México.- El líder sindical mexicano Napoleón Gómez Urrutia, refugiado en Canadá y cuya extradición fue solicitada por México a ese país, reapareció hoy en una videoconferencia para demandar seguridad laboral, a tres años de la tragedia del yacimiento de Pasta de Conchos.
En un acto para recordar la tragedia que costó la vida a 65 mineros en Pasta de Conchos, en el estado norteño de Coahuila, Gómez Urrutia pidió una ley que penalice la "inseguridad" laboral en las actividades industriales y económicas en el país.
"Si hoy tuviéramos esa ley, German Larrea (dueño del Grupo México, que explotaba aquella mina), todos los de su Consejo de Administración y su cuerpo directivo estarían en la cárcel pagando las culpas de ese crimen", denunció Gómez Urrutia.
En una videoconferencia desde Canadá, donde se encuentra prófugo desde hace casi tres años, el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Minero Metalúrgicos (SNTMM) recordó que continúa habiendo impunidad por aquellas muertes.
Gómez Urrutia no aludió en ningún momento a la petición de extradición a Canadá anunciada por el Gobierno de México a principios de febrero y relacionada con un presunto desvío de fondos del sindicato que dirige.
Ante líderes de otros sindicatos y algunos familiares de los 65 mineros fallecidos exigió el rescate de los 63 cadáveres que siguen sepultados, una indemnización "justa, digna y adecuada" a todas las familias, y el castigo a los responsables del accidente.
Consideró que el accidente "fue producto de la imprudencia, de la negligencia, de la irresponsabilidad, la arrogancia, de la omisión, de la falta de acción y responsabilidad de la empresa Grupo México y del solapamiento y la complicidad de las autoridades de la Secretaría de Trabajo para encubrir esta tragedia", agregó.
Asimismo, sugirió modificar el Código Federal de Procedimientos Penales y sancionar, "sin derecho a fianza, a los directivos, ejecutivos y accionistas cuando ocurran tragedias".
En el acto se guardó un minuto de silencio por los mineros muertos en Pasta de Conchos, fallecidos por una explosión en una galería en la que trabajaban.
"Es una herida que sigue abierta y que sólo se cerrará cuando nos regresen los cuerpos de nuestros mineros y cuando la empresa Grupo México deje de mentir", indicó al respecto en el acto Rosa María Mejía, la viuda de Rolando Alcocer, uno de ellos.
Ayer la Secretaría de Trabajo mexicana emitió un informe sobre lo sucedido donde señala que la mina sigue siendo "inestable e insegura" para completar el rescate de los occisos.
También detalla multas y sanciones administrativas impuestas a las empresas que la operaban y anuncia la entrada en vigor en marzo próximo de una norma oficial que mejorará la seguridad en las minas subterráneas de carbón en México.
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