Toledo.- El fiscal y el abogado defensor alcanzaron hoy un acuerdo para rebajar seis años la pena de catorce años que pedía el ministerio público para Andrés D.A., acusado de intentar asesinar con un cuchillo de cocina, delante de la Guardia Civil, a su compañera sentimental en la localidad toledana de Méntrida.
Tras la conformidad de las partes, el acusado será condenado, previsiblemente, a ocho años de cárcel, al aplicársele la atenuante de arrebato y obcecación, porque el acusado tiene una "personalidad impulsiva con inestabilidad emocional que le causa problemas de autocontrol en situaciones estresantes".
En la sentencia que deberá emitir el tribunal de la sección segunda de la Audiencia toledana se le condenará también a mantenerse alejado de la mujer, M.M.G., a menos de medio kilómetro y a no comunicarse con ella por cualquier medio durante los siete años siguientes al cumplimiento de la pena de cárcel.
Asimismo, deberá indemnizar a la víctima con casi 8.500 euros por el tiempo de curación de las heridas y las secuelas ocasionadas.
Los hechos ocurrieron el 4 de abril de 2007 en el domicilio de la pareja en Méntrida cuando la Guardia Civil llevó al detenido a la vivienda de la pareja para recoger sus efectos personales tras una condena por amenazas a la mujer, por la que había sido condenado a tres meses y diez días de prisión y a mantenerse alejado de la víctima durante año y medio y que era efectiva ese mismo día.
El procesado fue al domicilio acompañado de la Guardia Civil, pero, al no tener llaves, los agentes llamaron a M.M.G para que abriera la puerta.
En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal relata que, tras recorrer varias estancias de la vivienda, el procesado llegó al salón con un cuchillo de 11,3 centímetros de hoja y 20,5 centímetros de longitud que había cogido de la cocina y con el que "de un modo inopinado y sorpresivo, sin ninguna posibilidad de defensa por parte de M.M.G y con la clara intención de acabar con la vida de ésta, le atestó una puñalada en el vientre".
Los agentes de la Benemérita "no pudieron evitar la agresión por su carácter inesperado", redujeron y desarmaron al procesado mientras éste gritaba a la víctima: "te tengo que matar, te tengo que cortar el cuello, lo tenía que haber hecho ayer, voy a estar dos ó tres años en la cárcel, pero cuando salga te mato".
Las herida que sufrió la víctima precisó de tratamiento quirúrgico y tardó en sanar cincuenta días, durante los que la mujer no pudo desarrollar sus ocupaciones habituales y ocho de los cuales estuvo hospitalizada.
La agredida habría fallecido de no haber recibido tratamiento quirúrgico de urgencia.
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