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Cuatro guiones adaptados para un solo Goya verdadero

Por LUIS MURILLO ARIAS* (SOITU.ES)
Actualizado 30-01-2009 12:11 CET

Ante el típico 'sambenito' de "El libro, mucho mejor que la película", cuatro guiones afrontan el reto y se disputan el cabezón: 'Che, el argentino', 'Los girasoles ciegos', 'Los crímenes de Oxford' y 'Una palabra tuya'.

Adaptar un libro es una labor casi tan difícil como la de escribir un guión original, si no más todavía. Siempre te enfrentarás a la pregunta típica o tópica. ¿Es mejor el libro o es mejor la película? Casi siempre gana el libro. Aunque, también es cierto es que de grandes novelas han salido algunas de las mejores películas de la historia del cine. Muchas veces, la diferencia a la hora de hacer una valoración está en si la persona que la hace ha leído o no el original. Es una labor tan concreta y tan difícil —salvo en aquellas novelas escritas con estilo cinematográfico en las que el libreto de la película está poco menos que telegrafiado— que existen cursos de guión especializados únicamente en eso. Es decir, te puedes apuntar a un 'Curso de adaptación de libros literarios a cine y televisión'.

Dicho esto, el libro que se puede adaptar a cine puede ser de diferentes tipos. Lo más común es una novela, pero también se adaptan cuentos, recopilaciones de relatos, libros de viajes, biografías y hasta ensayos. Obviamente cada uno tiene su dificultad y el reto está en trasladarlo al relato cinematográfico sin perder ni un ápice de emoción, capacidad de sorpresa, naturalidad en los diálogos y coherencia en la estructura del guión. Eso hace que muchas veces sea mucho más fácil partir de cero. A todo ello hay que unir el siguiente hándicap: es muy posible que haya mucha gente que se sepa el final, sobre todo si está basado en un relato histórico o biográfico, y el reto está en conseguir que ese factor no importe lo más mínimo. Los guionistas nominados al Goya al mejor guión adaptado son los siguientes:

Peter Buchman, por 'Che, el argentino'

Es la adaptación de 'Pasajes de la guerra revolucionaria', escrito por el propio Ernesto 'Che' Guevara. Como es razonable, es la primera vez que Buchman es nominado a un premio Goya y se trata de su tercer largometraje, todo un reto llevar a la pantalla y a la pluma la vida del mito revolucionario más famoso de todos los tiempos. El relato abarca desde el momento en el que el 'Che' se involucra en el proceso revolucionario hasta que ganan la Revolución y se quedan a una hora de viaje de la gloriosa llegada a La Habana.

El guión de ‘Che, el argentino’ tiene grandes aciertos y crasos errores. Entre los primeros está la naturalidad de los diálogos, la transmisión del carisma del protagonista, su sentido de la justicia, a lo que ayuda la interpretación, y que le otorgan un carácter casi documental a la película. Entre los errores existen los de omisión y los de tiempo. La película deja muchas preguntas importantes sin resolver que si otros guionistas se hubieran sentado a escribir no habrían omitido. Por ejemplo, la primera y la más grave es qué hizo que un niño bien argentino se involucrara en una revolución de un país ajeno, dejando de lado a su mujer y a sus hijos en México. Habría sido agradecido verlo plasmado en imágenes. Lo segundo, la amistad entre Fidel y el Che, prácticamente inexistente en la película. En cuanto al ritmo narrativo, el tempo de la película peca por su lentitud, a lo que quizá ayude la probablemente intencionada impresión de estar viendo un documental, algo que se trasmite desde el guión y que hace que parezca que durante hora y media no pasa absolutamente nada. Y en realidad estaba ocurriendo una Revolución.

Rafael Azcona y José Luis Cuerda, por 'Los girasoles ciegos'

El más grande de los guionistas, Azcona, tiene cinco Goyas en su haber por los libretos de 'El bosque animado', 'Ay, Carmela', 'Belle Epoque', 'Tirano Banderas' y ‘La lengua de las mariposas’, además del Goya de Honor a toda una vida dedicada a contar historias. Falleció hace menos de un año. Cuerda, por su parte, comparte el mismo galardón con Azcona por 'La lengua de los mariposas' y tiene varias nominaciones como director. Estamos, pues, ante dos de las vacas sagradas del cine español.

