Y lo de ‘niño’ lo decimos casi en el sentido literal del término, ya que el tal Alexander Wang tiene la friolera de 24 años, y en sólo un par de años ha pasado de diseñador emergente a consagrado y sin despeinarse. Este jovenzuelo, descendiente de una de las miles de familias chinas afincadas en San Francisco, se trasladó con 18 primaveras a Nueva York, donde estudió en la prestigiosa Parsons School of Design, y allí continúa viviendo y desfilando hoy. Con la New York Fashion Week en plena crisis y sufriendo un continuo goteo de bajas para la edición de febrero, Wang disfruta del éxito y del apelativo con el cual la prensa americana le ha bautizado: 'the coolest kid in Manhattan'.
Y es que, si hay que aventurar un nombre del cual oiremos hablar muchísimo en 2009 en cuestiones de moda, ese es sin duda Alexander Wang. ¡Y a pesar de la crisis! Los nombres de siempre mantienen su status o van perdiendo relevancia, y hay que ir dejando paso a los nuevos talentos como el pequeño Wang. De momento, el Consejo de Moda Americano ya le ha otorgado el galardón al mejor diseñador de 2008, aunque su verdadero reconocimiento está donde más importa, en las tiendas.
¿Cuál es el secreto del éxito de Alexander Wang? Su tenacidad y sus ganas de alcanzar sus metas, ya que nada más comenzar a estudiar moda en Nueva York decidió que quería trabajar con Marc Jacobs y… ¡voilá! Empezó con él como becario; después pasó por Teen Vogue y Derek Lam, aunque él sabía desde el principio que quería tener su marca propia incluso en su época de estudiante. Con el beneplácito del editor de Teen Vogue, al ver sus primeras creaciones, y gracias al apoyo económico de su familia, a los 21 decidió meterse en el negocio siendo poco más que un crío desconocido con muy buenas ideas, una de las mejores, el estar presente en la NY Fashion Week desde que lanzara su primera prenda.
Con un buen escaparate como la pasarela de moda más comercial no tenía aún todo hecho; hacía falta una buena legión de celebrities 'marcatendencias' fanáticas de su ropa. Empezamos por Nicole Richie, continuamos con Mischa Barton o Audrina Partridge y terminamos con la modelo Erin Wasson, también su mejor amiga, musa e inspiración para sus creaciones. ¡Ah! Y que no se nos olvide que también tiene una línea en una gran cadena de bajo coste, pero en la más moderna y alternativa, la japonesa Uniqlo.
Con estos antecedentes nos resulta mucho más sencillo definir el estilo (y la clave del éxito) de Wang. Lo primero es que se trata de un diseñador independiente que no pertenece a ningún emporio del lujo tipo LVMH o PPR, lo cual le permite tener toda la libertad creativa que desee. Por eso se permite inspirarse en el mundo del rock y los clásicos urbanos y las reminiscencias de la moda juvenil de todos los tiempos. Su colección de otoño/invierno es extremadamente básica, con una total ausencia de color, una sorprendente querencia por el oversized y las formas amplias y la renuncia al sexy más obvio. Wang no necesita aderezos, sino que hace ropa que se vende sola y que no requiere grandes complicaciones para combinarla. Además, tiene la capacidad de saber llegar en el momento adecuado a las tendencias; este verano ya estaba a la venta su actual colección, de la cual Kate Moss lució estos shorts remangados y hechos polvo que se agotaron enseguida. Era en el momento del comienzo del boom de los jeans remangados que él supo aprovechar ofreciendo algo distinto.
Para la próxima primavera rompe con todo lo anterior e introduce el color en su colección, así como todas las tendencias más visibles: el boyfriend blazer, el chándal deluxe, el pantalón bombacho o el look masculino. Es un trendhunter en toda regla con un estilo fácil de llevar, urbano y muy indie que, además, se vende a precio de lujo en las boutiques más exclusivas como Net-a-Porter, Barneys o Saks Fifth Avenue. Es, en definitiva, a lo que tiende la alta gama, a una democratización estilística alejada de la ostentación y el barroquismo. ¡Que estamos en recesión, no podemos andar exhibiendo nuestra riqueza por doquier! De manera que si se pueden permitir dispendios, las fans de Wang los harán en un little black dress rebajado a 300 euros y no en algo más ostentoso y por poco más de Marc Jacobs.
Este diseñador ofrece un lujo moderado, a precios moderados y 100% tendencia. Como vemos, la receta perfecta para triunfar incluso en tiempos de crisis.
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