Las Vegas (EE.UU.).- La Muestra Internacional de Electrónica de Consumo (CES) se clausura mañana en Las Vegas, tras cuatro jornadas en las que los expositores -300 menos este año- han intentado olvidar la crisis económica mostrando sus mejores galas y productos en tiempos de recesión.
Aunque las cifras oficiales no se conocen aún, algunos observadores han adelantado que no se han alcanzado en ningún caso los 140.000 asistentes del pasado año. El recinto ferial estaba inusualmente vacío y las largas colas de otros años han desaparecido.
Los fabricantes se han esforzado en acudir con nuevos productos a Las Vegas, pero en contadas ocasiones se tratan de verdaderas novedades y no sólo versiones de artículos ya en el mercado.
No obstante, los expertos opinan que lo peor está por llegar y que la recesión no empezará a notarse en la feria hasta el próximo año, cuando las grandes compañías ajusten su línea de productos a la bajada del consumo.
En esta edición, buena parte del esfuerzo de los fabricantes se ha centrado en convencer al visitante de que tire a la basura el estupendo artículo electrónico que compró hace pocos meses y adquiera una última versión aún mejor.
Un ejemplo son los televisores. Si pensaba que su televisor HD con pantalla plana era lo último, todo gira este año en torno a las pantallas 3D.
Tanto Samsung, como LG y Sony han presentado televisores con pantalla 3D dimensiones, si bien casi todas requieren que el espectador se ponga gafas especiales.
Algunas de las más interesantes son las presentadas por el fabricante de chips gráficos Nvidia, que por 199 dólares convierten cualquier monitor en una pantalla de tres dimensiones.
Por su parte, Sharp presentó en sociedad en la jornada del viernes el primer televisor de alta definición con reproductor de Blu-ray incorporado, que además también permite reproducir DVD y CD.
En el área de móviles, destacó la presentación del Pre, el nuevo teléfono de Palm con pantalla táctil y sistema operativo WebOS que aspira a competir con el iPhone de Apple y liderar el competitivo mercado de los "smart phones".
En portátiles, buena parte de la atención estuvo centrada en la tercera generación del Classmate, el portátil de bajo coste de Intel. Polaroid también presentó en Las Vegas una nueva versión de su celebrada impresora portátil sin tinta para fotos PoGo, ahora incluida dentro de una cámara digital.
Pero el pabellón posiblemente más visitado en la feria no fue el de ningún gigante del sector. El fabricante de juegos Mattel logró más público que nadie con Mind Flex, un juego capaz de leer ondas cerebrales que permite al usuario mover una pequeña pelota sólo con su mente.
El casco de Mind Flex lee las ondas cerebrales conocidas como Theta y típicamente asociadas a la atención. Cuando el jugador se concentra en relajarse, Mind Flex permite que sea capaz de controlar la velocidad de un ventilador que a su vez eleva una pequeña pelota.
La gracia del juego, que saldrá a la venta en EEUU por 80 dólares, está en dirigir la pelotita a través de varios obstáculos, lo que no consiguieron todos los visitantes a la caseta de Mattel.
Otro de los grandes protagonistas de la feria fue, paradójicamente, un ausente.
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