La crisis hace que todo el mundo se vuelva excesivamente conservador, incluso Hollywood. 2009 va a ser incluso más cobarde que otras temporadas a la hora de inventar nuevas propuestas. El tío Sam nos mandará celuloide basado en cómics de superhéroes ('Watchmen', 'Lobezno'), continuaciones de sagas millonarias ('Harry Potter y el misterio del príncipe', 'Terminator: Salvación'), 'bestsellers' ('Ángeles y demonios', 'Confesiones de una compradora compulsiva') y los preceptivos 'remakes' ('Viernes 13', 'Pelham 1, 2, 3'). Uffff. ¿Habrá algo que nos libre de una constante sensación de déjà vu durante los próximos doce meses? ¿Alguien que pueda hacerle un boca a boca a la industria? Puede que sí. El ex videoclubero más famoso del mundo estrena en verano. ¿Su nombre? Quentin Tarantino.
Para los que aún no se habían enterado, el director de 'Pulp Fiction' ha sumado sus fuerzas a las de Brad Pitt para rodar una cinta bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Es difícil que esta breve descripción de 'Inglorious basterds' —así se llama la criatura— no despierte cuando menos más curiosidad y morbo que toda la lista de estrenos de la entradilla.
A Tarantino no le fue demasiado bien con aquel 'Grindhouse' que cocinó junto a Robert Rodríguez, por mucho que los hermanos Weinstein se empeñaran a posteriori en partirla en dos y dejar que su 'Death Proof' navegara sola, despegándose de aquel engendro llamado 'Planet Terror'. Ni siquiera el paso por Cannes le dio el espaldarazo que necesitaba —más bien, lo que le dieron fue la espalda—. Pero ahora, nada de ocultarse. No vuelve a los orígenes humildes como haría un Kevin Smith. La respuesta de Q. es "bigger, faster, stronger". 'Ingloriuos basterds' (Fecha de estreno en USA: Agosto. España: Por determinar) será lo más ambicioso que haya hecho. Se basa en un 'remake', lo que para los acólitos tarantinianos no quiere decir lo más mínimo: nadie cuestiona que lleva haciendo refritos toda su vida.
El original es una cinta de Serie B dirigida por el italiano Enzo Castellari y titulada 'Quel maledetto treno blindato'. Una especie de equivalente bélico de los 'spaguetti westerns' setenteros. Y sí, el contexto en el que se sitúa es la Segunda Guerra Mundial, aunque si se leen algunos detalles de su trama en iMDB queda claro que no estamos ante un nuevo 'Salvar al soldado Ryan': "En la Francia ocupada por los Nazis, un grupo de soldados judíos norteamericanos conocidos como 'Los Bastardos' son escogidos específicamente para causar el pánico por el III Reich masacrando brutalmente a todos los alemanes que se encuentran a su paso". Y suenan ecos de 'Reservoir dogs'...
Tan llamativo es el marco elegido para la película como que Tarantino se haya decantado por Pitt para llevar la batuta del grupo de soldados. Si repasamos su trayectoria, vemos como el realizador normalmente, dejándose llevar por su vena nostálgica, ha preferido 'acordarse' de antiguos actores de postín olvidados en los rincones más oscuros de los armarios hollywoodienses (Harvey Keitel, John Travolta, Pam Grier, Robert Forster, Kurt Russell...), antes que encomendarse a las estrellas más rutilantes del momento. Se podría hablar de una pequeña excepción en el caso de Uma Thurman en 'Kill Bill', pero que no debería contar por su componente de actriz fetiche y porque el proyecto se empezó a gestar en la época de 'Pulp Fiction'. Dejando a un lado las inescrutables decisiones de casting de Tarantino, lo cierto es que para Pitt esta película puede ser la guinda de un año en el que parece que va a ascender del cielo a la estratosfera.
Aunque a muchos les sorprenda, el marido de Angelina Jolie sólo ha recibido una nominación (y secundaria) al Óscar por '12 monos', allá por 1995. Sí, ha ganado la Copa Volpi en Venecia y sí, la mayor parte de la crítica seria ya le considera un buen actor, pero aún arrastra un sambenito de galán vendecolonias del que no logra despegarse totalmente. 2009 se antoja como el año con más oportunidades para que Brad Pitt pueda cortar de una vez con esa etiqueta por lo sano. Para empezar, sería un sorpresón si no está finalmente entre los cinco finalistas para el premio al Mejor Actor en la próxima gala de los Óscares por su trabajo en 'El curioso caso de Benjamin Button', de su amiguísimo David Fincher.