Ése, que siempre ha de ser un argumento a favor para que una adaptación literaria llegue a buen puerto, en este caso se estrella contra la propia obra literaria, el libro de cuentos del mismo nombre escrito por Alberto Méndez, también fallecido. Los guionistas escogieron dos de los cuatro relatos de los que se compone el libro y que están unidos entre sí por parentesco de los personajes. Su selección no es la mejor de todas y la manera de plasmarlo en lenguaje cinematográfico tampoco. La trama del joven que intenta huir a Lisboa (en el libro a Francia) está poco menos que tirada, apenas hilvanada, lógico teniendo en cuenta la complejidad del relato en sí, el mejor de todos, el más sobrecogedor, pero con una carga psicológica casi en estado de monopolio, que precisaría casi de una voz en off para ser narrada. Por otro lado, en la otra trama, la principal, la del cura que se enamora de la madre de un niño, cuyo padre republicano está escondido en el armario, suena a ya muy vista, demasiado tópica, con unos diálogos inverosímiles y demasiado maniqueos.

Jorge Guerricaechevarría, por 'Los crímenes de Oxford'

El guión está basado en la novela 'Los crímenes imperceptibles' del argentino Guillermo Martínez. Jorge Guerricaecehevarría, el guionista habitual de Álex de la Iglesia, ha sido nominado en dos ocasiones al mejor guión original por 'El día de la bestia', en 1996, y por 'La comunidad', en 2000. Comparece a la gala confiando en aquello de "a la tercera va la vencida". Se trata de un thriller del montón, sin alardes en los momentos potentes, pero básicamente bien construido.

Evidentemente se echa de menos ese humor ácido y aquella mala leche con las que Álex de la Iglesia y su guionista crearon estilo gracias a las películas antes mencionadas. Reúne todos los elementos del género: largos enigmas, sospechas y numerosos peligros. El problema es que ni sorprende ni engancha, sólo entretiene (que hoy por hoy ya es mucho), pero no te hace pensar, ni siquiera por la noche en la cama recordando algún que otro suspense.

Ángeles González-Sinde, por ‘Una palabra tuya’

La directora de la Academia y vaca sagrada del guión español traslada al lenguaje cinematográfico la novela homónima de Elvira Lindo y como corresponde al honor de ser vaca sagrada tiene dos Goyas en su haber: uno por el mejor guión original de 'La buena estrella', en 1998, y otro por 'La suerte dormida' en 2004 como mejor directora novel.

La película que dirige, co-escribe y adapta es una pequeña joya, cuyo valor se basa fundamentalmente en el libreto. Al principio, cuando comienzas a verla, viene a tu mente ese pensamiento maligno tan verdadero y tan peligroso en sí mismo por prejuicioso: "Ésta es otra de esas películas españolas sobre perdedores sociales en las que no pasa nada". Pero en realidad sí que pasan, pasan muchas cosas, emotivas todas ellas. La guionista consigue que sufras con los personajes, que los comprendas, que desees que tomen decisiones, que casi les susurres al oído lo que deben de hacer y, además, que los acompañes en sus descubrimientos y comprendas todos sus movimientos. Vibras con la amistad de las dos barrenderas; con la racanería de esos polvos que se echan por encontrarse uno solo en este mundo y que, sin querer, te llevan a una relación que merece la pena; con la lucha contra un alzheimer imbatible. Por poner peros, que siempre los hay, quizá habría que suprimir los flashbacks del personaje de Malena Alterio, que no cambian la historia y más que aportar, confunden.

¿Nos mojamos?

Como siempre nos equivocaremos porque esto no es una ciencia exacta y entran en juego muchos factores, a veces mucho más allá de lo meramente técnico, original o valorativo. 'Che, el argentino' peca de adaptar un relato autobiográfico, 'Los crímenes de Oxford', aunque funciona, no termina de entusiasmar y 'Los girasoles ciegos' yerra en la concepción misma de las tramas. Por eliminación, y no es por peloteo hacia la presidenta de la Academia, optamos por 'Una palabra tuya'. Eso sí, vaya por delante que tiene muchas papeletas la obra póstuma de Rafael Azcona, precisamente por eso, por ser póstuma y por ser de Azcona. Y eso vale más que ser presidenta.



* Luis Murillo Arias es periodista y guionista de televisión.

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