Por descontado que la influencia de la cultura negra en Estados Unidos es uno de sus grandes pilares —por poner un ejemplo, la música que más se vende allí con diferencia es el R’n’B, estilo negro por excelencia— y, como no podía ser de otra manera, también ha aportado su granito de arena a la historia de la moda. Más que granito, algunas celebrities negras han conseguido que su estilo a la hora de vestir sea imitado hasta la saciedad en todo el mundo hasta crear tendencias de tipo planetario. Y es que, aunque nos cueste creerlo, no todo lo 'trendy' lo hemos inventado los blancos.
Casi sin proponérselo —o sin anunciarlo directamente—, Obama se ha convertido en el protagonista de las camisetas más vendidas esta temporada. Pero antes de que el presidente electo de EEUU llegara a inesperado trendsetter, otros negros y también compatriotas suyos han jugado un papel muy importante dentro de la moda mundial. Quizá empezaran tarde, pero una vez que se han hecho con su pedazo del mundo de la moda no han parado de arrasar.
Hasta los años 80 no podemos afirmar que los negros hayan influido universalmente en la moda, creando tendencias que se extendieran a todas las razas y países. Fue precisamente en esta década cuando Michael Jackson popularizó el look que todos los jóvenes de la época llevaban, coincidiendo con un momento en el que el cantante conservaba aún su color original. Según se fue destiñendo, su estilo se transformó en una suerte de domador circense infinitamente menos popular que sus anteriores pintas.
Pero, si hay un nombre que verdaderamente arrasó en esta época y cuyo legado permanece hoy día, ése es Michael Jordan y sus celebérrimas Air Jordan. Las creó Nike en 1985 en su honor, y supusieron un gran cambio dentro del mundo del baloncesto, ya que fueron las primeras zapatillas de color negro en un deporte donde las reglamentarias eran siempre blancas. Jordan se las ponía igualmente durante los partidos, exponiéndose a multas de hasta 5.000 dólares que pagaba religiosamente; los beneficios obtenidos de vender estos productos con su nombre en todo el mundo le permitían abonar eso y mucho más. A lo largo de los años se ha creado una veintena de modelos diferentes de Air Jordan, una firma más dentro de Nike, y el diseño original es todo un clásico dentro del a cultura urbana mundial y se relanza cada cierto tiempo.
A comienzos de los 90 llegó la eclosión total de la mano de MC Hammer y sus sobredimensionados pantalones bombachos, que pasaron a la historia como los 'Hammer Pants'. Eran brillantes, podían incluso tener estampados acid de todos los colores y permitían libertad de movimientos para realizar ese imposible movimiento de piernas de 'U can’t touch this'. En EEUU, estos pantalones se hicieron tan populares que incluso algunas revistas te proponían cómo hacértelos tú en casa, y toda la juventud de la época los llevaba en un mayor o menor ancho imitando a MC Hammer. Hoy, incluso, podríamos decir que estamos viviendo un pequeño revival de estos Hammer Pants, que ha inspirado a firmas como Dior Homme.
En la misma época, llegaría una serie que, con permiso de Bill Cosby, fue todo un hito en la normalización de los negros dentro de la sociedad de consumo y que los consolidó como influencia. Era 'El Príncipe de Bel Air', que catapultó a Will Smith como estrella mediática, creador de tendencias y, en EEUU, como cantante de moda. Su estilo, caracterizado por camisas hiper llamativas, la gorra con la visera a un lado o hacia atrás y las tallas oversized. Respondía mucho a la moda de los 90 —también tenía mucho que ver con lo que imponía MC Hammer— e incluso popularizó el uso del chándal como una prenda habitual en la vida diaria. Hoy Smith es un tipo mucho más elegante, que ya tiene una edad, pero a él le tenemos que agradecer en parte ese estilo tan noventero que mezclaba el acid y el hip hop con el streetwear.
