Ciudad del Vaticano.- El levantamiento de la excomunión a los cuatro obispos lefebvrianos "no es el final, sino el comienzo de un largo proceso", ha afirmado el cardenal de Burdeos, Jean Pierre Ricard, mientras arrecian las críticas contra uno de esos prelados por haber negado el holocausto.
"El levantamiento de la excomunión es una cuestión interna de la Iglesia, pero sobre las tesis negacionistas sí tenemos mucho que decir, ya que es una infamia", dijo hoy Renzo Gattegna, presidente de la Unión de las Comunidades Judías italianas, sobre las afirmaciones del obispo rehabilitado, el británico Richard Williamson, que ha puesto en duda el holocausto judío.
Williamson aseguró el pasado 21 de enero en una televisión sueca que "no existieron las cámaras de gas" y que sólo unos 300.000 judíos "y no seis millones" murieron en los campos de concentración nazis, "pero ninguno gaseado".
Hoy Gattegna ha exigido al Vaticano que intervenga, que se distancie de las declaraciones del prelado y que "tome una decisión" sobre el lefebvriano.
El presidente de la comunidad judía de Milán, Leone Soued, dijo hoy que el caso debe llevar a una "profunda reflexión" en las relaciones con las Iglesia, que en los últimos tiempos son "difíciles", pero que deben continuar.
Sobre el levantamiento de la excomunión, el cardenal Ricard, que es también miembro de la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei", encargada de las relaciones con los lefebvrianos, dijo que la medida papal no supone que se haya llegado a la plena comunión de esa comunidad tradicionalista con la Iglesia de Roma, sino que es el principio de un procesos de diálogo que aún será largo.
"Benedicto XVI les ha tendido la mano, les ha invitado a la reconciliación. El Papa teólogo conoce el drama que representa un cisma en la Iglesia y él mismo se ha sentido en la obligación de coser los hilos deshilachados de la unidad eclesial", afirmó Ricard, según publica hoy la agencia de la Conferencia Episcopal Italiana SIR.
Ricard subrayó que Benedicto XVI conoce muy bien el caso, ya que se ocupó del mismo cuando era el cardenal Ratzinger y que el levantamiento de las excomuniones "abre un camino para recorrer juntos, aunque es largo de recorrer y obligará a un mejor conocimiento recíproco".
El cardenal francés señaló que aún quedan dos cuestiones "fundamentales" por afrontar: cómo queda la Fraternidad San Pío X (fundada por el arzobispo cismático Marcel Lefebvre) dentro de la Iglesia y el acuerdo sobre los asuntos "dogmáticos".
La negativa a reconocer el Vaticano II y la defensa a ultranza del rito preconciliar fueron las razones que llevaron al cisma a Marcel Lefebvre (1905-1991), excomulgado en 1988 tras ordenar a los cuatro obispos sin el permiso de Juan Pablo II.
Hoy, el teólogo italiano Gianni Gennari propuso como "penitencia" a Williamson por sus palabras que visite el campo de exterminio nazi de Aushwitz, en Polonia.
El pasado día 24, veintiún años después de ser excomulgados, Benedicto XVI levantó esta sanción a los cuatro obispos consagrados por el fallecido arzobispo cismático Marcel Lefebvre en 1988.
Se trata de Bernard Fellay, superior de la Fraternidad San Pío X; el español Alfonso de Galarreta, el francés Tissier de Mallerais y el británico Richard Williamson.
Los cuatro quedaron excomulgados automáticamente al ser ordenados por Lefebvre contra la voluntad de Juan Pablo II. Lefebvre también fue excomulgado, así como el obispo brasileño también fallecido De Castro Mayer, que participó en la ceremonia.
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