Probablemente no lo gane (Sean Penn, Mickey Rourke e incluso Frank Langella parten con ventaja), pero ¿no dice todo el mundo que ser candidato ya es un regalo? Luego vendrán 'los bastardos' y, por si fuera poco, también tiene pendiente de estreno una de Terrence Malick, el Salinger del cine y uno de los directores vivos más adorados por la crítica mundial. La película se llama 'El árbol de la vida', cuenta también con Penn en cartel, y huele desde ya a premios por los cuatro costados.
Olvidándonos ya de los bastardos de Quentin y de 'Watchmen' (Fecha de estreno prevista en España: 6 de marzo), rodeada de polémica extraartística, otras dos patas del taburete en cuanto a estrenos hollywoodienses estelares se refiere las compondrían —sujeto a discusión, por supuesto— dos adaptaciones literarias: la quinta entrega de 'Harry Potter' y 'Ángeles y demonios', la precuela de 'El código Da Vinci'.
La historia del estreno de 'Harry Potter' (previsto para el pasado noviembre) apesta a crisis incluso para los que no tienen fino olfato: La Warner complacida por el éxito sin precedentes de 'El caballero oscuro' decidió dosificar "blockbusters" por si este año no acababa pintando tan próspero. "Verano 2009" anuncian ahora sus tuneados pósters. Por lo demás, 'Harry Potter y el misterio del príncipe' (Fecha de estreno en España: 17 de julio) ha sido dirigida por David Yates, que repite tras 'La Orden del Fénix'. Quien se descuelga es el guionista, Michael Goldenberg, sustituido por el adaptador de las cuatro primeras entregas Steve Kloves, que al parecer volvió a estar disponible. A Goldenberg le acusaron de causar aburrimiento, y ya se sabe que eso en esta saga es pecado.
'Ángeles y demonios' (Fecha de estreno en España: 15 de mayo) combina el factor secuela (o precuela, siendo estrictos) de película megaexitosa con el de adaptación de novela de Dan Brown, mal que nos pese el mayor 'vendelibros' de nuestro tiempo. Si eso no es ir sobre seguro, que venga Dios y lo vea. Precisamente, la historia vuelve a combinar elementos de la religión católica con hermandades secretas, cambiando a los Templarios por los Illuminati, ambientándola directamente en El Vaticano y con un Robert Langdon un poco más joven que en 'El código Da Vinci' (Tom Hanks llevará un corte de pelo un poco menos ridículo). Para los más pesimistas, sólo apuntar que su director, el casi siempre anodino Ron Howard, estrena antes una de las mejores películas del año ('Frost/Nixon'), y que de la adaptación del libro se han encargado David Koepp ('Jurassic Park', 'Spiderman') y Akiva Goldsman ('Una mente maravillosa', 'Cinderella Man'), quienes, aunque blanditos, suelen ser responsables de cosas bastante entretenidas.
Siguiendo por la senda del déjà vu, otro estreno que levantará muchas cejas es la nueva entrega de 'Terminator', subtitulada 'Salvación' (Fecha de estreno en España: 16 de junio). Los que están detrás del proyecto están tan seguros de que esto es una idea tan buena que van a convertir la resurrección de la saga que encumbró al actual gobernador de California en una trilogía situada en el contexto del holocausto nuclear en el que nos dejó el final de la tercera parte. Por supuesto, 'Arnie' no tendrá ya nada que ver con ello, y habrá un nuevo Terminator, encarnado por el semidesconocido Roland Kickinger ('Disaster Movie').
Una pena, porque la primera opción era Josh Brolin, lo que hubiera sido glorioso. Más maña han tenido los productores a la hora de contratar al nuevo John Connor: Bruce Wayne himself, es decir, Christian Bale. Hablando de Bale, aunque con mucha menor proyección comercial, también estrena en este año, haciendo pareja con Johnny Depp, 'Public enemies' (Fecha de estreno en España: 3 de julio), la esperadísima nueva 'gangsterada' de Michael Mann ('Heat', 'Collateral').
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