En los 2000, la influencia negra de la moda se caracteriza por la presencia de los grandes capos del hip hop en el interior del mundo de la moda. Es decir, que los productores y MCs más célebres directamente han establecido, paralelos a sus emporios discográficos, sus grandes empresas de moda. No hay más que ver a Russell Simmons, que dirige el sello Def Jam y su firma de moda masculina Phat Farm. El año pasado, 'USA Today' le otorgó un nada desdeñable puesto 23 en su lista de las 25 personas más influyentes de los últimos 20 años. Su estilo personal es bastante sencillo, siempre con su gorra y su eterno polo, que vende a todo el mundo a través de su firma sin distinción de razas. Su ex mujer, la hortera, recargada y barroca Kimora Lee Simmons, dirige la sección femenina de la firma, Baby Phat. Es tremendamente popular entre las mujeres estadounidenses y ya está empezando a dejarse ver bastante en España (su logo, la silueta de una gatita, ya es más que conocido), sobre todo entre las más jovencitas. Esta mujer ha influido tanto entre las teenagers americanas que hasta tiene su propia Barbie.
Jay Z, Mr Beyoncé para nosotros, es también otra de las figuras más relevantes dentro del mundo de la moda y la música en EEUU. Dueño de Roc-A-Fella Records y productor infalible de hits (a él le debemos el Umbrella-ella-ella-eh eh, entre otros muchos), también posee su propia firma de moda, Rocawear. En su país es superventas, ya que transmite un estilo muy basado en el del propio Jay: algo recargado pero elegante, sobrio pero que denote poder. En definitiva, la imagen que quieren dar los raperos del año 2000.
Otra sensación musical y estilística es P. Diddy, el hombre de los mil apodos y poseedor de una de las firmas de moda mejor valoradas de la NY Fashion Week, Sean John. Y es que este hombre también ha conseguido convertirse en un trendsetter del nuevo hip hop a fuerza de combinar el bling bling deluxe con una elegancia propia de un gentleman. Como le sucede a Jay Z, una manera más fina de mostrar la riqueza con menos oros y ningún chándal, todo lo opuesto a los raperos old school.
Podríamos decir que la persona más imitada a la hora de vestir en estos momentos es Kanye West, que incluso ha conseguido popularizar unas gafas de sol con persianas que impiden la visión. Es todo un icono estilístico de nuestra era —además de un creador de hits en su verdadera profesión, la música— gracias a que ha sido capaz de combinar el típico look hiphopero con la clásica elegancia college. Por ejemplo, es muy normal verle ataviado con una camisa y un jersey de pico de lo más pijo, o también en un plan mucho más nu rave. Su imagen la copian chicos de todo el mundo y es tan influyente, que parece que incluso va a diseñar línea de calzado para Vuitton.
El que ya tiene una línea, pero de joyería, para esta casa francesa es el otro nuevo rapero elegante Pharell Williams. Es joven, millonario, guapo y tiene estilo; algunos hasta lo comparan con Tom Ford. Desde luego que su colección de joyas está a la altura de una casa como Vuitton, sin perder el toque recargado propio del hip hop.
No nos podemos dejar en el tintero al estrambótico André 3000 de Outkast, que en 2004 consiguió poner de moda las chaquetas verdes gracias a aquel maravilloso vídeo de su hit Hey Ya. Fue destacado como el hombre mejor vestido de 2004 y acaba de lanzar su propia firma de ropa, Benjamin Bixby, que está recibiendo muy buenas críticas. ¿Qué vende André 3000? Un estilo muy años 30, colorista, bastante college y super elegante. Vamos, como él mismo.
Por último, hemos de hacer mención a la persona negra que más está influyendo en estos últimos meses en el vestuario mundial (lo sentimos, Ophra, no vamos a hablar de ti, eres más cargante que Ana Rosa). Nos referimos a Michelle Obama, que ya se perfila como una elegante primera dama y cuyo estilo empieza a ser muy apreciado en su país. Una mujer muy de su tiempo, combate la crisis usando ropa de grandes cadenas y apoya casi sin querer el consumo de moda americana: fue al programa de Jay Leno con un conjunto de J. Crew y al momento se incrementaron las visitas a la web de la firma en un 464%. Los americanos la están empezando a querer tanto que hasta le perdonan un pequeño 'camel toe' que tuvo el otro día.
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