el cine. Por la ficción, da miedo.
Valoración: 7/10
La cara construida a bofetadas. "Más 'cornás' da el hambre". Y más golpes da la vida que la gente. Aunque la vida de uno es sólo uno. Y ahí estamos. Bueno, también hay 'bótox'. Esto no queda aquí. Luego se hincha. La inquina de Mickey Rourke contra sí mismo lo lleva derecho a la película, que parece escrita para él. Redención, crucifijo y martirio, porque las culpas han de lavarse en sangre: grapas, alambre espinoso, restregarse contra cristales rotos. Costurones. Quien dijo que la fe no es masoquista debería discutirlo con 'The Wrestler'. Contra las cuerdas. En el 'ring'. A corazón abierto.
Valoración: 7,5/10
¿Son los negros la próxima frontera, con el 'jazz', el 'blues' y el 'rock' como himno? Puede ser. Últimamente el cine norteamericano nos ha distinguido con unas cuantas pistas en esa dirección: 'Talk to Me' (radio y música), 'Honeydripper' (radio y música) y ahora 'Cadillc Records' (radio y música). El nuevo 'western', donde la integración y la guitarra suceden a indios y pistolas; bueno: a pistolas no. 'Little Walter' (Columbus Short) lleva una. 'Muddy Waters' (Jeffrey Wright) lleva otra… Es verdad: son espléndidos actores y la música es esa música. Así que no arruina la película el que la acción se quede un poco en rutinaria. Etta James (magnífica Beyoncé Knowles), ‘Howlin’ Wolf’ (¡qué presencia la de Eamon Walker!), Adrien Brody poniendo cara de ser Adrien Brody y Chuck Berry (Mos Def): de cómo el rock&roll se llevó por delante la barrera entre razas.
Valoración: 7/10
Para empezar, no la confundamos con 'Push'.
—He ido a ver 'Push'.
—¿Sí?, qué dura, ¿verdad?
—Pues a mí me pareció una gilipollez.
Vale que el número de películas que se producen anualmente tiende a infinito, pero Paul McGuigan y Lee Daniels (ganador el pasado mes en Sundance) podían haberse puesto de acuerdo para no repetirse. Al fin y al cabo no es un título que le salve la vida a nadie. No es como 'El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas'. Lo que hay que decir de la 'Push' frívola (la otra, la social, todavia no ha llegado a España) es que es una suerte de mezcolanza (R.A.E.: Mezcla extraña y confusa, y algunas veces ridícula) entre la 'de-capa-caída' serie 'Héroes' y la interrumpida franquicia 'X-Men', sólo que exenta de filosofía o pseudofilosofía. El ritmo es de thriller y el atrezzo, de rayos y centellas. Salen la insólita estrella Chris Evans, la tan guapa como inexpresiva Camille Belle y la muy talentosa Dakota Fanning, que desperdiga de nuevo su calidad en otra paparrucha sin interés.
Valoración: 2/10
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